P. Daniel Escobar Gutiérrez, msp.
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Es alarmante y triste que se anuncia que actualmente 267 mil menores de edad viven en <<unión libre>> o en una situación vulnerable en la ciudad. El 6% de las niñas de 12 a 17 años ya no son solteras, algunas por imprudencia. A temprana edad, tanto ella como él, han decidido juntarse y tomar responsabilidades sin estar preparados para ellas. Si esto ocurre en una ciudad, que será en las que se han hecho una estadística seria. ¿Por qué dejar que los jóvenes se pongan cargas pesadas a sabiendas de que no funcionaran, en su mayoría, esas uniones?
La unión entre un hombre y una mujer es seria porque está en juego sus propias personas y su futuro y, si hay hijos, la situación es más delicada: Serán hijos si una familia estable, serán una pareja que se deje llevar por el azar del destino, se quedaran al aire los compromisos que adquirieron sin no funciona lo que planearon. Esta unión tiene muchos puntos débiles, que hay que tener presentes.
No hay vínculos serios.- Cuando dos personas contraen matrimonio dicen <<si>>, para siempre. Esto tiene un peso enorme que compromete sueños, ilusiones…, el construir la felicidad y realizarse con personas. Si al frase << quiero casarme contigo>>, no es para siempre, no vale lo que se puede decir a una persona que se pretende amar. Por otro lado, se dejan los mejores años de la vida a merced del azar. En cualquier momento se podría decir: <<no funciono>>, y cada quien seguirá su camino.
No hay compromiso.- Si no hay el peso de un <<si>> y de un vínculo que lo determine, se es presa fácil de que en cualquier momento se dé el abandono, sui más. Lo peor es muchos casos es de que se desmorona todo, que dando en ruinas, y dejando lamentables consecuencias, de las que posiblemente nunca se levante ella o él o queden sumamente afectados los hijos, si los hubo.
En muchos casos, solo se mueven por lo genital.- El matrimonio es un complejo de situaciones personales, culturales, de proyectos y de aspectos sumamente esenciales; por lo tanto, si se reduce al acto genital quedaría tan debilitado el matrimonio que se pensaría que para estar juntos el único motivo que hay es que se debe funcionar genitalmente si así se actúa se está minusvalorando a las persona, porque esta se ve reducida a un simple objeto.
No es decisión estable.- Un arreglo no es decisión, sino que es facilitar la separación, pues no hay autoridad que controle, ningún vínculo religioso que los una. Hay que sostener que casarse hace a la pareja más estable. Algunas estadísticas muestran que el hombre es el que más insiste en una unión de acuerdos mutuos con finalidad de que estos puedan romperse si es necesario. Si se busca un verdadero bien y un futuro estable es mejor <<construir sobre roca que sobre arena>>.
No hay respeto.- Si alguien dice amar a una persona, se esperaría que el tomara en serio, respetando su dignidad y su valor. El respeto tiene que ser la clave de muchas decisiones y éste debe contar con amor, preparación, planeación, gran disposición y compromiso para que la unión sea perdurable.
No hay amor real.- El amor exige fidelidad, día a día, crecer en la entrega mutua, permitir que Dios lo alimente y haga crecer y madurar esa decisión de amarse toda la vida. Cuando se carece de amor, se cae en la desconfianza, la rutina, y un sinfín de prejuicios. Donde hay amor se puesta todo, se perdona todo, se cree, se asume cualquier compromiso, se pertenece en el <<si>>, porque <<el amor es más fuerte que la muerte>>. El amor es como un fuego, que hay que avivarlo día a día, si no, se apaga.
No hay bines.- Muchas veces las relaciones y acuerdos que realizan personas que apuntan por la unión libre pueden estar revestidos de alevosía y ventajas muy egoístas y eso es un signo de que no se recogerá ningún beneficio. Por cita el dicho dice: <<siembra vientos y cosecha tempestades>>. Hay que aceptar por la experiencia de muchos matrimonios que amar es dar, haciendo feliz al otro y que el mejor bien es que esto llegue a ser una realidad mutua y para los hijos.
No se quieren hijos.- Si los hijos son bendición de Dios, por qué ahora tienen que planearse con cierta pretensión egoísta y hasta con afán de seguir siendo libres por el hecho de que los hijos se consideran <<una carga o estorbo>>. La tarea fundamental del matrimonio y de la familia es estar al servicio de la vida. En este sentido, el hijo es una bendición para los padres y como tal tiene que ser aceptado y comprendido. La gratuidad es la ley de transmisión de la vida humana.
De: Inquietud Nueva enero_febrero 2014 N°175
Capturado por: Hermano Sergio Alberto Santiago Vargas
Grupo: CERS
Parroquia María Auxiliadora Diócesis de Tuxpan, Veracruz
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