DUBLÍN, 25 Ago. 18 (ACI Prensa).-
El Papa Francisco visitó y dio su bendición a un grupo de familias sin techo que son atendidas por sacerdotes capuchinos en Dublín (Irlanda), y les alentó a rezar por los sacerdotes.
Alrededor de las 5:30 p.m. (hora local), concluida su visita a la Procatedral de Santa María, el Santo Padre llegó al Centro de acogida de los Padres Capuchinos. En el lugar se encontraban reunidas alrededor de 100 personas.
El centro es atendido por 10 sacerdotes capuchinos, que recibieron al Papa a su llegada.
El director del centro, Fray Kevin Crowley, destacó en su saludo al Pontífice que “los hermanos capuchinos siempre han sido conocidos como los Hermanos del Pueblo.
“En estos días, usted es la verdadera inspiración de ese título: usted es un verdadero hermano del pueblo, un verdadero hermano del pobre”.
El #PopeinIreland regalo al centro de acogida de los padres capuchinos para familias sin hogar un Icono de San Francisco. #pápainÉirinn Vatican Media pic.twitter.com/dwptvJQFzy
— ACI Prensa (@aciprensa) 25 de agosto de 2018
“Nuestros hermanos y hermanas que usan este centro lo hacen en un espíritu de dignidad y respeto, esa misma dignidad y respeto que usted ama ver en cada familia”.
Fray Crowley recordó que el centro fue inaugurado en 1969 “con el propósito de ayudar a personas necesitadas”.
“En este Año de la Familia, nuestra principal preocupación es la dignidad y respeto de cada persona que viene a nuestro centro”.
“No hacemos preguntas a aquellos que vienen a este lugar, pues sentimos que ya es suficientemente difícil para ellos venir y traer a sus niños para ser alimentados y nutridos”, señaló.
Fray Crowley subrayó que la preocupación principal de los padres capuchinos en el centro es “que nadie pase hambre”.
A su turno, el Papa destacó el papel de “hermanos del pueblo” de los capuchinos, pues “si alguna vez alguna comunidad capuchina se aleja del pueblo, cae”.
El Santo Padre subrayó que “tienen una especial sintonía con el pueblo de Dios, y también con los pobres, sobre todo. Tienen la gracia de contemplar las llagas de Jesús en las personas que tienen necesidad”.
“Para ustedes son la carne de Cristo, y la Iglesia tiene necesidad de su testimonio”, aseguró.
El Papa señaló también que le tocó el corazón el hecho que los padres capuchinos “nunca piden nada, es Jesús quien les da”.
“Aceptan la vida como viene, dan consuelo y, si hace falta, perdonan”.
“Esto me hace pensar en tantos sacerdotes que pasan preguntándose sobre la vida de los otros, y que en las confesiones excavan y excavan para indagar. Su testimonio enseña a los sacerdotes a escuchar, a ser cercanos, perdonar y no preguntar demasiado”, aseguró.
El Santo Padre señaló que este testimonio enseña a los sacerdotes “a ser sencillos como Jesús dijo que había hecho aquel padre, que cuando su hijo regresó lleno de pecados y vicios, el padre no se sentó en el confesionario y comenzó a indagar y a indagar. Él vio la penitencia del hijo, su arrepentimiento y lo abrazó”.
A las familias reunidas esta tarde en el centro, el Santo Padre les agradeció “por venir con confianza”.
“Yo les digo una cosa, ¿saben por qué vienen con confianza? Porque ellos les ayudan sin quitarles la dignidad. Para ellos, cada uno de ustedes es Jesucristo. Gracias por la confianza que ponen en nosotros”.
El Papa les pidió además que “recen por la Iglesia, recen por los sacerdotes, recen por los capuchinos, recen por los obispos”.
“Y también recen por mí, me permito pedírselo. Recen por los sacerdotes, no se olviden”, exhortó.
Al finalizar el encuentro, el Papa Francisco regaló a los padres capuchinos un ícono de San Francisco de Asís, y recibió también un presente de uno de los asistentes al encuentro.
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