La mercadoctenia de la muerte también evoluciona
“No quiero morir sin antes haber amado,pero tampoco quiero morir de amor. Calaveras y diablitos… Invaden mi corazón”. Calaveras y diablitos, Los Fabulosos Cadillacs.
Ese momento difícil que vivimos cuando muere un ser querido es algo que todos pasamos o en algún momento sucederá.
Hay muchos asuntos que rodean a ese momento incomodo: trámites, traslados, funerales, esquelas, si va a ser inhumación o cremación, el encuentro con familiares y conocidos que buscan acompañar en los momentos dolorosos, recuerdos, anécdotas y hasta los personajes que van a socializar mientras se vela al muerto, como si estuvieran en la recepción de un bar.
Todos estos temas no pasan desapercibidos frente a los ojos de las empresas que tienen que ver con el “negocio de la muerte” y actúan en su mercadotecnia para aprovechar esta oportunidad que es constante y va en alza por las nuevas opciones que se ofrecen. Y sobre todo, no dejan de lado la carga emocional que conlleva este tipo de eventos, por lo que no descuidan lo que requiere el usuario.
Un funeral cuesta entre 4 mil y 180 mil pesos, dependiendo el lugar, la empresa, tipo de ataúd, embalsamado, trámites ante el gobierno, aseo, vestido, capilla, flores y traslado entre otras cosas.
Hay empresas que llegan a ofrecer servicios como urnas ecológicas, que permiten que los restos se integren al entorno natural, bóvedas virtuales que almacenan de manera digital documentos como el testamento y fotografías, florerías virtuales para los que no puedan asistir al funeral, cuartetos musicales, la transformación de las cenizas del fallecido en diamantes, poner su nombre a una estrella, convertir las cenizas en un arrecife (mediante una estructura llamada Reef Ball que se asienta en el fondo del mar) y esquelas con códigos QR que al ser escaneados muestran un video homenaje del ser querido.
Todos estos servicios fueron diseñados para diferenciarse de lo tradicional y dar un “plus” que atraiga la atención del público.
Y el negocio va para arriba. De acuerdo a datos de El Financiero, la venta de servicios de previsión funeraria representa una gran oportunidad para la industria, cuyo valor asciende a 8 mil 500 millones de pesos al año en México.
De acuerdo al Consejo Mexicano de Empresas de Servicios Funerarios, se estima un crecimiento de doble dígito para 2014 en la modalidad de planes a futuro, ya que la gente se está informando más en el tema de la previsión en lugar de adquirir los servicios por necesidad inmediata.
Se están asegurando que una vez que llegue “La Huesuda”, se esté preparado para ello, con todo y paquete completo.
Como la industria va en crecimiento en México, empresas de servicios funerarios, como es el caso de J. García López, están preocupados por innovar y estar muy presentes en el ámbito publicitario y en activaciones promocionales, aligerando un poco el concepto lúgubre de la muerte, rodeándola de imágenes y momentos de gran carga emocional y que se ve reflejado en sus ejecuciones.
El idea de que una casa funeraria nos diga que lo más valioso de la vida es tener vida y nos aconseje para “vivir más”, da una visión completamente diferente de la imagen de un negocio funerario. Es un homenaje a la vida y no a la muerte.
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