noviembre 2014

ATAQUES A MATRIMONIO Y FAMILIA HAN PROVOCADO DEVASTACIÓN ESPIRITUAL Y MATERIAL: PAPA FRANCISCO

La crisis de la familia ha dado origen a una crisis de ecología humana, alertó el Papa Francisco y denunció que la revolución en las costumbres y en la moral muchas veces abanderadas como signos de libertad, en realidad, “han traído devastación espiritual y material  a gran número de personas”, en especial a los más desfavorecidos.
Al inaugurar este lunes el Coloquio internacional sobre “La complementariedad entre el hombre y la mujer”, auspiciado por la Congregación para la Doctrina de la Fe, Su Santidad  urgió al mundo católico y a la sociedad en general a promover  una nueva ecología humana para salir adelante.
“Los ambientes sociales, como los ambientes naturales, tienen necesidad de ser protegidos”. El matrimonio entre un hombre y una mujer, que es la esencia natural y espiritual de la complementariedad, es fuente de vida, dijo.
“En nuestro tiempo, el matrimonio y la familia están en crisis, vivimos en una cultura de lo provisorio, en el cual siempre más personas renuncian al matrimonio como compromiso público, puntualizó  ante  una asistencia de más de 350 personas, ante ellos líderes de más de 14 iglesias, entre budistas, evangelistas, musulmanas y judías.
Habló de que existe una revolución en las costumbres  y en lo moral que muchas veces está agitando la bandera de la libertad,  “libertad entre comillas”, pero en realidad ha traído devastación espiritual y material a muchos seres humanos, especialmente a los más vulnerables.
Es evidente que la declinación de la cultura del matrimonio, está asociado a un aumento de la pobreza y a otros problemas sociales “que hieren de manera desproporcionada a las mujeres, niños y ancianos, que son los que sufren más esta  crisis”.
Señaló que la complementariedad entre el hombre y la mujer asume muchas formas porque cada hombre y cada mujer aporta la propia contribución personal en el matrimonio y en la educación de los hijos. La propia riqueza personas, el propio carisma personal, la complementariedad se transforma a sí en una gran riqueza, y no sólo es un bien, sino también belleza.
Luego de anunciar que acudirá al Encuentro Mundial de las Familias que se llevará a cabo en septiembre del 2015 en Filadelfia, Estados Unidos, el Sumo Pontífice dijo que si bien la humanidad ha comprendido ahora la necesidad de afrontar lo que constituye una amenaza para los ambientes naturales, la realidad también es que somos lentos, “pero muy lentos” en nuestra cultura católica, lentos en reconocer que también nuestro ambiente social está en riesgo.
En el Coloquio  inaugurado por el Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Cardenal Gerhard Müller y coorganizado por el Centro de Ética y Cultura de la Universidad de  Notre Dame, el Instituto para el Estudio de la Familia y la Cultura y el Instituto Witherspoon, el Papa  señaló que frente a este entorno, es indispensable promover una nueva ecología humana y hacerla caminar hacia adelante. 
En una amplia disertación sobre lo que constituye para la iglesia la complementariedad entre un hombre y una mujer, esencia, remarcó, del matrimonio, que no es otra cosa más que la unión de dos personas con un destino común fundado en el amor y el entendimiento, el Papa Francisco habló de la urgencia de insistir sobre los pilares fundamentales que sostienen una nación, fundamentalmente los bienes inmateriales
La familia permanece en el fundamento de la convivencia y la garantía contra la  exfoliación social. En este sentido, hizo énfasis en que los niños tienen el derecho de crecer en una familia, con un papá y una mamá, capaces de crear un ambiente idóneo a su desarrollo y a su maduración afectiva.
En el salón sinodal, donde recientemente se realizó el sínodo extraordinario sobre la familia, el Papa recordó que en su exhortación apostólica Evangelii Gaudium puso el acento sobre la contribución indispensable del matrimonio a la sociedad, contribución que  citó, “supera el nivel de la emotividad y de la necesidad contingente de la pareja”.
A los más de 350 participantes de diversas partes del mundo presentes en el coloquio, el Papa  Francisco los exhortó a dar realce a otra verdad concerniente al matrimonio, que es  en esencia el compromiso definitivo en la relación de la solidaridad, de la fidelidad y del amor.
Llamó a actuar directamente frente a los jóvenes para que éstos no se dejen envolver por la mentalidad dañina de lo provisional, sino que por el contrario, sean revolucionarios con el coraje para buscar un amor fuerte y duradero, es decir, deben de ir a contracorriente.
En esta parte de su intervención el cardenal Bergoglio, advirtió de no caer en la trampa de ser calificados con conceptos ideológicos.

La familia, subrayó, es un hecho antropológico y consecuentemente, un hecho social, de cultura, nosotros no podemos calificarla con conceptos de naturaleza ideológica que solamente tienen fuerza en un momento de la historia y después caen. No se puede hablar de  una familia conservadora o de familia progresista: la familia es la familia. La familia es en sí misma, tiene una fuerza en sí misma

