(ZENIT – Ciudad del Vaticano, 30 Jun. 2017).- El papa Francisco recibió este viernes en la Sala Clementina del Palacio Apostólico Vaticano, a los miembros de la Organización Italo Latino Americana (IILA), en ocasión del 50 aniversario de su fundación.
Elogió entre las finalidades del IILA, promover el desarrollo y la coordinación, como también individuar las posibilidades de asistencia recíproca y de acción común en los países miembros.
El IILA s una organización intergubernamental fundada en Roma en 1966, activa en el campo cultural, científico y de cooperación al desarrollo, que colabora con el Ministerio de Exteriores de Italia para realizar determinados proyectos.
Les invitó así a “individuar las potencialidades” en países ricos en historia, cultura, recursos naturales; donde además “sus gentes son buenas y solidarias con los demás pueblos”, como se ha ha comprobado ante las recientes catástrofes naturales.
El segundo punto “es coordinar esfuerzos para dar respuestas concretas y hacer frente a los ruegos y necesidades de los hijos e hijas de nuestros Países” precisando que “Coordinar no es dejar hacer al otro, y al final dar el visto bueno; sino que conlleva mucho tiempo y esfuerzo; es un trabajo escondido y poco valorado, pero necesario”.
El Santo Padre indicó que la emigración ha existido siempre, pero en los últimos años se ha incrementado de una manera nunca antes vista. Y “es un drama de división: se dividen las familias, los hijos se separan de sus padres, se alejan de su tierra de origen, hasta los mismos gobiernos y los países se dividen ante esta realidad”. Por ello aseguró “se necesita fomentar una política conjunta de cooperación para abordar este tema”.
Y por último, el tercer aspecto: promover una cultura del diálogo. Algunos países están atravesando momentos difíciles a nivel político, social y económico. Los ciudadanos que tienen menos recursos son los primeros en notar la corrupción que existe en las distintas capas sociales y la mala distribución de las riquezas.
Sé que muchos países trabajan y luchan para lograr una sociedad más justa, promoviendo una cultura de la legalidad. La promoción del diálogo político es esencial, ya sea entre los distintos miembros de esta Asociación, así como también con países de otros continentes, de modo especial con los de Europa, por los lazos que los unen.
En esta colaboración y diálogo se encuentra la diplomacia como instrumento fundamental y de solidaridad para alcanzar la paz.
El diálogo es esencial; pero no el «diálogo de sordos». Se pide una actitud receptora que acoja sugerencias y comparta inquietudes. Capacidad de escucha. Es un intercambio recíproco de confianza, que sabe que al otro lado está un hermano con la mano tendida para ayudar, que desea el bien de las partes y estrechar vínculos de fraternidad y amistad para avanzar por caminos de justicia y de paz.
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