MARTÍN BAZAN E.
En nuestro país, una de las deformaciones religiosas que ha ido incrementando tanto en las ciudades como en los pueblos es la falsa devoción a nuevos <<santos>>, particularmente a la <<santa muerte>>. Basta echar un vistazo a los puestos que hay en los mercados para comprobar la realidad.
Al preguntar a las personas por que tienen o venden estas imágenes en sus locales, las respuestas que dan para justificarse son más o menos las mismas: que no tiene nada de malo venderlas, pues aun que ellos mismos se consideran católicos y hasta van a Misa, las tiene porque son sus clientes las que las piden. Tal argumento es inválido, pues sería como afirmar que un distribuidor de droga queda libre de delito por que al final de cuentas son los clientes los que la consumen.
Las consideraciones siguientes son para reflexionar por qué un católico que se digne de serlo, no puede promover la devoción llamada <<santa muerte>>. Cuando la iglesia declara a alguien como santo(a) es por las grandes virtudes que ha tenido en vida y que sirven como ejemplo para nosotros. En este sentido, ni el << el niño Fidencio>>, ni <<Malverde>>, ni mucho menos las <<santa muerte>> son ejemplos de vida para los fieles católicos. <<Santa muerte>>.
Hay quienes justifican el culto a la <<santa muerte>> porque dentro de la liturgia de la iglesia y la devoción popular se utilizan expresiones que hacen alusión a ella, como por ejemplo: <<Que Dios no conceda una santa muerte>>. Mas debemos entender que esto se refiere al hecho de morir en gracia de Dios, que nada tiene que ver con esta malsana devoción. Otro aspecto que demos tener en cuenta es que no existe en si la <<santa muerte>>, porque la muerte en si misma se refiere en la extinción del proceso homeostático de un ser vivo hablar pues de <<santa muerte>> seria como hablar de <<santo nacimiento>>, o <<santa enfermedad>>, lo cual es ridículo.
Un católico debe ser ante todo un fiel seguidor de cristo, y él se define así mismo como <<El camino la verdad y la vida>> (cf. Jn 14,6). Si Jesús mismo se define como la vida y ha vencido a la muerte (cf. Hb 2, 14-15), es ilógico que se tenga esta devoción; por eso, ningún católico puede aprobar su culto, ni ninguna de su manifestaciones en esta cultura de la muerte donde la vida del hombre pasa a un segundo término, como es el caso del aborto o la eutanasia, pues va en contra de la esencia misma del ser cristiano.
Por ultimo debemos considerar que el culto a la muerte es una manera disfrazada de satanismo. Las Sagradas Escrituras nos dicen: <<En verdad, Dios creo al hombre para que no muriera, y lo hizo a imagen de su propio ser; sin embargo, por la envidia del diablo entro la muerte en el mundo, y la sufren lo que del diablo son>> (Sab 2,24).
Quienes de manera obstinada rechacen la propuesta de Dios verdadero que da la vida, rindiendo o promoviendo el culto a la muerte en todas sus formas disfrazadas, se encuentran en grave peligro de perder la vida eterna y tendrá que asumir las consecuencias de sus propios actos para el resto de su vida: <<Luego, el reino de la muerte fue arrojado al lago del fuego. Este lago de fuego es la muerte segunda, y allí fueron arrojados los que tenían su nombre escrito en el libro de la vida>> (Ap 20, 14-15).
Capturado por: Hermano Sergio Alberto Santiago Vargas.
Grupo: CERS.
Parroquia María Auxiliadora Diócesis de Tuxpan, Veracruz.
Publicar un comentario