AYOTZINAPA, La verdad que no queremos ver.
COLUMNA FE Y RAZÓN | Por Luis-Fernando Valdés |
Luis-Fernando Valdés
La desaparición de los 43 normalistas sigue siendo tema de conversación y de reflexión. El tejido social de México está herido, y para sanarlo no hay otra opción que la de abrir los ojos a esa dura realidad.
En esta crisis de seguridad en Iguala, hay un dato muy impresionante, que quizá algunos han pasado de largo. Cuando se inició la búsqueda de los 43 desaparecidos, se encontraron varias fosas con cadáveres, que no correspondían a los normalistas.
Ante el “no eran ellos”, la búsqueda continuó. Pero la pregunta obvia es: entonces, ¿quiénes son esas personas? ¿víctimas de la violencia? ¿era un “cementerio” de sicarios? En otras palabras, hay miles de desaparecidos, pero las investigaciones iniciaron sólo hasta que hubo una protesta social, y estas indagatorias son únicamente para el caso de los normalistas de Ayotzinapa.
¿Qué lecciones podemos obtener de este episodio, nosotros los demás ciudadanos?
1) Reconocer nuestra realidad social. Han sido gobiernos y autoridades extranjeras quienes nos han puesto en alerta, porque han llamado a las cosas por su nombre, ya que no sólo se han referido a los normalistas desaparecidos, sino al narcotráfico como causa de la violencia y además han pedio una investigación trasparente.
Por ejemplo, el miércoles pasado (12 de noviembre), el Papa Francisco durante su audiencia se solidarizó con nuestro País, y con claridad se refirió a los ‘estudiantes asesinados’: “Quiero expresar a los mexicanos, a los aquí presentes y a los que están en la patria, mi cercanía en este momento doloroso de la legal desaparición, pero sabemos asesinato, de los estudiantes”. El  Santo Padre habló también sobre la “dramática realidad” y “la criminalidad” que existe detrás del tráfico de drogas. [CNN]
Por su parte, la Casa Blanca en un par de ocasiones, durante el mes pasado, manifestó su preocupación por esta situación. El Departamento de Estado afirmó que “es un crimen que demanda una investigación clara y trasparente” (8 octubre), y la vocera de Barak Obama manifestó la preocupación de la Presidencia por los reportes de la desaparición de los 43 normalistas (29  de octubre). [El Universal]
2) Las protestas violentas son otro modo de cerrar los ojos. El 8 de noviembre pasado, mientras una manifestación en el Zócalo de la Ciudad de México pedía justicia y que encontraran a los desaparecidos, un grupo de violentos quemó la puerta de Palacio Nacional.
En realidad produjeron otro humo, a parte del que salía de la flamas del portón: hay otros intereses de grupos de presión, los cuales aprovechan un movimiento social para hacer sus protestas en paralelo. Pero se presentan ante la opinión pública como parte de las víctimas.
La violencia es extorción. La presencia de grupos violentos lleva un mensaje: “te dejo de golpear si me das lo que te pido”. Las agresiones son una pantalla para que crear confusión, lo cual es una manera de buscar que no se conozca la verdad.
Para salir adelante, es necesario que toda la sociedad rechace la violencia: los saqueos, los bloqueos de parte de grupos que no tienen que ver con las víctimas, los coches incendiados, los edificios públicos destruidos.
Así como para curar una herida profunda en la piel hace falta pasar por el dolor de una curación que toca la carne viva, para curar la herida social necesitamos una nueva cultura de reconocer la realidad y dejar de pensar que no nos afecta la violencia en otros Estados y regiones del País.

De protestas a propuestas 

Reflexiones del obispo de San Cristóbal de Las Casas, sobre las protestas ante el caso Ayotzinapa
Por Felipe Arizmendi Esquivel
SAN CRISTóBAL DE LAS CASAS, 19 de noviembre de 2014 (Zenit.org) - VER
En varias partes de nuestro país se han llevado a cabo manifestaciones de solidaridad con los familiares de los desaparecidos, quizá ejecutados, de la Escuela Normal de Ayotzinapa, y al mismo tiempo de inconformidad con las autoridades. La mayoría han sido pacíficas, pero algunas muy violentas: queman, destruyen, golpean, pintarrajean, ofenden y lesionan derechos de terceros.
De varias formas hemos expresado nuestro apoyo a la exigencia de que, si aún estuvieran vivos los desaparecidos, regresen vivos con su familia. Hemos exigido que se aclare toda la verdad de los hechos, quiénes fueron los responsables, por qué lo hicieron, qué intereses tenían, porque la verdad es la base de la justicia y de la paz social. Sin la verdad de por medio, se desatan acusaciones y falsedades contra quienes nada tuvieron que ver en el asunto, o se hace crecer sin control una desconfianza generalizada a todo tipo de autoridad, lo que genera anarquismo y más violencia.
Pareciera que la violencia se apodera de los espacios públicos y familiares. Manifestaciones, bloqueos carreteros, mítines y marchas, de por sí legítimas y a veces necesarias, degeneran en insultos, golpes, palos, piedras, armas, bombas caseras, destrucción de bienes públicos y privados, enfrentamientos y polarización social. Las peticiones ya no se hacen con documentos, diálogos, planteamientos razonados, sino con amenazas y ofensas de toda índole, muchas de ellas desproporcionadas y sin fundamento.
PENSAR
Los obispos mexicanos elaboramos un documento sobre esta realidad, y entre otras cosas decimos:
¡Basta ya! No queremos más sangre. No queremos más muertes. No queremos más desaparecidos. No queremos más dolor ni más vergüenza. Compartimos como mexicanos la pena y el sufrimiento de las familias cuyos hijos están muertos o desaparecidos. Nos unimos al clamor generalizado por un México en el que la verdad y la justicia provoquen una profunda transformación del orden institucional, judicial y político, que asegure que jamás hechos como estos vuelvan a repetirse.
En nuestra visión de fe, estos hechos hacen evidente que nos hemos alejado de Dios; lo vemos en el olvido de la verdad, el desprecio de la dignidad humana, la miseria y la inequidad crecientes, la pérdida del sentido de la vida, de la credibilidad y confianza necesarias para establecer relaciones sociales estables y duraderas.
Creemos que es necesario pasar de las protestas a las propuestas. La vía pacífica, que privilegia el diálogo y los acuerdos transparentes, sin intereses ocultos, es la que asegura la participación de todos para edificar un país para todos. 
Todos somos parte de la solución que reclama en nosotros mentalidad y corazón nuevos, para ser capaces de auténticas relaciones fraternas, de amistad sincera, de convivencia armónica, de participación solidaria.
Jesucristo es nuestra paz. Él está presente en su Palabra, en la Eucaristía, en donde dos o más se reúnen en su nombre, en todo gesto de amor misericordioso y en el compromiso por construir la paz en la verdad y la justicia”. 
ACTUAR
¿Qué hacer? Los obispos aportamos: “Nos vemos urgidos junto con los actores y responsables de la vida nacional a colaborar para superar las causas de esta crisis. Se necesita un orden institucional, leyes y administración de justicia que generen confianza. Queremos unirnos a todos los habitantes de nuestra nación, en particular a aquellos que más sufren las consecuencias de la violencia, acompañándoles, en su dolor, a encontrar consuelo y a recuperar la esperanza.
Con esta certeza, redoblaremos nuestro compromiso de formar, animar y motivar a nuestras comunidades diocesanas para acompañar espiritual y solidariamente a las víctimas de la violencia en todo el país. A colaborar con los procesos de reconciliación y búsqueda de paz. A respaldar los esfuerzos de la sociedad y sus instituciones a favor de un auténtico Estado de Derecho en México. A seguir comunicando el Evangelio a las familias y acompañar a sus miembros, para que se alejen de la violencia y sean escuelas de reconciliación y justicia”.

