Roma (Agencia Fides) – “Para nosotros los Camilos, el aniversario de la jornada Mundial de los Enfermos es una oportunidad para poner el compromiso al servicio de la vida más frágil en el centro de atención, donde los enfermos dan testimonio de su camino de sufrimiento”: así lo como comenta a Fides el Padre Gianfranco Lunardon, Secretario General de la Orden de Ministros de Enfermos (los Camilos), hablando de la Jornada que se celebra cada año el 11 de febrero, en la memoria litúrgica de la Bienaventurada Virgen María de Lourdes. “El cuidado y la asistencia a los enfermos – recuerda -, siempre ha sido parte de la historia de la caridad de cada comunidad cristiana, según la palabra de Jesús: 'Estaba enfermo y me visitaste' (Mt 25, 35) y hoy continúa en todo el mundo”.
Establecido en 1992 por Juan Pablo II como un momento especial de oración y para compartir, la Jornada de los Enfermos se encuentra ahora en su vigésimo octava edición. El tema del mensaje elegido por el Papa Francisco para 2020 está tomado del Evangelio de Mateo: “Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso” (Mt 11, 28). “El Santo Padre a través de este mensaje - explica el Secretario General a Fides -, invita a toda la comunidad que sufre a encontrar refrigerio en el encuentro con Jesús: es el Señor el único que ofrece esperanza, que nos trae la salvación. Quien experimenta el fiel amor de Dios y su consuelo en su vida – continúa-, tiene la obligación y el deber de permanecer cerca de los hermanos más débiles y hacerse cargo de sus debilidades. Todos los fieles - especifica el religioso -, están llamados a convertirse en misioneros en lugares de sufrimiento para traer el anuncio y la presencia de Dios y de la Iglesia”.
En muchas partes del mundo, el trabajo de la Iglesia contribuye a brindar esperanza a quienes viven en una situación de desesperación y sufrimiento: “Todas nuestras comunidades cristianas”, señala el p. Lunardon, “surgieron gracias al trabajo de misioneros y voluntarios animados por el espíritu evangélico”. Según informa el religioso, en la isla de Taiwán, la presencia de misioneros camilos, desde principios de los años cincuenta hasta hoy, ha llevado a la construcción de un gran hospital con 700 camas, un Centro para personas con discapacidad mental con 230 residentes, un nuevo hogar para ancianos con 150 camas y la fundación de la primera facultad de ciencias de enfermería en la isla, que hoy cuenta con más de tres mil estudiantes. El testimonio de amor y cuidado por los enfermos también da otros frutos misioneros, dice el p. Gianfranco: “En Uagadugú, Burkina Faso, la acogida y el cuidado de los enfermos en las diversas estructuras sanitarias territoriales, representan un punto de encuentro entre las diferencias y las especificidades culturales y religiosas que coexisten en el país”.
Desde el principio, los misioneros camilos han dado gran importancia al Día de los enfermos porque, subrayando el valor del servicio espiritual y corporal, a los enfermos, también se subraya la misión propia de cada persona enferma: “Con la promoción de la salud y el tratamiento de la enfermedad – recuerda el p. Lunardon - cooperamos en la obra de Dios creador, glorificamos a Dios en el cuerpo humano y expresamos fe en la resurrección. Cada año en nuestras iglesias - continúa el Padre Gianfranco -, la Jornada del enfermo se celebra solemnemente administrando la unción sagrada de los enfermos. Estos ofrecen su sufrimiento a Dios. San Camillo de Lellis, nuestro fundador – concluye -, nos enseñó a colocar al hombre en el centro de la mirada y la acción: el acogía y valoraba a todas las personas heridas por el sufrimiento en su más profunda e inalienable dignidad”. (ES) (Agencia Fides 10/2/2020)
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