Entrevista: Las hermanas luchan contra la trata de personas, incluso en la ‘Superbowl’

Sistema de Información del Vaticano

(ZENIT – 30 sept. 2019).- “Han pasado por mucho, y no se rinden y nosotroas no nos rendimos con ellos.”

En una entrevista exclusiva con zenit en Roma, la hermana Ann Oestreich, de las Siervas del Corazón Sagrado de María, delegada de Talitha Kum en Estados Unidos, dijo esto sobre las víctimas de la trata de seres humanos, señalando que, en consecuencia, las religiosas en primera línea “tienen el don de la esperanza obstinada”.

Talitha Kum, red internacional de vida consagrada contra la trata de seres humanos, celebra su décimo aniversario con su Asamblea General, que tuvo lugar del 21 al 27 de septiembre de 2019, en Roma.

Esta hermana religiosa de Milwaukee habló sobre la trata de personas en los Estados Unidos, en particular sobre su predominio, apuntando que sorprendentemente se basa principalmente en la trata “doméstica” (nacional) y también sobre cómo la inmunidad diplomática puede alimentar el fenómeno.

La hermana, que se reunió el pasado jueves con el Papa Francisco en la audiencia junto con toda la delegación de Talitha Kum, comparte historias personales e incluso cómo las hermanas católicas han trabajado en colaboración con los principales eventos deportivos, especialmente el de la Superbowl, de manera muy práctica.

La hermana Ann no solo habló sobre cómo el Santo Padre ha sido un gran defensor y “comprende este asunto”, sino que también explica cómo cualquier hermana puede involucrarse de alguna manera para combatir este fenómeno.

A continuación se expone la entrevista con la Hermana Ann.

***

zenit: ¿Cuándo alguien habla de esclavitud, muchos piensan a menudo en el pasado y en la historia, sin embargo, siguen existiendo esclavos hoy… ¿Podría explicarnos quiénes son estos esclavos de la era contemporánea?

Hermana Ann Oestreich: Desafortunadamente, ¡eso es cierto! No creo que la esclavitud haya terminado nunca. Como estadounidenses, a menudo pensamos que la esclavitud terminó con la Proclamación de la Emancipación, pero la gente siempre ha sido esclavizada de alguna manera. Pensamos en ello sobre todo ahora bajo el nombre de trata de seres humanos. La gente es esclavizada sexualmente, laboralmente, a través de matrimonios forzados, de la mendicidad forzada, los niños soldados, de muchas maneras. Algunos incluso son esclavizados para vender sus órganos, por el tráfico de órganos. Hay tantas formas de esclavitud moderna o de trata de seres humanos moderna que no son tan visibles como en el siglo XIX, pero ciertamente es frecuente.

zenit: Y en Estados Unidos, en particular, ¿qué tipos de prácticas son los más comunes, más obvios y dónde se encuentran exactamente?

Hermana Ann Oestreich: La esclavitud sexual y la esclavitud laboral, sí, son muy evidentes en Estados Unidos. Creo que también hay mendicidad forzada y matrimonios forzados. Lo que no vemos tanto son los niños soldados. No tenemos conocimiento de que haya niños soldados, pero existe tráfico para la extracción de órganos, y esto ocurre a menudo, especialmente en la frontera sur. La gente está desesperada. Es una manera de encontrar algún ingreso, de encontrar alguna seguridad económica, aunque sea temporal.

zenit: ¿Cómo está representado Estados Unidos en este encuentro? Y cuéntanos un poco más sobre ti….

