COMUNICADO PASTORAL DE LOS OBISPOS DE VERACRUZ
Orizaba, Casa de la Iglesia de la Santa Cruz. 25 de septiembre de 2014.

MI FAMILIA ORA CON MARÍA, POR LA PAZ Y LA UNIDAD
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A lo largo de este año 2014 en diversas reuniones con sacerdotes, religiosas y laicos que colaboran en la pastoral de nuestras comunidades diocesanas, se nos ha sugerido asumir algunos signos comunes que nos impulsen a colaborar a restaurar la salud y la unidad en las familias, así como la seguridad y la paz de nuestra sociedad veracruzana. Por ello, reunidos los Obispos de la Provincia Eclesiástica de Xalapa, hemos convenido en convocar a todos los fieles de las ocho diócesis a vivir el espíritu de la oración confiada, pacificadora y alegre, que dirigimos a Dios nuestro Señor, en comunión con María Madre de Cristo, Madre de la Iglesia, Reina de la Paz y Reina de la Familia.

Quisiéramos unir a todos los fieles católicos con dos signos concretos que fortalezcan nuestro deseo y compromiso por la paz. Esto de dos maneras:

1. CON EL REZO DEL ANGELUS. Queremos retomar esta hermosa tradición que aún pervive en muchas familias y que podría ser para todos nosotros una pausa breve en las labores diarias, a través del piadoso rezo del “Angelus”. ¡Cuánto nos ayudará recordar los instantes en que la Virgen María conoció el proyecto maravilloso por el que Dios Hijo, Verbo eterno, Príncipe de la Paz, entró en nuestra historia, haciéndose hombre y habitando entre nosotros! Al recordar también el Sí de María, nosotros buscamos comprometernos respondiendo con nuestro propio “Sí” a Cristo vivo y resucitado, de modo que él siga entrando en nuestros hogares y ambientes de trabajo, y nos haga posible vivir como hermanos.

Invitamos a los hermanos sacerdotes a que en todos los templos parroquiales, rectorías y capillas, deleguen a los sacristanes o fieles del lugar, para que a las 12:00 horas, se toque diariamente la llamada para el Angelus, según costumbre de cada lugar. Los fieles desde sus hogares o lugares de trabajo, o en los templos, elevarán confiados esta oración a Dios, unidos a María y a los ángeles que el Señor envía en nuestra ayuda. (cf. Hb 1,14)
Donde coincidiese el día con una celebración eucarística establecida a mediodía, podrá rezarse el Ángelus, antes del canto de Entrada.

2. LA ORACIÓN POR LA PAZ. Invitamos también a difundir más la práctica ya existente en algunas parroquias de rezar al final de las misas o en otros momentos oportunos, la Oración por la Paz que se divulgó desde la CEM con ocasión de la Exhortación pastoral de los Obispos de México en el 2010. Además de estos dos ejercicios de piedad, no olvidemos la riqueza de las oraciones que se han consolidado en nuestras comunidades como las Horas Santas Eucarísticas, el Rezo del Santo Rosario y la oferta frecuente de espacios y horarios para que los feligreses acudan con facilidad al Sacramento de la Reconciliación, fuente de paz.

Las comisiones de Liturgia de cada diócesis, buscarán imprimir estampas o trípticos alusivos para que se pueda promover una adhesión alegre a estos gestos oracionales de paz. (cf. Anexos). Pedimos que esta convocatoria pueda hacerse a partir del próximo 1o de Octubre, mes del Rosario.

LO QUE DEBE INSPIRAR ESTOS SIGNOS CONCRETOS
Como expresábamos en aquella Exhortación1, sin omitir los esfuerzos de todos los actores de la sociedad debemos hacer para luchar contra la violencia y las injusticias, “no debemos cejar en nuestro empeño de construir la paz también con la oración, que abre el corazón a una profunda relación con Dios y al encuentro con el prójimo, inspirado por los sentimientos de respeto, confianza, comprensión, estima y amor. La oración infunde valor y sostiene a los verdaderos amigos de la paz.”

