septiembre 2014





Oración por un Enfermo




Señor Jesús, te pedimos por nuestro (a) hermano (a) a quien amas está enfermo (a). Tú lo puedes todo; te pido humildemente que le devuelvas la salud. Pero, sin son otros tus designios, te pido le concedas la gracia de sobrellevar cristianamente su enfermedad.

En los caminos de Palestina tratabas a los enfermos con tal delicadeza que todos venía a ti, dame esa misma dulzura, ese tacto que es tan difícil de tener cuando se esta sano.

Que yo sepa dominar mi nerviosismo para no agobiarle, que sepa sacrificar una parte de mis ocupaciones para acompañarles, si es su deseo.

Yo estoy lleno de vida, Señor, y te doy gracias por ello. Pero haz que el sufrimiento de los demás me santifique, formándome en la abnegación y en la caridad. Amén



Se reza un Padre Nuestro, Ave María y Gloria al Padre.





      

"Al atardecer, a la puesta del sol, le trajeron todos los enfermos y endemoniados. La ciudad entera estaba agolpada a la puerta. Jesús curó a muchos que se encontraban mal de diversas enfermedades y expulsó a muchos demonios"                                     (Mc 1,32-34) 

La celebración anual de la Jornada mundial del enfermo (ahora nosotros en esta séptima misión parroquial) tiene como objetivo manifiesto, sensibilizar al Pueblo de Dios ante la necesidad de asegurar la mejor asistencia posible a los enfermos: ayudar al enfermo a valorar, en el plano humano y sobre todo en el sobrenatural, el sufrimiento.

Hay muchas acciones que emprender o potenciar, pero ante todo es preciso comprometer toda la fuerza evangelizadora que le dé sentido y solución al dolor, al sufrimiento, a la enfermedad, en el contexto de la salvación integral.

"Los testigos de la cruz y de la resurrección de Cristo han transmitido a la Iglesia y a la humanidad un específico Evangelio del sufrimiento. El mismo Redentor ha escrito este Evangelio ante todo con el propio sufrimiento asumido con dolor para que el hombre "no perezca, sino que tenga vida eterna". Este sufrimiento, junto con la palabra de su enseñanza, se ha convertido en un rico manantial para cuantos han participado en los sufrimientos de Jesús en la primera generación de discípulos y confesores y luego e las que se han ido sucediendo a lo largo de los siglos"                             (Salvifici Doloris 25,c)


"Es menester pues que a la cruz del calvario acudan idealmente todos los creyentes que sufren en Cristo, especialmente quienes sufren a causa de su fe en el Crucificado y Resucitado, para que el ofrecimiento de sus sufrimientos acelere el cumplimiento de la plegaria del mismo Salvador por la unidad de todos. Acudan también allí los hombres de buena voluntad, porque en la cruz está el "Redentor del Hombre", el Varón de dolores, que ha asumido en sí mismo los sufrimientos físicos y morales de los hombres de todos los tiempos, para que en el Amor puedan encontrar el sentido salvífico de su dolor y las respuestas a todas sus preguntas"              (SD 25)

"Con María, Madre de Cristo, que estaba junto a la cruz, nos detenemos ante todas las cruces del hombre de hoy" y en sus manos de Salud de los Enfermos, depositamos con fe y amor la acción pastoral renovada del Sacramento de Unción de los Enfermos"   (SD 25 y 31)

En nuestra parroquia, preparamos con mucha dedicación y celebremos con entusiasmo esta Misión Parroquial que también es de nuestros hermanos que están enfermos y Adultos Mayores.

El Enfermo o el Anciano misionero es quien, corresponsable en la obra misionera de la Iglesia, ofrece con alegría y paciencia el dolor y soledad, fruto de su condición de enfermedad o ancianidad, para la redención de todos los hombres.  Es un cristiano que ora por la propagación del Evangelio en toda la tierra y por la conversión de los que no conocen a Cristo.

Ofrece su dolor por la santificación de los misioneros de todo el mundo, especialmente por nuestra Parroquia María Auxiliadora y de los agentes de pastoral que trabajan con los enfermos y ancianos.

Cristo es el es el Siervo doliente que asume el dolor de los enfermos: "fue traspasado a causa de nuestra rebeldía, fue atormentado a causa de nuestras maldades. El castigo que sufrió nos trajo la paz, por sus heridas alcanzamos la salvación" (Is 53,3). Su sufrimiento no es  un sufrimiento inútil y estéril, sino que a través de él, logra nuestra salvación: "Vengan a mí todos los que están agobiados y fatigados que yo los aliviaré"    (Mt 11,28).

