Ciudad del Vaticano, 10 enero 2016 (VIS).-Una vez finalizada la celebración eucarística en la Capilla Sixtina, el Santo Padre se asomó a la ventana de su estudio, en el Palacio Apostólico Vaticano, para rezar el Ángelus con los fieles y peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro. Antes de la oración mariana, el Pontífice pidió a todos los presentes que rezasen por los 26 niños y niñas que acababa de bautizar y habló de cómo el Evangelio del día ''nos presenta a Jesús, en las aguas del río Jordán, al centro de una maravillosa revelación divina''. Mencionó las palabras del apóstol Lucas: ''Todo el pueblo se hacía bautizar, y también fue bautizado Jesús. Y mientras estaba orando, se abrió el cielo y el Espíritu Santo descendió sobre él en forma corporal, como una paloma. Se oyó entonces una voz del cielo: Tú eres mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta toda mi predilección''.
''En este evento, testificado por los cuatro Evangelios, -continuó- tuvo lugar el pasaje del bautismo de Juan Bautista, basado en el símbolo del agua, al Bautismo de Jesús ''en el Espíritu Santo y en el fuego''. De hecho, el Espíritu Santo en el Bautismo cristiano es el artífice principal: es Él quien quema y destruye el pecado original, restituyendo al bautizado la belleza de la gracia divina; es Él quien nos libera del dominio de las tinieblas, es decir, del pecado y nos traslada al reino de la luz, es decir, del amor, de la verdad y de la paz. Esto es el reino de la luz''.
Francisco explicó que ''el Espíritu Santo, recibido por primera vez el día de nuestro Bautismo, nos abre el corazón a la Verdad, a toda la Verdad. El Espíritu empuja nuestra vida hacia el camino laborioso pero alegre de la caridad y de la solidaridad hacia nuestros hermanos. El Espíritu nos da la ternura del perdón divino y nos invade con la fuerza invencible de la misericordia del Padre. No olvidemos que el Espíritu Santo es una presencia viva y vivificante en quien lo recibe, reza con nosotros y nos llena de alegría espiritual''.
Asimismo invitó a todos a agradecer este don recibido y a buscar la fecha de bautismo porque ''es muy importante conocerla -dijo-. Es una fecha para festejar: es la fecha de nuestro renacimiento como hijos de Dios. Por esto, tarea para casa para esta semana: Ir a buscar la fecha de mi bautismo. Festejar ese día significa reafirmar nuestra adhesión a Jesús, con el compromiso de vivir como cristianos, miembros de la Iglesia y de una humanidad nueva, en la cual todos somos hermanos''.
Después de rezar el Ángelus, Francisco mandó una especial bendición ''a todos los niños que han sido bautizados recientemente, también a los jóvenes y adultos que han recibido desde hace poco los Sacramentos del inicio cristiano o que se están preparando. ¡La gracia de Cristo los acompañe siempre!''.
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