La oración como instrumento de paz en un escenario de nuevas tensiones
Kabul (Agencia Fides) - "En los últimos siglos se ha intentado convencernos de que la religión era una de las principales causas de la división y de la falta de paz y que, por lo tanto, debía dejarse de lado. ¿Dónde podemos ir a buscar la paz, entonces? ¿En la política? ¿En las ideologías? ¿En la economía? Es posible sólo en el Reino de Dios, un reino en el que llegué como peregrino de paz a Afganistán, un país en guerra durante cuarenta años". Es el testimonio expresado en una carta enviada a la Agencia Fides por el padre Giovanni Scalese, sacerdote Barnabita, responsable de la Missio sui iuris afgana.
En el país asiático, donde el Islam es la religión del Estado y la conversión a otras creencias se enmarca en el crimen de apostasía, la presencia católica debe limitarse a la realización de actividades caritativas y de asistencia espiritual de la comunidad internacional. A escala, el compromiso de los católicos en Afganistán es ante todo orar incansablemente por la paz: En este sentido, explica Scalese: "Hace dos años, el 13 de octubre de 2017, al final del centenario de las apariciones de Fátima, consagramos Afganistán al Corazón Inmaculado de María. Este año, el Domingo de Ramos, plantamos, frente a la iglesia de la Misión, el Olivo de la Paz, procedente de Nazaret, el lugar donde la Palabra de Dios se hizo carne y el Príncipe de la Paz echó raíces entre nosotros. Finalmente, el pasado mes de julio, peregriné personalmente al Santuario Mariano Nacional en Oziornoje, Kazajstán, para invocar a la Reina de la Paz y que ella pueda trabajar en Afganistán, Asia y en todo el mundo".
Mientras tanto, tras el fracaso de los diálogos de paz entre Estados Unidos y el movimiento talibán, el país está experimentando una nueva escalada de violencia. Tras los últimos episodios, una incursión de las fuerzas especiales afganas el domingo 22 de septiembre, con el apoyo de aviones estadounidenses, en los escondites de los talibanes, ha causado la muerte de al menos 40 civiles reunidos para celebrar una boda.
En Afganistán, la presencia católica fue admitida a principios del siglo XX como simple asistencia espiritual en la embajada de Italia en Kabul y luego elevada a "Missio sui iuris" en 2002 por Juan Pablo II. Hoy en día, la misión sigue estando basada en la estructura diplomática y está confiada al padre Giovanni Scalese de Barnabite. En la capital afgana están también las Hermanas Madre Teresa de Calcuta y la Asociación Inter-Congregacional Pro Bambini de Kabul. (LF) (Agencia Fides 26/9/2019).
Compartir:
Publicar un comentario