agosto 2016



OREMOS, 

Guárdanos, Señor, durante esta noche y haz que mañana, ya al clarear el nuevo día, la celebración del domingo nos llene con la alegría de la resurrección de tu Hijo. Que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén. 

  El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte. Amén. 


 ANTIFONA FINAL DE LA SANTISIMA VIRGEN 


 Dios te salve, Reina y Madre de misericordia,
 vida, dulzura y esperanza nuestra,
 Dios te salve. 

 A ti llamamos los desterrados hijos de Eva, 
a ti suspiramos , gimiendo y llorando
 en este valle de lágrimas. 

 Ea, pues, Señora, abogada nuestra, 
vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos, 
y después de este destierro muéstranos a Jesús, 
fruto bendito de tu vientre. 

¡Oh clemente, oh piadosa, 
oh dulce Virgen María!










OREMOS, 

Guárdanos, Señor, durante esta noche y haz que mañana, ya al clarear el nuevo día, la celebración del domingo nos llene con la alegría de la resurrección de tu Hijo. Que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén. 

El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte. Amén. 

 ANTÍFONA FINAL DE LA SANTÍSIMA VIRGEN 

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva, a ti suspiramos , gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos, y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María!





Dios misericordioso, que has iluminado las tinieblas de nuestra ignorancia con la luz de tu palabra: acrecienta en nosotros la fe que tu mismo nos has dado; que ninguna tentación pueda nunca destruir el ardor de la fe y de la caridad que tu gracia ha encendido en nuestro Espíritu. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén. 

  El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. Amén.




Cuando la luz del sol es ya poniente,
gracias, Señor, es nuestra melodía;
recibe, como ofrenda, amablemente,
nuestro dolor, trabajo y alegría.

Si poco fue el amor en nuestro empeño
de darle vida al día que fenece,
convierta en realidad lo que fue un sueño
tu gran amor que todo lo engrandece.

Tu cruz, Señor, redime nuestra suerte
de pecadora en justa, e ilumina
la senda de la vida y de la muerte
del hombre que en la fe lucha y camina.

Jesús, Hijo del Padre, cuando avanza
la noche oscura sobre nuestro día,
concédenos la paz y la esperanza
de esperar cada noche tu gran día. Amén.







Bendícenos y santifícanos, Señor. 
Tú que te entregaste como víctima por nuestros pecados, acepta los deseos y las acciones de este día. Tú que nos alegras con la claridad del nuevo día, sé tú mismo el lucero brillante de nuestros corazones. Haz que seamos bondadosos y comprensivos con los que nos rodean para que logremos así ser imágenes de tu bondad. En la mañana haznos escuchar tu gracia y que tu gozo sea hoy nuestra fortaleza. Dios todopoderoso y eterno, humildemente acudimos a ti, al empezar el día, a media jornada y al atardecer, para pedirte que, alejando de nosotros las tinieblas del pecado, nos hagas alcanzar la luz verdadera que es Cristo. Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.





OREMOS, 


Señor Jesucristo, tú que eres manso y humilde de corazón ofreces a los que vienen a ti un yugo llevadero y una carga ligera; dígnate, pues, aceptar los deseos y las acciones del día que hemos terminado: que podamos descansar durante la noche para que así, renovado nuestro cuerpo y nuestro espíritu, perseveremos constantes en tu servicio. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén. 

 El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte. Amén.











Cántico de Zacarías.


EL MESÍAS Y SU PRECURSOR Lc 1, 68-79 

 Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo. suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo por boca de sus santos profetas: Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza y el juramento que juró a nuestro padre Abraham. Para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días. Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados. Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tiniebla y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.







Hermanos, habiendo llegado al final de esta jornada que Dios nos ha concedido, reconozcamos sinceramente nuestros pecados. 


Yo confieso ante Dios todopoderoso y ante vosotros, 
hermanos, que he pecado mucho de pensamiento,
palabra, obra y omisión: por mi culpa, por mi culpa, 
por mi gran culpa. Por eso ruego a santa María, 
siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a vosotros,
hermanos, que intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor.


 El Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna. Amén.











OREMOS

Dios nuestro, que impulsaste a santa Rosa de Lima
 a apartarse de la vida del mundo por amor tuyo
 y a consagrarse solo a ti, en la austeridad
 y en la penitencia, concédenos, por su 
intercesión,que sepamos seguir, en este
 mundo, el camino que conduce a la verdadera
 vida, para que lleguemos a gozar del torrente de
 tus delicias allá en el cielo. Por nuestro Señor
 Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina 
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios,
 por los siglos de los siglos.
 Amén

Parroquia Maria Auxiliadora Tuxpan

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