'¿Soy cristiano de fachada?' 

En la homilía de este martes, el Santo Padre recuerda la llamada a la conversión personal y advierte del peligro de tibieza cuando el cristiano siente que no le falta nada
Por Redacción
CIUDAD DEL VATICANO, 18 de noviembre de 2014 (Zenit.org) - El santo padre en la homilía de Santa Marta de este martes por la mañana ha pedido precaución para no convertirnos en cristianos tibios, cómodos o de apariencia. De este modo, ha recordado que los cristianos deben responder siempre a la llamada de Jesús, a la conversión, contrariamente de pecadores se convertirán en corruptos.
Haciendo referencia a la liturgia del día --un pasaje del apocalipsis de Juan y el encuentro entre Jesús y Zaqueo-- el Papa ha hablado del tema de las conversiones. "Convertirse es una gracia, es una visita de Dios", ha afirmado. Al hablar de la primera lectura, Francisco ha explicado que el Señor pide a los cristianos de Laodicea convertirse porque han caído en la "tibieza". Viven en la "espiritualidad de la comodidad". Y piensan, dice el Papa: "hago las cosas como puedo, pero estoy en paz que nadie venga a molestarme con cosas raras". El Santo Padre ha señalado que quien vive así piensa que no "falta nada: voy a misa los domingos, rezo algunas veces, me siento bien, estoy en gracia de Dios, soy rico" y "no necesito nada, estoy bien". Al respecto, el Papa ha advertido que este estado del alma es un estado de pecado: "la comodidad espiritual es un estado de pecado".
Tal y como ha recordado el Francisco en su homilía, a estos el Señor les dice: "Porque eres tibio te vomitaré de mi boca" y les aconseja "vestirse", porque "los cristianos cómodos están desnudos".
A continuación, ha explicado que "hay una segunda llamada" a "los que viven de las apariencias, los cristianos de las apariencias". Estos --ha advertido el Papa-- se creen vivos pero están muertos, y el Señor les pide estar vigilantes. "Las apariencias son el sudario de estos cristianos: están muertos" y el Señor "les llama a la conversión", ha indicado.
De este modo, Francisco ha invitado a la reflexión: "¿Yo soy de estos cristianos de las apariencias? ¿Tengo vida dentro, tengo una vida espiritual? ¿Siento al Espíritu Santo, escucho al Espíritu Santo, voy adelante, o...? Pero, si todo aparece bien, no tengo nada que reprocharme: tengo una buena familia, la gente no habla mal de mí, tengo todo lo necesario, estoy casado por la Iglesia... estoy 'en gracia de Dios', estoy tranquilo". Por eso, el Papa ha recordado que los cristianos de apariencia "¡están muertos!" Pero, "buscar algo vivo dentro y con la memoria y el estado de alerta, vigorizar esto para que se pueda ir hacia adelante. Conversión: desde las apariencias a la realidad. De la tibieza al fervor".
La tercera llamada a la conversión es con Zaqueo, "jefe de los publicanos y rico". Un corrupto que trabajaba para los extranjeros, para los romanos, traicionaba a su patria, ha recordado el Papa.
De esto modo, Francisco ha afirmado: "Era uno como tantos dirigentes que conocemos: corruptos. En vez de servir a su pueblo, explotan al pueblo para servirse a sí mismo. En el mundo hay algunos... Y la gente no lo quería. Esto, sí, no era tibio; no estaba muerto. Estaba en estado de putrefacción. Corrupto. Pero sintió algo dentro: ¡Pero, este sanador, este profeta que dicen que habla tan bien, yo quisiera verlo, por curiosidad'. El Espíritu Santo es astuto ¡eh! Y plantó la semilla de la curiosidad, y ese hombre para verlo también hace un poco el ridículo. Pensad a un dirigente que sea importante, y también que sea un corrupto, un jefe de los dirigentes --este era jefe-- pero, subir a un árbol para mirar una procesión: pero pensad esto. ¡Qué ridículo!"
A propósito el Pontífice ha explicado que Zaqueo no tuvo vergüenza, quería verlo y "dentro trabajaba el Espíritu Santo". Y después, "la Palabra de Dios entró en ese corazón y con la Palabra, la alegría". Y a Zaqueo le cambia el corazón, se convierte, y promete devolver cuatro veces lo robado.
"Cuando la conversión llega a los bolsillos, es segura. ¿Cristianos de corazón? Sí, todos. Cristianos de alma? Todos. Pero, cristianos de bolsillos, pocos ¡eh! Pocos. Pero la conversión... y aquí, ha llegado en seguida: la palabra auténtica. Se ha convertido. Pero delante de esta palabra, la otra palabra, de los que no querían la conversión, que no querían convertirse: Viendo eso, murmuraban: '¡Ha entrado en casa de un pecador!: se ha manchado, ha perdido la pureza. Debe purificarse porque ha entrado en casa del pecador'", ha explicado.
El Obispo de Roma ha indicado que son "tres llamadas a la conversión", que el mismo Jesús hace "a los tibios, a los de la comodidad, a los de la apariencia, a los que se creen ricos pero son pobres, no tienen nada, están muertos". Asimismo, ha indicado que la Palabra de Dios, "es capaz de cambiar todo", pero "no siempre tenemos la valentía de creer en la Palabra de Dios, de recibir esa Palabra que sana dentro".
Finalmente, al concluir la homilía, Francisco ha recordado que la Iglesia quiere en estas últimas semanas del Año litúrgico que "pensemos mucho, muy seriamente en nuestra conversión, para que podamos ir adelante en el camino de nuestra vida cristiana". Y nos pide "recordar la Palabra de Dios, hace llamamiento a la memoria, de cuidarla, vigilar y también obedecer a la Palabra de Dios, para que comencemos una vida nueva, convertida".