Hermana Ann Oestreich: En la asamblea de la Unión Internacional de Superioras Generales (UISG), hay seis hermanas estadounideneses, y una mujer laica que es la nueva directora ejecutiva de “US Catholic Sisters Against Human Trafficking“. Mi papel es el de miembro del comité internacional de coordinación de Talitha Kum y represento a Estados Unidos en el mismo. De este modo, formamos parte de la planificación de todo esto. Contamos con espacio limitado. Así que, la hermana Gabriella Bottani, nuestra coordinadora, trabajó con nuestras limitaciones de espacio y el número de redes que tenemos. A cada continente se le dio un número de delegados que podían enviar, de modo que todos pudiéramos caber en la sala (sonríe). Tenemos 86 delegados. Norteamérica tiene ocho, y para nuestro propósito, Norteamérica es Canadá y Estados Unidos. Esto se debe a cómo se establecen las conferencias de religiosas. México pertenece a una conferencia diferente. De lo contrario, formaría parte también, por supuesto.

zenit: ¿Cómo se involucró por primera vez con este asunto?

Hermana Ann Oestreich: Trabajaba como coordinadora de justicia para una congregación internacional de mujeres, ”Justicia y paz, integridad de la Creación” y en 2009, la presidenta de la congregación regresó de la UISG y dijo “realmente necesitamos ser activas, reaccionar ante la trata de personas y realmente necesitamos formar a nuestras hermanas sobre el tráfico de personas”. Y así hicimos. Tuvimos que proporcionar mucha formación a nuestras hermanas en Estados Unidos. Las hermanas de África, de Asia, en cambio, estaban familiarizadas, al igual que las hermanas de América del Sur.

Para las hermanas, pero no solo para las hermanas, sino para todas las personas en Estados Unidos, la concienciación es un componente muy importante del trabajo que hacemos. La gente a menudo piensa que esto no sucede en Estados Unidos, piensan que pasa en otros países. ¡Es completamente falso! ¡Hay tantos casos de trata de personas en esta país! Más de lo que somos capaces de contar con precisión, por lo que no podemos dar un número, pero sabemos dónde está, sabemos dónde ocurre y estamos trabajando con todas nuestras fuerzas para ayudar a las personas a reconocer los signos de la trata de personas, de modo que los casos puedan ser procesados y las víctimas puedan ser rescatadas.

zenit: ¿Qué espera lograr?

Hermana Ann Oestreich: Lo que esperamos es convertir la trata de seres humanos en una actividad de mayor riesgo para los traficantes, porque ahora mismo presenta un riesgo bajo. Existe una relación proporcional en este momento según el cual la trata de seres humanos constituye un delito de alto beneficio y de bajo riesgo, pero es un delito. Y seguirá creciendo hasta que seamos capaces de cambiar esa proporción a una actividad de bajo beneficio y de alto riesgo.

zenit: ¿Y hay algunos casos particulares que le hayan impactado…?

Hermana Ann Oestreich: Hubo un caso de una joven que conocí en Nueva York, en uno de los albergues de las hermanas. Ella era de Asia y fue trasladada allí como parte del séquito de un embajador de la ONU, específicamente con otra familia del séquito del embajador. Ella cuidaba de los niños. También se vio obligada a hacer todas las tareas domésticas y cocinar. La familia insistió en que comiera con ellos en el comedor, pero que se sentara en el suelo, para poder estar cerca, cuando quisieran algo. Y entonces el padre de familia, el hombre, comenzó a abusar sexualmente de ella. Al final, encontró la fuerza para escapar. Alguien le dio un teléfono móvil. La veían en el patio trasero, pero nunca la veían salir de la casa. De vez en cuando, la vecina hablaba con ella, un poco, no mucho, porque eso la habría puesto en peligro. Un día le dio un teléfono móvil. A esa joven le costó más de un año encontrar el valor para usar ese móvil, pero finalmente lo hizo, y pudo escapar. Pero, en esos casos, es particularmente difícil porque si las mujeres son traídas aquí como parte del sistema diplomático de la ONU, ya sabes, hay inmunidad diplomática, así que no pueden ser procesados. Fue abusada en todos los sentidos. Le prometieron que si venía aquí, podría estudiar, obtener un título y conseguir un trabajo, y por supuesto eso era un fraude.

zenit: ¿Son los extranjeros las principales víctimas de la trata de personas que usted conoce en Estados Unidos? O americanos…

Hermana Ann Oestreich: Hay más casos de trata de personas nacional en Estados Unidos que extranjera. Esto es lo que la gente parece no poder comprender. Creo que eso es lo que es inimaginable para la mayoría de los estadounidenses….

