(ZENIT – 9 Oct. 2017).- “Entre las tareas del Sucesor de Pedro está la de asegurar buenos obispos a las Iglesias particulares dispersas por todo el mundo. A vosotros y a vuestros Sínodos, os pido que colaboréis en este servicio tan importante servicio para encontrar hombres aptos a ese ministerio”, ha dicho el Papa a los patriarcas y arzobispos mayores de las Iglesias Orientales Católicas.
Esta mañana, a las 12:15 horas, el papa Francisco ha recibido en audiencia a los patriarcas y arzobispos mayores de las Iglesia Orientales Católicas, como ya lo hizo en noviembre de 2013 con sus predecesores.
Los pastores orientales realizan esta visita en el contexto del Centenario de la Congregación para las Iglesias Orientales y el Instituto Pontificio Oriental, que se conmemorará el próximo 12 de octubre en el Vaticano.
El programa prevé una primera visita privada al Instituto Pontificio Oriental por parte del Santo Padre, Superiores del Dicasterio, Patriarcas, Arzobispos Mayores y Metropolitanos ‘sui iuris’, la Presidencia General de la Compañía de Jesús, el Padre Delegado de las Casas en Roma, el Rector, los profesores, los estudiantes, el personal y los benefactores del PIO.
El Santo Padre se reunirá después con un grupo más pequeño en el patio donde bendecirá un árbol plantado en el Centenario y después los trabajos de restauración del complejo, antes de ir al Aula Magna, donde saludará a los benefactores del PIO y al personal no docente, tras entregar al Gran Canciller la carta apostólica enviada para la conmemoración del centenario.
Asimismo, el próximo miércoles 11 de octubre, los miembros de la Asamblea Plenaria y Oficiales del Sacerdocio y laicos del Dicasterio asistirán a la audiencia general del Santo Padre en la Plaza de San Pedro.
Siguen las palabras pronunciadas por el Papa al principio del encuentro de esta mañana, que ha tenido lugar en el ámbito de la Asamblea Plenaria de la Congregación para las Iglesias Orientales, en curso del 9 al 12 de octubre con motivo del centenario de la institución de ese Dicasterio.
Palabras del Santo Padre
Venerables y queridos hermanos,
Me siento feliz de estar con vosotros, Padres y Jefes de las Iglesias Católicas Orientales, para compartir las alegrías y los dolores de los fieles confiados a vuestros cuidados pastorales.
La solicitud por todas las Iglesias se manifiesta también a través de la comunión jerárquica con el Obispo de Roma, sucesor de San Pedro. Precisando ser Obispo de Roma es el fundamento del ministerio petrino, que es un servicio de presidir a la caridad y en la caridad (IGN ANT, Lett. Rom, Proemio).
Estoy convencido de que deba ser impulsado y valorado en la Iglesia el nexo que une la colegialidad y el primado petrino, para ejercer un “primado diaconal”, el de ‘Servus Servorum Dei’.
Entre las tareas del Sucesor de Pedro, así como sucedió para la elección del apóstol Matías (ver At 1.15-26), está la de asegurar buenos obispos a las Iglesias particulares dispersas por todo el mundo. A vosotros y a vuestros Sínodos, os pido que colaboréis en este servicio tan importante servicio para encontrar hombres aptos a ese ministerio.
Ahora os dejo la palabra e intentaré responder a vuestras preguntas.
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