Es Misionero… Jesucristo nos ayuda a enfrentar el sufrimiento  positivamente, lo hizo medio de purificación, madurez, solidaridad, de una sana relación de ayuda. Como Jesús, el enfermo está llamado a vencer y a trascender el dolor, enfrentándolo con fe, asumiéndolo con alegría y convirtiéndolo en sacrificio por su propia redención y por la salvación del mundo entero. Los enfermos, los que tienen grandes limitaciones, los que están reducidos e inmóviles en el lecho del dolor, pueden ser activos colaboradores de Jesucristo, como dijo San Pablo: "Completo en mi carne lo que le falta a la Pasión de Cristo, para bien de su Cuerpo, que es la Iglesia." (Col 1,24).

Dice Juan Pablo II: "Es preciso que a la cruz del calvario acudan todos los creyentes que sufren en Cristo, para que el ofrecimiento de sus dolencias acelere el cumplimiento de la plegaria del Salvador por la unidad del mundo y la salvación de todos".

Es más: el ejemplo y el testimonio de los enfermos cristianos, puede iluminar a los hombres de buena voluntad para que se acerquen a la cruz del Redentor, el cual ha asumido sobre sí los sufrimientos físicos y morales de todos los hombres de todos los tiempos, para que en su amor entregado y crucificado puedan encontrar el sentido a su existencia, la motivación para la ofrenda de su dolor y la respuesta a sus inquietudes y preguntas.

¿Qué hace un enfermo misionero? 

1.- Hace de su enfermedad y sufrimiento, un medio de santificación, sintiéndose partícipe de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo a la que está vinculado desde el Bautismo y a través de la Eucaristía.

2.- Ofrece diariamente su dolor por la propagación del Evangelio en toda la tierra, junto con sus oraciones por las misiones y misioneros del mundo, por todos los que asisten, visitan y acompañan a los enfermos en todo el mundo.

3.- Acepta y ofrece con paciencia y alegría, sus sacrificios, angustias, soledad, limitaciones y otras circunstancias de cada día por todas aquellas personas que aún no conocen a Jesucristo y por su conversión.

4.- Testimonia con su ejemplo vivo e irradia su fe, su esperanza y caridad a los miembros de su propia familia, a sus amigos y a los otros enfermos.

5.- Se une a Jesucristo con la oración, con la práctica de los sacramentos (unción de los enfermos, reconciliación y eucaristía) y se ofrece diariamente como hostia viva al Padre Dios, en el cáliz del sufrimiento y de las limitaciones de su enfermedad o edad.

6.- Siente la cercanía maternal de la Virgen María quien, de pie junto a la cruz, contribuyó como ninguna en la obra de nuestra redención desde su propio sacrificio, y se encomienda a ella con sentido filial. Por eso reza el santo rosario.

7.- Medita y profundiza los misterios de la vida, pasión y muerte y resurrección del Señor, principalmente a través de la lectura diaria de la Biblia, para encontrar en ellos la fortaleza para luchar contra todo lo que pueda ser ofensa a Dios o al prójimo.

8.- Es él también, apóstol para otros enfermos, orando por ellos, apoyándolos en su enfermedad mediante cartas, llamadas telefónicas, visitas si le es posible.

9.- Ofrece su dolor por la santificación y perseverancia de los misioneros,  y de los agentes pastorales que trabajan con enfermos y ancianos en todo el mundo, especialmente los de la parroquia.


10.- Ruega por el aumento de las vocaciones sacerdotales, religiosas y laicales, de personas comprometidas con la evangelización y especialmente de la atención pastoral de los enfermos y ancianos.


T
T.T
ACTIVIDAD
LUNES
MARTES
MIERCOLES
JUEVES
VIERNES








30’
6:30-7:00
Música de animación





03’
7:00-7:05
Oración Equipo





10’
7:05-7:15
Canto.





05’
7:15-7:20
Oración Inicial.





02’
7:20-7:22
Bienvenida.





45’
7:22-8:07
Tema.
¿Vivir o sobrevivir?
Jesús es la vida
Vida en Jesús
El amor de Dios
La Parroquia, lugar de encuentro








10’
8:07-8:17
Signo
Entronización del Crucifijo
Credo.
Renuncia al Pecado y Satanás. Cirio Pascual.
Padre Nuestro
Entronización de la Biblia. 








10’
8:17-8:27
Trabajo en equipo.





15’
8:27-8:42
Plenario.





10’
8:42-8:52
Canto.





05’
8:52-8:57
Oración Final.





03’
8:57-9:00
Oración Equipo.