'No reducir la Iglesia a un microclima eclesiástico' 

En la homilía de este lunes, el Santo Padre ha invitado a pedir la gracia de ser pueblo fiel, sin pedir al Señor privilegios
Por Redacción
CIUDAD DEL VATICANO, 17 de noviembre de 2014 (Zenit.org) - El santo padre Francisco ha advertido en la homilía de Santa Marta de este lunes, que a veces sucede en la Iglesia, que "los cristianos son tentados a estar con Jesús sin querer estar con los pobres y los marginados" aislándose de un 'microclima eclesiástico' que no tiene nada de auténticamente eclesial.
La homilía se ha centrado en el pasaje del Evangelio, el del ciego de Jericó, que representa --ha recordado el Papa- la "primera clase de personas" que puebla la narración del evangelista Lucas: un hombre que no tenía nada pero que quería la salvación, quería ser curado, y por lo tanto grita más fuerte que el muro de la indiferencia que lo rodea hasta que vence su propósito y consigue llamar a la puerta del corazón de Jesús. Los discípulos pretendían callar al ciego para evitar disturbios y alejar 'al Señor de una periferia'.
Francisco lo ha explicado así: "Esta periferia no podía llegar al Señor, porque este círculo --pero con buena voluntad ¿eh?-- cerraba la puerta. Y esto sucede con frecuencia, entre nosotros creyentes: cuando hemos encontrado al Señor, sin que nosotros nos demos cuenta, se crea este microclima eclesiástico. No solo los sacerdotes, los obispos, también los fieles: 'Pero nosotros somos esos que están con el Señor'. Y de tanto mirar al Señor no miramos la necesidad del Señor: no miramos al Señor que tiene hambre, que tiene sed, que está en prisión, que está en el hospital. Ese Señor, en el marginado. Y este clima hace mucho mal".
Continuando con estas tentaciones, Francisco ha hablado del grupo que se siente "preelegido", que quiere conservar 'este pequeño mundo' alejando a quien 'moleste al Señor', incluidos los niños. De este modo, el Pontífice señala que "cuando en la Iglesia, los fieles, los ministros se convierten en un grupo así... no eclesial, sino 'eclesiástico', de privilegio de cercanía al Señor, tienen la tentación de olvidar el primer amor, ese amor tan bonito que todos hemos tenido cuando el Señor nos ha llamado, nos ha salvado, nos ha dicho: 'Pero yo te quiero mucho'. Esta es una tentación de los discípulos: olvidar el primer amor, es decir, olvidar también las periferias, donde yo estaba antes, aunque sintiera verguenza".
Francisco ha hablado de un tercer grupo: 'el pueblo sencillo', el que alaba a Dios por la sanación del ciego. A propósito, el Santo Padre ha preguntado "cuántas veces encontramos gente sencilla, tantas viejecitas que caminan y van, también con sacrificio, a rezar a la Virgen a un santuario". Éstas "no piden privilegios, piden gracia solamente", ha indicado. Este es el pueblo fiel, el que "sabe seguir al Señor, sin pedir ningún privilegio", capaz de "perder tiempo con el Señor", y sobre todo no olvidar a la "Iglesia marginada" de los niños, de los enfermos y de los encarcelados.
Para concluir la homilía de este lunes, el Obispo de Roma ha invitado a pedir al Señor la gracia de no alejarnos nunca de esta Iglesia. "No entremos nunca en este microclima de los discípulos eclesiásticos, privilegiados, que se alejan de la Iglesia de Dios, que sufre, que pide salvación, que pide fe, que pide la Palabra de Dios". Pidamos la gracia --ha concluido-- de ser pueblo fiel de Dios, sin pedir al Señor ningún privilegio, que nos alejan del pueblo de Dios.


La edición española de la revista Forbes publicaba en su versión digital un artículo donde se enunciaban los trabajos más demandados para el futuro: genética, ingeniería ambiental, ingeniería del software, ciencias de los alimentos, psicología y salud mental, seguridad informática, traductores e intérpretes, ingeniería informática e ingeniería civil («Estos serán los 10 trabajos más demandados en el futuro, 06.05.2014). Sólo de manera secundaría podría relacionarse una de esas carreras con las humanidades y prácticamente la mayoría con las ciencias y, sobre todo, con las tecnologías. 

Que las humanidades no pasan por su mejor momento no es una novedad. En la Unión Americana –donde la oferta sigue estando más o menos viva– la carrera de humanidades supone apenas un 7% del alumnado universitario del país, lo que equivale a la mitad de los matriculados que había en 1970. Datos de 2013 refieren que apenas el 15% de los alumnos de la universidad de Standford están inscritos en alguno de los programas de los 11 departamentos de humanidades que tiene esa casa de estudios superiores. En el último decenio las carreras que dicen relación con las humanidades han descendido en un 20% en la universidad de Harvard. Si este es el estado de las grandes universidades se puede suponer el de las pequeñas.

Un viejo conflicto
El estado actual de las humanidades se enmarca en el contexto de un conflicto antiguo: la aparición de la ciencia positiva a finales del siglo XVIII llevó poco a poco a relegar el saber no empírico, de carácter más bien discursivo-racional, que había permeado hasta entonces. Dado que la ciencia se perfilaba como un conocimiento de carácter práctico y las humanidades quedan asociadas a una forma de saber exclusivamente teórico, la contraposición entre científicos y humanistas supuso una suerte de lucha apologética que, al final, de hecho, vencieron los primeros. Como la ciencia aportaba no sólo «pruebas» materiales sino también resultados inmediatos traducidos en beneficios sociales, fue comprensible que se hiciera también con el favor público. 

Vista la utilidad, pronto las universidades –históricamente nacidas por el empuje de las humanidades– se abocaron a privilegiar programas de investigación que fueron multiplicando las disciplinas en sectores cada vez más concretos de la ciencia positiva. Así nacieron las prolíficas especializaciones científicas que tocan los recovecos más insospechados de lo experimentable y que los gobiernos y nuevos mecenas también vieron como lugares de inversión en tiempos más recientes.

