(RV).- El Papa Francisco concluyó su Visita Pastoral a Génova, localidad situada al noroeste de Italia, que estuvo marcada por momentos de profundo encuentro de Fe con un entusiasmado pueblo que lo recibió con los brazos abiertos. A lo largo de esta breve pero intensa jornada, que comenzó con su llegada a las 08:15 al aeropuerto de Génova, destacaron varias actividades.
En primer lugar, el encuentro del Papa con los trabajadores de la siderúrgica Ilva, en representación del mundo laboral, a quienes dirigió unas significativas palabras en torno a la importancia de preservar la dignidad del trabajo, recordando que un buen emprendedor es aquel que trabaja al lado de sus trabajadores, porque "es ante todo un trabajador".
Posteriormente, el Santo Padre se reunió en la Catedral de San Lorenzo con el clero de la región italiana de Liguria: obispos, religiosos, religiosas y seminaristas, a quienes se unieron los colaboradores laicos de la curia y también representantes de otras confesiones. A todos ellos, el Sucesor de Pedro les recordó la fundamentalidad de "asumir el estilo de Jesús y vivir todo en la clave del encuentro: el encuentro con el Padre es el encuentro con las personas". También hubo un momento especial de oración por las víctimas del atentado en Egipto, que hasta el momento ha registrado 29 muertos, entre ellos algunos niños y 13 heridos.
La nota de color de esta Visita Pastoral, tuvo su momento culmen cuando Francisco se reunió con los jóvenes en el Santuario de Nuestra Señora de la Guardia. El Obispo de Roma les habló con cariño y espontáneamente respondió a sus preguntas sobre cómo ser verdaderos testimonios de fe en los tiempos frenéticos en los que vivimos, sobre la misión evangelizadora y el amor verdadero entre las personas. El Papa hizo especial hincapié, en que para ser un buen misionero, ante todo, "hace falta tener un corazón de navegante con horizonte y coraje".
El momento de encuentro con los más desfavorecidos, refugiados, pobres y sin techo; llegó a la hora del almuerzo. El Papa almorzó con ellos, compartiendo charlas y testimonios de vida.
Seguidamente, tuvo la lugar la tan esperada visita al hospital pediátrico Gaslini, a quienes el Santo Padre llevó con su presencia, la "caricia de Jesús".
Y finalmente, el Papa clausuró esta visita presidiendo la Celebración Eucarística en la zona de la Feria del Mar, junto a miles de files que se congregaron para compartir ese momento con el Sucesor de Pedro. Un momento que, tal y como recordó el cardenal Angelo Bagnasco, Arzobispo de Génova en su discurso de despedida, "quedará guardado para siempre en la memoria del pueblo genovés".
Tras finalizar la misa, el Santo Padre se despidió agradeciendo a todos el caluroso recibimiento y se dirigió al aeropuerto, acompañado por el Cardenal Bagnasco y las autoridades civiles, para emprender su regreso a Roma.
(SL-RV)
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