COORDINADOR







Campanero







Séptima Misión Parroquial


¡ Dios te ama y quiere lo mejor para ti !





Equipo Misionero Animador


Encuentro 1.
¿Vivir o sobrevivir?


Resumen: No es lo mismo vivir que sobrevivir



Puntos clave:

El ser humano gasta mucho tiempo y energía en sobrevivir, pero se le olvida vivir la mayor parte del tiempo vivimos preocupados por tener (casa, dinero, fama, prestigio), pero poco preocupados en ser (persona, esposo/a, amigo, hijo, hermano).

La tendencia post-moderna es considerar al ser humano más como un consumidor que como una persona; verlo más a la luz de su utilidad que de su dignidad.

Desarrollo del encuentro:

Partir con la escucha o meditación de la canción “Sobreviviendo” de Víctor Heredia

Generar una lluvia de ideas: ¿Qué es vivir?, ¿Qué es sobrevivir?

Leer Hechos 3, 1-3 • partir de los puntos clave.
breve meditación-reflexión a

Leer Jn 3, 16-17 (Sólo se lee el texto, no se comenta ni se hace reflexión, se medita en silencio)

Posteriormente uno de los Agentes de Pastoral narra lo que Jesucristo ha significado en su vida: ¿Qué le ha dado Jesucristo a mi vida? ¿Cuál es el “plus” que Jesús le da a mi vida?

Se hace una oración y un canto para terminar





Al final de cada uno de los encuentros seguimos el esquema ROCA:
Resumen: síntesis por parte del evangelizador
Oración (siempre en clave de gradualidad)
Canto
Ágape: puede ser un compartir, un refrigerio o un recuerdo del encuentro A manera de síntesis, cada encuentro seguiría el esquema


Encuentro 2.
Jesús es la Vida


Resumen: Jesús nos viene a dar plenitud de vida

Puntos clave:

Jesús restaura nuestra relación con Dios.

Es el puente que nos une con la fuente de vida que es Dios.

El anhelo de plenitud buscado por todo ser humano encuentra su respuesta en Jesús, Él es el camino, la verdad y la VIDA.

El cristianismo es único, porque más que un conjunto de reglas morales, se trata de vivir en relación con una persona, Jesús el Hijo de Dios. - No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva (Deus caritas est 1).
Desarrollo del encuentro:

Presentar diferentes imágenes de personajes famosos y pedir que los reconozcan y digan algo acerca de ellos.

Presentar imágenes de Jesús

Leer Mateo 16, 13-15 y responder:
1-  ¿Qué representa Jesús para el mundo?
2-  ¿Qué representa para mi vida?
3-  ¿Quién es Jesús para mí?

Leer Lucas 5, 20-26 y responder:
4-  ¿Cómo proclama Jesús ser Dios?
5- Las respuestas deberían ser en la línea de:
R/  Perdonando los pecados

Leer Hechos 3, 4-7 (Sólo se lee el texto, no se comenta ni se hace reflexión, se medita en silencio)
Posteriormente uno de los Agentes de Pastoral narra lo que Jesucristo ha significado en su vida:
¿Qué le ha dado Jesucristo a mi vida? ¿Cuál es el “plus” que Jesús le da a mi vida?

Se termina con una oración y un canto.




Encuentro 3.
Vida en Jesús

Resumen: Estamos invitados a vivir una Vida Nueva en Jesús

Puntos clave:

La fe es ante todo una adhesión personal del hombre a Dios; es al mismo tiempo e inseparablemente el asentimiento libre a toda la verdad que Dios ha revelado (Catecismo de la Iglesia Católica, 150).

Jesús es un “caballero”, entra si tú se lo permites

Hablen de la necesidad de seguir un itinerario de madurez en la fe que afiance y enriquezca nuestra relación con Jesús:

“El primer anuncio debe provocar también un camino de formación y maduración (...) hay que tomarse muy en serio el proyecto que Dios tiene sobre cada persona” (EG 160)

Inviten a quienes puedan a buscar el sacramento de la Reconciliación (pero sean cuidadosos con aquellos que por alguna razón no se pueden acercar al sacramento, invítenlos a irse acercando a las actividades parroquiales, y a continuar participando en las actividades parroquiales)
Desarrollo del encuentro:

Poner en lugar visible una imagen de Jesús

Pedir a los participantes que reflexionen: - ¿Qué me sugiere la imagen?

Realizar luego una lluvia de ideas Escuchar el texto de Hechos 3, 1-10

Leer Hechos 3, 1-10 (Sería bueno que todos tuvieran a mano el texto).