El advenimiento y desarrollo de la tecnología –cuyos orígenes se remontan a la revolución industrial– supuso un campo de aplicación en el que la ciencia no sólo podía decir qué era posible hacer sino también llevarlo a cabo. Pero lo que en un comienzo fue una alianza entre ciencia y técnica pronto se convirtió en servilismo. 

Durante muchos años la relación entre humanidades y ciencias se había centrado en la discusión acerca de cuál era instrumental respecto a la otra. Ante la tecnología, sin embargo, la ciencia ha terminado por convertirse también en un instrumento. En todos este contexto se puede afirmar que tanto humanidades como ciencias comparten la experiencia del ocaso.


Un nuevo contexto: las «humanidades digitales», ¿una respuesta?
Siendo que la tecnología está hoy en día signada por internet, resulta comprensible que sea la world wide web el ambiente en el que las humanidades hayan encontrado un campo de trabajo y, por así decir, de revitalización. 

Era el año 2009 cuando en la convención de la Modern Language Association (MLA) surgió la idea de las «humanidades digitales». Casi contemporáneamente nació la Office of Digital Humanities impulsado por The National Endowment for the Humanities en los Estados Unidos. Para 2014 son una disciplina que, con variados acentos, no pasa desapercibida en la geografía de la web: http://digitalhumanitiesnow.org/, http://journalofdigitalhumanities.org/, http://digital.humanities.ox.ac.uk/, http://adho.org/, https://www.ucl.ac.uk/dh/, http://www.digitalhumanities.ucla.edu/, http://dh2014.org/, http://www.kcl.ac.uk/artshums/depts/ddh/index.aspx, http://shc.stanford.edu/digital-humanities, http://eadh.org/, http://www.dhsi.org/, entre un largo etcétera. 

¿Qué son las «humanidades digitales»? Siendo una disciplina naciente no hay todavía un acuerdo común. La literatura impresa y digital apunta en dos direcciones: una minimalista y otra maximalista. Según la primera, consistirían en la simple aplicación e incorporación de la informática a los estudios humanísticos; según la segunda, sería un cambio de paradigma en la manera de pensar la cultura misma. 

Es verdad que hay quien ha visto en todo esto más un peligro que una respuesta para la promoción de las humanidades clásicas: ¿puede la tecnología suplir el quehacer específico de la mente humana?, ¿las humanidades cambian por el simple hecho de poder acceder a un libro desde una pantalla?, ¿y si los literatos, historiadores, filósofos y artistas no están interesados en aprender los lenguajes de la informática?, ¿cómo garantizar el respeto por el genio individual en un ambiente donde las formas de autoridad son percibidas desde el prisma de la popularidad y los «cerebros colectivos» al estilo Wikipedia?

En parte los planteamientos de autores como McGann tienen justificación: una máquina puede «leer» 20 mil poemas y arrojar resultados comparativos según el objetivo por los que fueron sometidos a «lectura», pero la máquina no genera ideas nuevas ni puede suplir el ejercicio de pensamiento y captación de valores que sólo son capaces de hacer la mente y el espíritu humano. Pero no son menos ciertas dos interrogantes válidas en un mundo donde los nativos digitales son cada vez más: ¿son los estudiantes de hoy capaces de concentrarse en una sola cosa?, ¿es un joven de hoy capaz de leer en más de los 140 caracteres de Twitter sin perder el hilo del discurso? Las respuestas pueden determinar también lo que se entiende por «humanidades digitales» en sentido maximalista. 

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El nuevo contexto presenta tanto a la ciencia como a las humanidades un reto de relación mutua: si la ciencia dice qué es posible hacer y la tecnología lo ejecuta, las humanidades ayudan a descubrir el sentido y así se convierten en faro de orientación para ciencia y técnica. 

Este rasgo particular de las humanidades es especialmente apreciado entre los empresarios a la hora de dar un empleo. Un informe de la Association of American Colleges and Universities («Employers More Interested in Critical Thinking and Problem Solving Than College Major») muestra que los empresarios consideran la educación en artes liberales (humanidades) a la hora de contratar a una persona, aunque su formación específica sea la de un técnico (51% la considera muy importante, 43% bastante importante y 6% poco importante). El informe citado dice que las personas con estudios de humanidades poseen una mejor escucha empatía y valoración del contexto de la gestión.

La exaltación de la ciencia y de la tecnología como campos prácticos no puede olvidar las consecuencias también prácticas del deterioro de las humanidades como el empobrecimiento del pensamiento, la pérdida de la conciencia cultural, la creciente carencia de juicio crítico y el venir a menos de la percepción estética. Las humanidades son experiencias mentales provocadas por las obras de arte y la historia; son éstas las que amplían la comprensión de la realidad. Siendo la experiencia del pensamiento lo que constituye la sustancia de las humanidades parece reductivo y contraproducente no valorar su aportación específica. En definitiva, hoy en día lo que está en crisis no es tano el saber humanístico o el saber científico sino el saber en sí mismo. Los «lugares» donde esto se manifiesta son sólo los síntomas. 

Ciencias y humanidades tienen campos de investigación y métodos distintos que mutuamente iluminan a lo tecnológico. Esta diversidad se presenta como interdisciplinariedad y así como complementariedad: como reto de pensamiento integrador que no puede olvidar la manera cómo hoy muchos conocen y se relacionan: la web.

En última instancia so se trata de una estrategia para hacer entrar las humanidades en el top ten de las carreras del futuro o volver al infructuoso debate de la primacía jerárquica sino de hacer que las humanidades no sean vistas como elitistas, como un saber burgués que a fin de cuentas no tiene utilidad alguna. Que en general el panorama político y social adolezcan de un diálogo de altura, de una incapacidad de ver la belleza y de una falta de mayor creatividad, está en estrecha relación con esa pérdida de las humanidades. En el libro de la Metafisica Aristóteles decía que los hombres tienden naturalmente al saber. Y las humanidades son parte de ese saber que, además, da sentido. Que este sentido esté hoy más o menos vinculado a internet es precisamente lo que estaremos presenciando en las próximas décadas.




Es sabido que el éxito de las redes sociales se debe a un factor decisivo: facilitaron las relaciones interpersonales. Fue a inicios de la primera década del segundo milenio que la masificación de las tecnologías de la comunicación y de la información se mundializó. En poco menos de diez años aconteció una verdadera revolución que no ha sido sólo tecnológica sino también antropológica. 