Por ejemplo, las hermanas católicas han trabajado en los principales eventos deportivos, especialmente la Superbowl, con el fin de formar a los gerentes y al personal de los hoteles para que reconozcan las señales. Estuve trabajando en la Superbowl en Indianápolis en 2012, y los arrestos y los rescates que se hicieron allí, fueron todas víctimas nacionales, de Ohio, de Las Vegas. No eran de Indianápolis, pero todos eran nacionales.

zenit: ¿Cómo suelen ser los casos de tráfico nacional?

Hermana Ann Oestreich: Bueno, pueden tomar cualquier forma. Puedes ver a la gente en Los Ángeles en las rampas yendo a las carreteras a vender flores, a vender lo que sea, pidiendo limosna. Se puede ver a personas en los restaurantes, muchas veces nacidas en el extranjero o traídas aquí, que son traficados para trabajar. Hubo un caso en la ciudad de Michigan, en Indiana, en un restaurante chino donde los trabajadores chinos fueron traídos desde Chicago y luego recogidos por el dueño de un restaurante y alojados en viviendas precarias. Iban al restaurante desde ese alojamiento y vuelta. Una noche hubo un incendio y no pudieron salir de la casa. Se les prometió una vida mejor, tuvieron una vida terrible y sus vidas terminaron en tragedia.

zenit:  ¿Qué se aprende de esto?

Hermana Ann Oestreich: Creo que estamos empezando a progresar, creo. Cada día recibo una RSS de noticias de Google, con grandes historias de tráfico de personas de todo el mundo. Yo diría que hace diez años, todo era concienciación, concienciación, concienciación, concienciación. “Este grupo está teniendo una charla, porque este grupo está estudiando el tráfico de personas”. “Este estado está creando una comisión sobre la trata de seres humanos”. Ahora, cuando leo esa RSS, todos los días, hay equilibrio. Todavía hay muchos eventos de concienciación, pero también se ve que han habido muchos arrestos. En el torneo de baloncesto de la NCAA, tuvieron lugar muchos arrestos. Estas personas son ya perseguidas. Jeffrey Epstein, una figura muy pública que estaba asociada con muchas otras figuras públicas, fue procesado y puesto en prisión. Percibo, por tanto, un aumento de las detenciones y de los enjuiciamientos, lo que me parece muy esperanzador.

zenit: Esto es muy alentador….

Hermana Ann Oestreich: Sí. Observo que muchos más, no solo las hermanas católicas, sino también personas de otras religiones, otras ONGs y personas de buena voluntad, se están dando cuenta de que esta es una gran necesidad en nuestro país. Están abriendo refugios y casas donde las víctimas y los supervivientes pueden recibir la atención que necesitan: servicios sociales, servicios médicos, servicios de salud mental. Pueden mejorar su educación. Pueden ser colocados en trabajos que les permitan no solo sobrevivir, sino también ser capaces de prosperar y vivir realmente la vida de dignidad, esperanza y promesa que Dios quiere para todos nosotros. Como el Señor indica en el Evangelio de San Juan, capítulo 10: “He venido para que tengan vida y la vivan en plenitud”. Creo que eso es más de lo que somos capaces de lograr en asociación con muchos otros grupos. La comunidad en torno al tráfico de seres humanos, de cuidadores, educadores y grupos de defensa y promoción, está creciendo y creciendo, tanto en nuestra propia Iglesia como en otras. Hay muchas diferencias en términos de Doctrina con muchas otras religiones, pero la trata de personas es una cuestión transversal. Con otras religiones no hay distanciamiento en la necesidad de abordar este crimen, este pecado. ¡Así que esto es muy esperanzador! Muy esperanzador.

zenit: ¿Existen buenas prácticas de las que has oído hablar en estos días que crees que algunos participantes pueden llevarse a casa con ellos?

