LA IMPORTANCIA DE LA PALABRA DE DIOS


P. Víctor Alejandro Zúñiga, msp.

Continuamente se escucha la queja sobre el aumento en el índice de violencia y como esta se ve manifestada en diversas formas como por ejemplo: asaltos, robos, plagios, violaciones, secuestros, asesinatos, infidelidades, pornografía, homosexualidad, <<bullying>>, guerras, fraudes, corrupción, maltratos, físicos y verbales, entre otras cosas manifestaciones; y la pregunta que surge de inmediato es: ¿por qué si Dios es tan bueno, permite que suceda todo esto?

Ordinariamente se piensa inmediatamente en responsabilidad a Dios de todo lo malo que pasa, pero si toda esta ola de violencia acontece es más bien debido al desconocimiento de la palabra de Dios, que como leemos en la cita anterior sirve para enseñar y educar, así como para reprender y corregir.

Así pues, si las personas que cometen estos ilícitos conociera esta palabra de vida, no harían lo que hacen, ya que Dios no hizo al hombre malo sino que lo creo a su imagen y semejanza, es decir, lo creo bueno y con la capacidad de ser co-creador junto con El para preservar la vida y no para destruirla; pero es el maligno que se aprovecha de la debilidad humana para confundir su mente  y espíritu, y así caer en esta aberraciones. 

La palabra inspirado por el espíritu santo es viva y eficaz, porque es una palabra llena del amor de Dios que todo lo perdona, todo lo soporta, todo lo aguanta, se da sin esperar nada a cambio, es generoso, paciente y tolerante.

En la medida que el hombre vaya conociendo esta palabra se ira conociendo a sí mismo, y al conocerse a sí mismo conocerá a su prójimo, y al conocerse a si mismo y al conocer a su prójimo, reconocerá a Dios y se forzara por cumplir su voluntad: <<Ámense los uno a los otros como yo lo he amado>> (Jn 15,12).

Solo en el verdadero amor de Dios, fruto de la meditación constante de su palabra, se lograra superar el límite humano que surge del egoísmo que busca su propio placer a cualquier precio y surgirá la actitud misericordiosa que es lo que más acercaría al hombre a Dios.

San pablo mismo reconoce y acepta que por desconociendo de esa palabra de amor cometió muchos actos ofensivos, persecuciones e insultos; al igual san Agustín, quien expreso haber << amado tarde a Dios>> por no haberlo conocido antes, provocando un lanzamiento desordenado sobre <<todo esas cosas hermosas que El creo y que si el mismo no es tuviese en ellas no existirían>>.

San Ignacio de Loyola, quien antes de conocer dicha palabra lo único que el interesaba eran las contiendas épicas, presumir y galantear, reconoció en los Evangelios la verdad al punto que llego a cambiar su forma vanidosa de vivir y, junto con otros cinco personajes fundo una comunidad religiosa que ha sido muy fructífera en la iglesia: los jesuitas. Esta nueva vida ha sido de bendición para muchos, al punto de darnos un Pontífice como el que ahora tenemos, Francisco <<el Papa del Espíritu>> quien también recientemente nos compartió  un documento que lleva precisamente por título: <<la alegría del Evangelio>>, en el cual nos invita a valorar la importancia de la palabra de Dios den la Nueva Evangelización para la trasmisión de la fe en el mundo actual.

De: Inquietud Nueva  enero_febrero 2014 N°175
Capturado por: Hermano Sergio Alberto Santiago Vargas 
Grupo: CERS  
Parroquia María Auxiliadora Diócesis de Tuxpan, Veracruz

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