AMÉRICA/BOLIVIA - El CAM 5 ha sido un Congreso gozoso, encarnado, consciente de los desafíos de nuestros pueblos
Santa Cruz de la Sierra (Agencia Fides) - “Se pusieron sobre la mesa temas relacionados con la fe, pero también con la vida de nuestros pueblos. Esto refleja que nuestro Congreso no fue solo un acontecimiento espiritual, sino algo encarnado, atento a la realidad, que muestra que somos conscientes de los desafíos a los que nos enfrentamos y que queremos abordar desde la perspectiva de los católicos comprometidos en el mundo de hoy”. Monseñor Eugenio Scarpellini, obispo de El Alto, Director Nacional de las Obras Misionales Pontificias (OMP) de Bolivia y Coordinador General del V Congreso Americano Misionero CAM 5, fue el encargado de llevar a cabo el primer balance del congreso que calificó como “altamente positivo”.
“Hemos venido de todos los países de las Américas dos cardenales, 95 obispos, 450 sacerdotes, 130 seminaristas, 120 religiosos y religiosas y muchos, muchos laicos comprometidos” que, junto a los voluntarios y organizadores, superamos la cifra 3.100 personas inscritas. Unos números que el obispo ha interpretado como indicadores de “una Iglesia con el estilo de Francisco, una Iglesia misionera, en salida”. Monseños Scarpellini, a continuación, hizo hincapié en la importancia de “la actitud y ambiente de fiesta” vivido continuamente en Santa Cruz, junto con la voluntad de profundizar en la misión, en la buena noticia de Jesús, “que quiere llegar a todos”, algo que se ha dejado ver en todo momento durante los trabajos llevados a cabo “con gran interés y participación de los congresistas”.
El profesor Roberto Tomicha, de la Pontificia Universidad Boliviana San Pablo (PUBSP), en conversación con la Agencia Fides, habla de un evento “inspirado en el magisterio de Francisco”, desde la preparación hasta el documento de trabajo. Una propuesta que también se reflejó en el trabajo grupal y se expresó en el documento final. El profesor boliviano ve una “armonía” panamericana en términos “de temática, metodología e intercambio”, a pesar de la variedad y la diferencia de las culturas representadas. Tomicha, especialista en la teología indígena, ha coordinado durante el Congreso un grupo de trabajo sobre las culturas y los pueblos indígenas, durante el cual, destaca, ha notado, de parte de los participantes, la aportación de “sus experiencias y profundas reflexiones sobre la realidad en la que están inmersos”, porque han venido a Santa Cruz preparados y con “propuestas proféticas”.
Entre los principales retos de la misión ad gentes en América, indica el destacado en el documento preparatorio del Sínodo especial sobre la Panamazonía, relacionado con el “cuidado de la casa común” que “se expresa en el cuidado de la naturaleza frente a la industria minera y a los conflictos agrarios y socioambientales”. Incluso el diálogo con los demás, “a todos los niveles”, es una tarea que no se ha completado, como tampoco “la urgencia de un protagonismo importante y real de los laicos, especialmente de las mujeres y los jóvenes” y la “recuperación de la memoria y la sabiduría de la vida ancestral milenaria” de los pueblos indígenas y afroamericanos, una deuda a pagar por una Iglesia “que quiere inculturarse y ser creíble” en la sociedad.
El Rector de PUBSP, Marco Antonio Fernández Calderón, destacó una mayor conciencia de la complementariedad ciencia-fe y de la necesidad de una iluminación de la fe en la ciencia y la tecnología. Los ecos de los delegados de los 24 países representados son entusiastas. Sor Ana María Rivera, salvadoreña, habla de “un Pentecostés Americano”. El joven sacerdote colombiano Edison Maya ha adquirido una nueva conciencia del hecho de que “la Iglesia tiene la misma misión que Dios”, y debe “descubrirla” en lugar de “construirla”. La diversidad de culturas y propuestas, la seriedad en la búsqueda de soluciones a los problemas sociales (aunque “misioneros, nosotros Iglesia, tenemos que bajar a las calles y vivir lo que vive la gente”), además de una nueva atención a lo que debería ser la mujer en la Iglesia fue algo que impactó a la hermana Pauline Fofana, misionera camerunesa de las Cruzadas de la Iglesia de la Madre Ignacia Nazaria (presentada como modelo y patrona de la CAM, que será canonizada el 14 de octubre).
Al igual que otros muchos participantes, para el padre Valdo, de la Congregación Brasileña de la Misión, el Congreso ha significado un fortalecimiento en la “certeza de la alegría de la vocación misionera” y el conocimiento de un camino no en soledad, sino con toda la Iglesia del continente. El aprendizaje y la “apertura mental” para leer los “signos de los tiempos” y para evangelizar según las pautas que han surgido, adaptadas a las necesidades actuales, son la aportación que Julio, un seminarista de El Alto, se lleva del evento. El CAM 6 tendrá lugar en Puerto Rico en 2023, como anunció el arzobispo de Santa Cruz, Sergio Gualberti, durante la Misa de clausura.
(SM) (Agencia Fides 17/07/2018)
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