El hombre de hoy piensa, vive y siente con internet. Lo digital no es una extensión más de la propia existencia sino parte integrante de su vida misma. Lo vemos reflejado en la hiperconexión que en todo lugar y en cualquier momento experimentan millones de personas. Paradójicamente, la finalidad de relación ha pasado a ser un factor secundario.

¿Cómo entra la evangelización en este complejo mundo digital? Más aún, ¿cómo se debe entender la evangelización en un contexto existencial como este de hoy en día? Hay quienes apuestan por habitar la red y desde ella posibilitar un acercamiento a quienes no conocen a Dios, no creen o han dejado de hacerlo. En el supuesto que ese objetivo apunta a uno más profundo (el encuentro personal con Dios) y de que se tiene no sólo la buena intención sino la formación y creatividad para hacerlo, eso está muy bien. Como un día miles de misioneros fueron a anunciar el mensaje de Jesús a nuevas tierras y continente, los misioneros web desembarcan en el continente digital emulando aquellas beneméritas acciones. Pero la experiencia y lecciones de aquellos evangelizadores también puede servir para el presente.

Ante todo, los misioneros llevaban la palabra de Dios, no la propia. Eran intermediarios entre Dios y los hombres y, en consecuencia, conducían al fin que era Dios, no a sí mismos. Existe hoy la tentación de ponerse al centro del Mensaje y desviar así la atención del fin verdadero. 

Los misioneros eran enviados: en el fondo el impulso venía de Dios mismo pues, como decía san Pablo, «¡Ay de mí si no predicara el Evangelio!». Pero también es verdad que el envío inmediato era el de una autoridad eclesiástica que avalaba su trabajo apostólico. Hoy esto sigue siendo realidad si bien esa autoridad puede ser también de competencias. La evangelización on line supone la buena intención pero también la adecuada preparación y, en la medida que es posible, también el respaldo al menos del propio párroco o algún representante eclesiástico que acompañe y guíe nuestro trabajo.

Los misioneros de antaño aprendían la lengua de los nativos. Los nativos digitales tienen también hoy su propio «lenguaje»: es más visual, interactivo, intuitivo, multimedial. Son elementos que el misionero no sólo debe conocer sino dominar para poder hablar de «tú a tú», en su idioma, al hombre contemporáneo. 

Al llegar a la nueva tierra, los misioneros también sabían identificar las cosas buenas de la cultura a la que llegaban. Hoy se debe hacer también lo mismo. No hay que partirse la cabeza pensando en miles de tácticas nuevas: se puede aprovechar lo ya existente, purificándolo si es necesario, y elevándolo.

Finalmente, el éxito pastoral de muchos misioneros no venía de la cantidad de cosas que hacían sino del testimonio de vida santa que llevaban. Si las actividades eran tantas era porque surgían del consejo que Dios le daba en la oración. Lo escuchaban a Él y actuaban en consecuencia. Y evidentemente eso lo notaban las personas, de manera que se sentían interpelados a conocer al Dios con el que el misionero se comunicaba. Y aquello sigue siendo válido hoy en día: hablar primero con Dios para luego hablar de él a los demás. Porque los hombres de hoy no escuchan a los maestros sino a los testigos. Y si escuchan a los maestros es porque son testigos.

En definitiva, se trata del reto de llevar al contacto directo con Dios y así devolver a las redes sociales su factor de éxito. Y ese «gran encuentro» pasa por los pequeños encuentros que los misioneros están llamados a posibilitar para concretarlos en la conexión con Dios fuera del ambiente digital.





La Santa Sede ha dado a conocer el texto que servirá de base para el trabajo que en octubre de 2014 se desarrollará en Roma con ocasión del Sínodo de los obispos que, por voluntad del Papa Francisco, abordará «los desafíos pastorales de la familia en el contexto de la evangelización». 

Desde que fue revelada la temática central del sínodo se ha especulado casi de modo exclusivo sobre el acceso a la comunión por parte de personas divorciadas civilmente y unidas a otras en nuevas nupcias civiles. El texto base, sin embargo, va mucho más allá de esa problemática específica. Un ejemplo de particular interés es la tratativa dispensada al binomio familia-medios de comunicación.

La relación entre medios de comunicación y familia es tocada en la segunda parte del documento (intitulada «La pastoral de la familia frente a los nuevos desafíos»), concretamente en el apartado «Situaciones críticas internas a la familia». Son dos los números que hablan más específicamente sobre «Dependencias, medios de comunicación y redes sociales»: el 68 y el 69.

El número 68 introduce al tema centrándose en las dependencias a internet y redes sociales y los problemas relacionales que de esto se derivan: 
«De hecho, televisión, smartphone y ordenadores pueden resultar un impedimento real al diálogo entre los miembros de la familia, al alimentar relaciones fragmentadas y alienación: también en la familia se suelen comunicar cada vez más mediante la tecnología. De este modo, se acaban viviendo relaciones virtuales entre los miembros de la familia, en las que los medios de comunicación y el acceso a internet sustituyen cada vez más las relaciones […] existe la posibilidad de que el mundo virtual se convierta en una auténtica realidad sustitutiva […] las respuestas subrayan reiteradamente que estos instrumentos se apoderan incluso del tiempo libre para la familia».
El número 69 subraya el overload informativo que consiste en «el aumento exponencial de la información recibida, al que con frecuencia no corresponde un aumento de su calidad, junto a la imposibilidad de verificar siempre la credibilidad de las informaciones disponibles on line».

Como se puede notar, el «Instrumentum laboris» presenta los medios de comunicación como un desafío para la familia. No se trata de una valoración sobre la bondad o maldad de los mismos sino sobre la consideración del uso de los medios de comunicación como un reto en un ambiente muy preciso como lo es el hogar. 