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1 Que en Cristo nuestra Paz, México tenga una vida digna, CEM, (año 2010) n. 235-238.


“La esperanza en el futuro, es confianza en el presente del hombre; por ello, la esperanza en el discípulo de Jesucristo, se transforma en compromiso con el prójimo”. “La confianza en Dios es confianza en la posibilidad humana de alcanzar la redención porque: «Dios quiere que todos los hombres se salven» (1Tim 2,4).”

“La oración a partir de la Escritura... nos abre a la voluntad de Dios y es el mejor sostén para la paz. Quien ora de verdad no es violento, sino fermento de reconciliación y de paz comunitaria. La oración nos hace ver al otro, como lo ve Dios. Tan importante como la oración personal, es la oración litúrgica; en ella, que es la «cumbre a la cual tiende la actividad de la Iglesia y al mismo tiempo, la fuente de donde mana toda su fuerza», nos unimos a la oración de toda la Iglesia que no cesa de implorar a Dios el don de la paz.”

Especialmente en la Eucaristía dominical, la Palabra y la Comunión con Jesús nos capacita para hacernos alegres “constructores de la paz” (Mateo 5,9): promotores de paz, unidad y solidaridad en todas las circunstancias de la vida. La victoria de la muerte y resurrección del Señor Jesucristo, actualizada en cada Eucaristía, fluye como de una fuente, que hermana a toda la asamblea cuando intercambiamos el “saludo de la paz”. Con esta misma confianza y fortaleza somos enviados a construir cada día la paz en el hogar, en el trabajo y en la sociedad.

Nos enseñaba el Papa Benedicto XVI: “La Iglesia se hace portavoz de la petición de paz y reconciliación que surge del alma de toda persona de buena voluntad, dirigiéndola a Aquel que «es nuestra paz» (Ef 2,14), y que puede pacificar a los pueblos y personas aun cuando fracasen las iniciativas humanas.”2

Junto con la oración, sus hermanos obispos queremos emprender con ustedes acciones que impulsen una pastoral más cercana para con todos, especialmente para quienes se sienten alejados o excluidos. Nos sentimos urgidos a asumir una pastoral social más decidida y articulada, para llegar a los más pobres, a los enfermos, a los migrantes. Esto en una vivencia genuina de la promoción de la caridad cristiana. La nueva evangelización nos llama a renovar nuestra vida y servicio apostólico en el espíritu que el Papa Francisco nos ha trazado en su Exhortación Apostólica sobre la “Alegría del Evangelio”.

Hermanos: Los invitamos a orar por nosotros sus pastores, orar por la unidad y armonía de nuestras familias; para que toda familia pueda tener la alegría de un trabajo digno que le permita llevar a su mesa el pan de cada día; pediremos para que el Señor ilumine y encauce las decisiones y acciones de todas nuestras autoridades civiles, especialmente las dedicadas a proteger y custodiar el orden y la paz social; oraremos por la salud física, moral y espiritual de nuestros niños y jóvenes, de modo que reconstruyamos las relaciones entre todos, el tejido social, hagamos así un mundo más humano, fraterno y una patria de paz y bienestar.

Sus hermanos y pastores:
+ Hipólito Reyes Larios Arzobispo de Xalapa.
+ Rutilo Muñoz Zamora. Obispo de Coatzacoalcos.
+ Luis Felipe Gallardo Martín del Campo. Obispo de Veracruz.
+ Sergio Obeso Rivera Arzobispo Emérito de Xalapa.
+ José Trinidad Zapata Ortiz Obispo de Papantla.
+ Juan Navarro Castellanos Obispo de Tuxpan.
+ Eduardo Porfirio Patiño Leal Obispo de Córdoba.
Pbro. Francisco Aguilera Pbro. Salvador Arévalo
Administrador Diocesano de Orizaba Administrador Diocesano de San Andrés Tuxtla 

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