Reflexión por parte del evangelizador Preguntar:

¿Cómo estamos viviendo nuestra relación con Jesús? ¿Está fuera de mi vida? ¿Es parte de mi vida? ¿Es el CENTRO de mi vida?

Leer: (...) me dirijo a todos los hombres, también a los que se han alejado de la Iglesia, que han abandonado la fe o que nunca han escuchado el anuncio de salvación. A cada uno de ellos, el Señor les dice: “Estoy a la puerta llamando: si alguien oye y me abre, entraré y comeremos juntos” (Ap 3,20) (Exhortación Apostólica post-sinodal Verbum Domini, 124).

¿Qué nos dice esta afirmación? •

Sintetizar leyendo: Quien deja entrar a Cristo no pierde nada, nada – absolutamente nada– de lo que hace la vida libre, bella y grande. ¡No! Sólo con esta amistad se abren las puertas de la vida. Sólo con esta amistad se abren realmente las grandes potencialidades de la condición humana. Sólo con esta amistad experimentamos lo que es bello y lo que nos libera (Papa Benedicto XVI, Misa de inauguración del pontificado).



Comentar Reflexión en pequeños grupos:

¿A qué me invita la frase “Levántate y camina”?



Encuentro 4.
El amor de Dios

Resumen: Dios nos conoce y nos ama. El amor de Dios por nosotros es muy real


Puntos clave:

La fe cristiana se basa en el amor de Dios. El amor de Dios es el mensaje central del cristianismo.

La expresión “Dios te ama” es familiar para muchos – de hecho es tan familiar que corremos el riesgo de olvidar su verdadero significado.
Muchas personas ven el amor de Dios en términos generales, vagos o distantes. ¿Sabemos realmente que Dios nos ama?

Muchas personas hablan del amor de Dios pero no lo experimentan ni lo sienten presente en sus vidas. Dios nos ama de una manera personal. El amor de Dios es un refugio para nosotros.  Correspondemos al amor de Dios relacionándonos con Él como nuestro amigo.

Desarrollo del encuentro:

Pregunta para tener en cartel: ¿Qué pasa en nosotros cuando nos sentimos amados?

Preguntar a los participantes:

Recuerden su primer amor: ¿Cómo les afectó? - Permitan a los participantes compartir. Concluimos afirmando que también el amor de Dios debería tener un efecto profundo en nuestras vidas.

Uso de la analogía con relación a una celebridad:

Si un personaje famoso (inserte el nombre de una celebridad popular) sale en la TV diciendo a los fanáticos: “Los amo”, y tú corres emocionado donde tus amigos diciendo que (la persona famosa) le dijo al mundo entero que él o ella te ama, ¿qué dirían tus amigos?

Ahora imagina que (la persona famosa) viaja a tu país, llega a tu pueblo y te va a buscar a tu casa. Pasan juntos un excelente rato, compartiendo gozos y esperanzas mutuamente. Luego (la persona famosa) llega a su ciudad, convoca una conferencia de prensa y aparece en TV diciéndole al mundo que te ama (refiriéndose a ti por tu nombre), ¿qué dirían tus amigos entonces?

Dios nos ama personalmente.

Distribuir los siguientes textos entre los participantes: Jeremías 29, 11 Isaías 49, 15-19 Salmo 139 (138), 1-3

Leer un texto a la vez. Después de cada texto preguntar ¿qué te impacta del amor de Dios en este pasaje?

Leer y comentar en parejas Romanos 8, 35-39 ¿Cuál es la única cosa que nos puede separar del amor de Dios? ¿Quién nos devuelve la relación amorosa con Dios y nos regala Vida plena?

Invitar a reflexionar la oración:

Señor Jesús, yo quiero conocerte personalmente. Admito que he roto mi relación contigo a través de mis pecados. Gracias por entregarte hasta la muerte para librarme de mis pecados y darme la oportunidad de restablecer mi relación amorosa con Dios mi Padre. Te abro la puerta de mi corazón y te reconozco como mi Señor y Salvador. Ayúdame a dirigir mi vida y a ser la persona que tu esperas que sea” - ¿Expresa esta oración el deseo de tu corazón? - Si es así, que cada uno la rece con todas sus fuerzas, con toda su mente, con todo su corazón.



Encuentro 5.
La Parroquia, lugar de Encuentro

Se hará una lectura y comentario de los números 9 al 15 de la Carta Pastoral 2014, La Parroquia Lugar privilegiado de la Nueva Evangelización. Siguiendo el esquema de los días anteriores.

Parroquia Maria Auxiliadora Tuxpan

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