En el primer caso se puede agregar una consideración más: estamos ante las primeras generaciones que están siendo «criadas» digitalmente pues en muchos hogares se convive sólo mediáticamente, es decir, sólo a través de dispositivos móviles, reacciones traducidas en «me gusta», «tuits» o cortos mensajes de whatsapp privados de auténtico sentido relacional pero que dan la impresión psicológica de proximidad. En el segundo caso podemos pensar en la saturación noticiosa como auténtica fuente de obesidad informativa que, a la larga, forma personas incapaces de discernir, juzgar y emitir valoraciones ponderadas. Que estos fenómenos sean vistos como situación crítica interna a la familia supone pensar en que sólo desde dentro de ella se pueden dar soluciones auténticas. En este sentido, el documento al que aludimos no hace sino ponerlas en evidencia. 

El «Instrumentum laboris» recoge las aportaciones de todos los episcopados del mundo e integra también las respuestas que los dicasterios de la curia romana, la Unión de Superiores Generales, asociaciones, universidades e incluso las que grupos e individuos quisieron hacer llegar a la secretaría del Sínodo para los Obispos.









Gracias a ZENIT News Agency doy con una reflexión interesante que aborda una dificultad cada vez más visible en lugares donde las personas se congregan para tratar asuntos de interés común (juntas, conciertos, asambleas, exposiciones, etc.). Me refiero al cariz dispersivo que poseen las tecnologías digitales. El problema no lo padecen sólo personas dadas a la distracción sino que es un fenómeno cada vez más amplio. El texto es el siguiente:

***

Tecnología ambivalente 
Reflexiones del Obispo de San Cristóbal de las Casas, Mons. Felipe Arizmendi Esquivel

VER
Participé en un curso de formación permanente, con un conferencista de super primer nivel, con contenidos sumamente importantes. Sin embargo, uno de los participantes, a ratos, se divertía jugando a las cartas en el “solitario” de su tableta. Otro hacía llamadas por su celular y daba mensajes en voz alta, pues es medio sordo y pensaba que nosotros no le oíamos; diversificaba nuestra atención. Varios recibían llamadas en su celular, con un timbre nada modesto y, al contestar, obviamente se distraían y nos descentraban; o vibraba su celular, que estaba en silencio pero con vibrador, y su curiosidad por ver de qué se trataba, influía negativamente en su concentración. Unos más leían en su tableta o computadora las noticias del día, mientras escuchábamos las conferencias. Algo semejante sucede en algunas asambleas.

De regreso, en un importante aeropuerto, vi a un militar con su gran arma al hombro, cerca del lugar de revisión a los pasajeros. En vez de estar al pendiente de lo que pudiera pasar, estaba entretenido viendo su celular y enviando mensajes. Nada de atención a lo que debía vigilar.

Han empezado las sesiones de los legisladores. En los reportajes noticiosos advertimos que muchos no están presentes, otros más no atienden a quien habla en la tribuna, sino que platican entre ellos, atienden sus celulares, mandan mensajes, se distraen con sus tabletas, y luego levantan la mano para votar, sin estar bien enterados de lo que se discute. La tecnología nos ofrece grandes ventajas, sobre todo para estar comunicados e informados al instante, pero muchas veces, por contestar una llamada, dejas de platicar y de escuchar; te distraes con lo que te dicen y ya no te concentras. Puede ser hasta una falta de respeto a la persona con quien estás tratando asuntos, algunos muy importantes.

PENSAR
El Papa Francisco nos advierte: “En la cultura predominante, el primer lugar está ocupado por lo exterior, lo inmediato, lo visible, lo rápido, lo superficial, lo provisorio. Lo real cede el lugar a la apariencia. Esto sucede a menudo en el campo de los medios de comunicación social. Están apareciendo nuevas formas de conducta, que son resultado de una excesiva exposición a los medios de comunicación social. Eso tiene como consecuencia que los aspectos negativos de las industrias de los medios de comunicación y de entretenimiento ponen en peligro los valores tradicionales” (EG 62).

La tecnología ayuda a tener los textos bíblicos y la Liturgia de las Horas en el celular y en la tableta; pero el pendiente de los mensajes que pudieran llegar nos distrae para la oración. El Papa recomienda “abandonar toda ansiedad y darle tiempo, interés y dedicación gratuita. Hay que dejar de lado cualquier preocupación que nos domine para entrar en otro ámbito de serena atención. Uno sólo le dedica un tiempo gratuito y sin prisa a las cosas o a las personas que ama; y aquí se trata de amar a Dios que ha querido hablar. A partir de ese amor, uno puede detenerse todo el tiempo que sea necesario, con una actitud de discípulo: «Habla, Señor, que tu siervo escucha» (EG 146). “La cultura del bienestar nos anestesia y perdemos la calma si el mercado ofrece algo que todavía no hemos comprado” (EG 54).

ACTUAR
Es necesario aprovechar los avances de la tecnología, sobre todo en la comunicación, pues nos acercan de inmediato con muchas personas, sobre todo para tratar y resolver asuntos que reclaman nuestra atención. Estar disponibles para servir, es muchas veces no tener tiempo para sí, es no poder descansar, es estar dispuestos a las necesidades de los demás. Esto hay que valorarlo positivamente.

Pero también hemos de educarnos para el silencio, para la sana soledad, para la reflexión personal, para escuchar a los demás, para no interrumpirles en lo que nos exponen. En las reuniones, hay que tomar acuerdos para no distraernos con los celulares, y poder centrar nuestra atención en los asuntos que se tratan y deciden. En la hora de los alimentos con la familia, hay que disfrutar la conversación y la convivencia. Hay tiempo para todo y no hemos de atarnos al nerviosismo de lo inmediato.




El sínodo extraordinario sobre la familia (Vaticano, octubre de 2014) ha mostrado un aspecto de no poca relevancia acerca del interés que un tema que afecta a toda la Iglesia es capaz de suscitar en la web.

Un estudio realizado por 3rdPlace.com para Aleteia.org («The Synod of the Bishops on the family. Web listening analysis») muestra que de septiembre de 2013 a septiembre de 2014 se ha dado un interés especial al sínodo en los media digitales: más de 1,162,143 menciones, noticias y conversaciones se han generado en la web durante ese periodo. El análisis se basa sólo en las menciones realizadas en lengua inglesa.


Los resultados evidencian que Norteamérica (53%) es la zona donde más se ha hablado del sínodo, seguido de Europa (21%), Asia (10%) y África (4%). Por países, Estados Unidos se coloca a la cabeza, seguido de Gran Bretaña y Nueva Zelanda.