Hermana Ann Oestreich: No estoy segura de una práctica concreta, de lo que estoy absolutamente segura, lo veo y lo escucho cada vez que alguien habla, es de que entre las hermanas hay una esperanza obstinada que está siempre presente, no importa lo que se encuentre en el campo, en el terreno. Hay una esperanza – y tiene que haberla – inspirada por el Evangelio e inspirada por Jesús que vino a liberarnos de nuestro pecado y del pecado que nos rodea, que vino a llamar a la bondad en las personas, a reconocer lo bueno en la gente, a reconocer que vives en una comunidad, a reconocer que todos somos amados por Dios, y las hermanas aquí se aferran a eso. Es la fuente de su esperanza. Esto es lo que estamos llamados a hacer. Estas son algunas de las personas más vulnerables en nuestro país, en nuestro hemisferio, y estas son las personas con las que Jesús quiere que caminemos. Y no importa lo que haga un gobierno, no importan los obstáculos que se nos presenten, no importa los fondos que se recorten, no nos iremos, porque podemos ofrecer esperanza y recibimos esperanza de la gente que conocemos. Han pasado por mucho y no se rinden y nosotros no nos rendiremos con respecto a ellos. Por lo tanto, tenemos el don de la esperanza obstinada.

zenit: ¿Cómo os apoya el Santo Padre a vosotras y a los esfuerzos contra la trata?

Hermana Ann Oestreich: El Santo Padre es un defensor maravilloso. Él entiende este asunto. Apoya mucho a Talitha Kum. Apoya mucho a las hermanas. Lo vimos ayer y le dimos las gracias. Siempre es un maravilloso defensor del trabajo que hacemos. Así que realmente apreciamos sus oraciones y su apoyo, y es parte de nuestra esperanza (sonríe).

zenit: ¿Cuán implicadas están las hermanas en los Estados Unidos en la lucha contra este fenómeno?

Hermana Ann Oestreich: Hay muchas hermanas que están involucradas en este trabajo en Estados Unidos. Cientos y cientos. En nuestra red, tenemos más de cien congregaciones de religiosas que son miembros, tenemos docenas de coaliciones que son laicos católicos o cuentan con una hermana que está implicada. Tenemos individuos que quieren trabajar con nosotros, miembros individuales. Al observar a la gente dentro de la comunidad católica que está trabajando en esto, se encuentran tantas personas que están ayudando indirectamente a través de sus donaciones y apoyo financiero, pero las hermanas que nos apoyan con sus oraciones son miles y las que están trabajando en el terreno, en este tema exclusivamente, probablemente sean entre mil y dos mil. Por lo tanto, es una parte muy importante del corazón de las hermanas católicas de Estados Unidos.

zenit: ¿Cuál sería un primer paso si una hermana religiosa quisiera involucrarse en la ayuda a las víctimas de la trata?

Hermana Ann Oestreich: Sería útil que esta hermana se pusiera en contacto con nuestra red, con nuestra oficina. Podemos hacerle saber si hay vacantes, o si hay lugares cerca de ella. Estamos tratando de ser un centro de intercambio de recursos y de información sobre los refugios, no sobre los lugares, sino de información. Si contactan con nuesta ofician de St. Louis, nos encantaría trabajar con ellos o ayudarlos, ya sea con las víctimas o en nombre de las víctimas, porque hay mucho que tenemos que hacer en nombre de las víctimas, en términos de educación y defensa, ayudándonos a proporcionar acceso a los servicios de supervivencia sin estar en contacto directo con los sobrevivientes. Tenemos supervivientes en nuestros comités, así que tratamos de mantener nuestro trabajo de información a los sobrevivientes y sensible a ellos.

zenit: Muchas gracias, hermana…

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