REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz
Profetizado por Isaías como "una voz que grita en el desierto", en el segundo domingo de adviento, Juan Bautista predica: "Conviértanse y crean porque el Reino de los cielos está cerca”. Inspirado en este Evangelio, Francisco recordó que estas son las mismas palabras con las que Jesús da inicio a su misión. “Se trata del mismo anuncio feliz: ¡viene il reino de Dios, es más, está cerca, en medio de nosotros!
El Obispo de Roma se preguntó entonces ¿qué es este reino de los cielos?, y dijo que inmediatamente nosotros pensamos en algo relacionado con el más allá: la vida eterna y es cierto, “pero la bella noticia que Jesús nos trae y que Juan anticipa, es que al reino de Dios no tenemos que esperarlo en el futuro: se ha aproximado y de algún modo está ya presente y podemos experimentar ya dese ahora su potencia espiritual”.
El Papa explicó que Dios viene a establecer su señorío en nuestra vida de cada día; y que allí donde es recibido con fe y humildad germina el amor, la alegría y la paz. Y subrayó que “la condición para entrar y ser parte de este reino es realizar un cambio en nuestra vida, es decir, convertirnos”. “Con el nacimiento de Jesús en Belén, es el mismo Dios quien ha venido a habitar entre nosotros, para liberarnos del egoísmo, del pecado y de la corrupción”.
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