¿Pero exactamente cuánto, cuándo y en dónde se ha hablado del sínodo en la red? Los portales de noticias acaparan el 32% del total de menciones, después vienen los foros con 30%, seguido de las redes sociales, con 25%, para finalmente quedar los blogs con un 13%.

Los momentos «pico» en que a nivel mundial más se habló del sínodo fueron octubre de 2013, noviembre de 2013 y febrero de 2014. 


Tanto medios de orientación católica como portales generalistas han reservado amplios espacios al sínodo. Los diez portales católicos considerados en la categoría «news» que más han tocado el tema (un 75% del 100% total en esta categoría) son Catholic News Agency, National Catholic Register, Pantheos.com, Catholic.net, NZ Catholic Newspaper, National Catholic Reporter, US Catholic, Catholic Culture, Catholic World Report y Catholic online. 


Los medios generalistas considerados en la categoría «news» (15% del 100% total en esta categoría) son The Huffington Post US, Big News Network, Examiner, Yahoo! News US, The Huffington Post UK, Yahoo! News AU, CNSNews, Yahoo! News UK&IR, Yahoo! News AU y Otago Daly Times. Finalmente, el 8% restante de esta categoría lo comparten periódicos como The Telegraph, ABC News (USA), The Times, Herald Scotland, The Washington Times, The Guardian, International Herald Tribune, Daily Mail, USA Today y National Post (un 2% más se distribuye en medios locales de menor relevancia).


En la categoría «foros», el 46% de las discusiones se llevaron a cabo en foros de orientación religiosa: Catholic Answers Forum, Christian Forums, Religious Forums, Theology Online Forums, Irish Catholic´s Forum, Catholic Discussion Forums, Catholic Community Forum, Catholics Online Forum, Arian Catholic Theological Society (ACTS) Forums y Traditional Catholic Forum. Los foros generalistas acapararon el 33% de la conversación: Free Republic Forum, Reddit, Gaia Online Forum, CafeMom, Topix, Debate Politics Forum, US Message Board Forum, MMO-Champion Forum y Nairaland Forum. De forma exclusiva, Yahoo! Answers logró un 21% de todas las discusiones generadas en la categoría «fórum».


El tercer rublo de donde proceden las menciones sobre el sínodo en la web son las redes sociales. Para una mejor sistematización, el análisis «The Synod of the Bishops on the family. Web listening analysis» subdivide esta categoría en tres: Twitter (42% del 100% total en esta clase), Facebook (35%) y YouTube (23%). 

En Twitter las cuentas que más han hablado del sínodo han sido la oficial del Vaticano, seguida de las de Religion News Service, Christianity Today, American Catholic, Rome Reports, National Catholic Register, The Huffington Post Religion, Catholic News Agency, Womens Ordination Conf, EWTN, Gerard O´Conell, Catholic News Service, Diocese of Lancaster, Catholic Site y Catholic News Live.

En Facebook las 10 fanspage que más han hablado del sínodo han sido las de Catholic News Agency, Christianity Today, National Catholic Register, Catholic Online, Rome Reports, Catholic News Service, LifeSiteNews.com, HuffPost Religion, Fr. James Martin, SJ y Catholic World Report.

En YouTube los 10 videos sobre el sínodo con más visualizaciones pertenecen a The Remnant video, Vatican (Centro Televisivo Vaticano), RomeReports (5 de los diez videos), Salt and Light y al canal del Fr. Paul Nicholson.

Finalmente, en la categoría de blogs, las bitácoras que más han tratado el tema del sínodo son AmericanCatholic, One News Page, A Catholic life, Faithfulnews.com, Young Adult Catholics, Aggie Catholics, CatholiCanada.com, Blogspot Guardian y RedState.com.


Como conclusión, el análisis muestra que los tópicos asociados al sínodo sobre la familia en internet son: 1) divorcio, nuevo matrimonio y posibilidad de acceder a la comunión eucarística (34% del total), 2) visión cristiana del matrimonio (30% del total), 3) control de la natalidad y postura de la Iglesia católica (15% del total), 4) aborto (9% del total), 5) matrimonio gay y adopción por parte de parejas homosexuales (8%), 6) cohabitación antes del matrimonio (3%) y 7) cómo la pedofilia ha hecho perder credibilidad a la Iglesia (1%).


El análisis «The Synod of the Bishops on the family. Web listening analysis» pone de relieve otros puntos no menos importantes que, aunque no menciona el estudio, se pueden obtener tras una reflexión a partir de los datos: por un lado, las noticias son el principal vehículo por el que las personas han llegado a asociar los tópicos «sínodo-divorcio-nuevo matrimonio-comunión eucarística». Dado que los portales de orientación católica son los principales generadores de todo esto (75% del total, según el análisis), son ellos los que están informando (para bien o para mal, sembrando o no expectativas) al público católico. Es un público que tras leer las noticias comparte los enlaces en sus propios perfiles personales de redes sociales aumentando así exponencialmente el alcance original de lo leído.

La alta participación en las discusiones mediante los foros (30% del total) muestra también que a un nivel «de base» hay un elevado interés por participar en las deliberaciones, conocer más acerca del tema o expresar los propios puntos de vista. En este sentido, los foros son «lugares» óptimos para calibrar el sentir directo de los creyentes en la red, al menos de quienes se interesan para exponerlas por esos canales. Sin embargo, los datos del análisis evidencian también que los foros no confesionales son sitios donde la discusión en torno al sínodo no es mucho menor (46% de los confesionales contra 33% de los no confesionales al que hay que sumar el 21% de Yahoo! Answers). Este dato puede indicar que los foros son especiales ámbitos de discusión para los no católicos sobre temas eclesiales de especial relevancia.


El rublo «redes sociales» del estudio muestra un dato en sintonía con el del rublo de las «noticias»: tanto en Facebook como en Twitter y YouTube son los medios de orientación católica los que más están hablando del sínodo. El rublo «blogs» refleja una diversificación mayor entre bitácoras de cariz confesional y otras de medios generalistas.


Parroquia Maria Auxiliadora Tuxpan

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