El Evangelio de hoy presenta la “parábola de los talentos”, la cual es precedida por la parábola de las diez jóvenes (Mt 25,1-13), y le sigue la parábola del juicio final (Mt 25,31-46). Estas tres parábolas forman parte del quinto y último discurso llamado Escatológico, que presenta el Evangelio según San Mateo (Mt 24,1-25,46).
La parábola de los talentos relata la historia de un hombre que, previo a salir de viaje, confía sus bienes entre sus empleados. A uno le da cinco talentos, a otro dos y, al último, le da uno. Cada uno recibe según su capacidad. Los dos primeros, confiando en su señor, duplican los talentos. El que recibió uno, por temor a su señor, lo entierra para no perderlo.
La fuerza de esta parábola llega a nuestros días y nos hace reflexionar. Todos hemos recibido algún talento, pero no todos los utilizamos del mismo modo. El Reino de Dios crece en la medida en que utilizamos los bienes y dones recibidos para servir y ponerlos a disposición de los demás. Multipliquemos la fraternidad y la esperanza. Que nuestras acciones rebosen de caridad y de misericordia. Transformemos los ambientes llenos de temor y egoísmo, en espacios donde abunde la gracia y el perdón.
Te invito a descubrir tus talentos y a pensar que no importa si son muchos o pocos. Lo fundamental es reconocer que Dios te los ha otorgado para que seas de bendición para otros. Si transitas este camino de gratuidad, siendo fiel en lo poco, sin dudar, el Señor te confiará más.
Francisco Díaz SJ
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