(zenit – 1 nov. 2020)-. El cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin, pronunció virtualmente un discurso el pasado miércoles 28 de octubre en la apertura de la Asamblea Plenaria de la la Comisión de las Conferencias Episcopales de la Unión Europea (COMECE)
En el marco del 40º aniversario de la COMECE, la Asamblea de Obispos de la Unión Europea, presidida por el cardenal Jean-Claude Hollerich, dio la bienvenida al cardenal Pietro Parolin, para dialogar sobre algunos de los desafíos más imperiosos de la UE mencionados por el Santo Padre en su reciente y mensaje sobre Europa.
Entre los temas examinados figuraba el papel de la Iglesia Católica en la UE para una recuperación justa, equitativa y ecológica de la pandemia de COVID-19, y para la promoción del Bien Común mediante políticas centradas en la persona, en particular en los ámbitos del desarrollo humano sostenible, la migración y el medio ambiente.
El cardenal Parolin destacó que la Iglesia Católica ha acompañado de cerca el proceso de integración europea desde sus comienzos y que “el establecimiento de la COMECE en 1980 fue un signo tangible de la importancia que la Santa Sede atribuye a las actividades promovidas por las instituciones europeas”.
A la luz del llamamiento del Papa Francisco a la UE para que sea “sanamente laica”, el secretario de Estado recordó que la Iglesia, aunque respeta la autonomía de la vida política, no restringe su misión a la esfera privada. “Por el contrario, citando la Carta Encíclica del Santo Padre Fratelli Tutti, [la Iglesia] no puede ni debe permanecer al margen en la construcción de un mundo mejor”.
Al tiempo exhortaba a todos, incluidas las instituciones de la UE, a “redescubrir el camino de la fraternidad que inspiró y guió a los fundadores de la Europa moderna”, el cardenal aseguró que la Iglesia estaría en la primera línea del largo y arduo proceso de recuperación de los efectos de la pandemia de COVID-19. “Esta es una ocasión para construir una Europa más justa y solidaria que comparta la investigación científica y las inversiones para la producción de vacunas y la atención a los más vulnerables”, dijo.
En su encuentro, los obispos y el secretario de Estado también se refirieron a la Conferencia sobre el Futuro de Europa como “una ocasión significativa para repensar la identidad europea y sus valores, así como para salvar la distancia entre las instituciones de la UE y los ciudadanos”.
El cardenal subrayó la importancia de que la Iglesia Católica participe en esa conferencia como miembro en el contexto del diálogo abierto, transparente y regular entre la UE y las Iglesias mencionado en el artículo 17 del TFUE.
La Asamblea de la COMECE constituyó también una oportunidad para evaluar diversas iniciativas de la UE. Según los obispos, el Plan de recuperación para Europa y el Pacto Verde parecen encaminarse en la dirección correcta, promoviendo la solidaridad entre los Estados miembros así como una conversión ecológica que pueda beneficiar a Europa y al mundo entero.
Se expresó prudencia con respecto al nuevo Pacto de la UE sobre Migración y Asilo, que “marca un paso adelante, pero también plantea muchas dudas”. El cardenal Parolin apoyó la idea de revisar el Reglamento de Dublín y adoptar políticas de acogida, protección, promoción e integración de los migrantes, solicitantes de asilo y refugiados.
Para poner fin al invierno demográfico que ha caracterizado a Europa desde hace varias décadas, los obispos delegados destacaron la necesidad de políticas que apoyen específicamente a la familia, como “célula básica de nuestra sociedad”.
En cuanto a la presente transformación digital de nuestras sociedades, los obispos expresaron su voluntad de estar alerta y asegurar que ésta siga el desarrollo integral de cada persona y de todos los pueblos, sin menoscabar la dignidad humana.
Palabras del cardenal Hollerich
Tras acoger el mensaje del Papa Francisco sobre Europa “como un estímulo para seguir trabajando con las instituciones de la UE”, el presidente de la COMECE, el cardenal Jean-Claude Hollerich, expresó su agradecimiento por la participación y la contribución del cardenal Parolin, la cual “confirma el gran aprecio de la Santa Sede por la misión de diálogo con la Unión Europea llevada a cabo por la COMECE”, afirmó.
En el contexto de la pandemia actual, el cardenal Hollerich reconoció a la UE como “una presencia unificadora de coordinación y apoyo a los Estados miembros” y, en este marco, anunció un mensaje con un fuerte llamado a la solidaridad y la esperanza elaborado por los presidentes de todos los Episcopados de la UE que se publicará en las próximas semanas.
Para cumplir con las medidas sanitarias establecidas por las autoridades de la Región de Bruselas, la Asamblea de la COMECE se celebró exclusivamente por videoconferencia. Se agradeció particularmente a Mons. Alain Paul Lebeaupin, nuncio apostólico ante la Unión Europea desde 2012, que pronto terminará sus 41 años de misión en el servicio diplomático de la Santa Sede.
Al concluir la Asamblea, los obispos condenaron el atentado terrorista ocurrido el jueves 29 de octubre de 2020 en la basílica de Notre-Dame de Niza. Mons. Antoine Hérouard, obispo delegado de la Conferencia Episcopal Francesa ante la COMECE, dirigió una oración por las víctimas, como “personas que han sido asesinadas sólo porque querían rezar al Señor en una Iglesia”.
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