(zenit – 14 dic. 2020).- El pasado sábado 12 de diciembre de 2020, tras la Cumbre Virtual de Alto Nivel sobre Ambición Climática, el Vaticano publicó una nota explicativa sobre su adopción de una estrategia de emisiones netas cero, medidas declaradas por el Papa Francisco a través de un videomensaje.
En sus palabras dirigidas a los organizadores de la cumbre climática, el Pontífice anunció la implicación de la Santa Sede en adoptar unas medidas de emisión cero para el año 2050 y promoción de una educación en ecología integral.
El Papa recuerda que los actuales tiempos de pandemia y cambio climático “apelan a nuestra responsabilidad de promover, con un compromiso colectivo y solidario, una cultura del cuidado, que ponga en el centro la dignidad humana y el bien común”.
Hoja de ruta
La nota apunta a “alcanzar el objetivo de la neutralidad climática para 2050” mediante la reducción de “emisiones de gases de efecto invernadero” y la mejora de las “fuentes de su absorción” a través, por ejemplo, de “procesos de reforestación”.
Esto se hará, indica, intensificando los esfuerzos de “gestión ambiental en favor del uso racional de los recursos naturales como el agua y la energía, la eficiencia energética, la mejora de su patrimonio tecnológico, la movilidad sostenible, la reforestación y la economía circular como la gestión de los desechos”.
Trabajo realizado
La Santa Sede asegura su compromiso de alcanzar la cota cero de emisiones, un trabajo que lleva realizando “desde hace muchos años” con su promoción del “desarrollo sostenible para la salvaguarda de la casa común”.
Al respecto, enumera acciones concretas como las “políticas ambientales y energéticas” de refuerzo para el empleo de “fuentes de energía renovables” o la modernización de las “centrales térmicas” para lograr mayor rendimiento en la “eficiencia energética y las emisiones contaminantes en la atmósfera”.
Del mismo modo, prosigue, “se han logrado progresos significativos en la optimización del uso del recurso hídrico, la reducción de los desechos comunes, el desarrollo del catastro arbóreo” y la “promoción del consumo responsable”.
Por último, se recuerda el “proceso de sustitución de su parque automovilístico por automóviles de tracción eléctrica o híbrida y la mejora del concepto de recuperación y reutilización en el ámbito de la gestión de los desechos”.
Compromiso más profundo
La nota admite que todas estas acciones “son necesarias pero no suficientes” para conseguir el objetivo de cota cero. También, explica, deben “combinarse con un proceso educativo” que promueva una “cultura del cuidado” con “nuevos estilos de vida” y fomente un “modelo cultural de desarrollo y sostenibilidad centrado en la fraternidad” del ser humano con el medio ambiente.
Es por esto que, tal y como apuntó Francisco en su videomensaje, existe una participación real en promover una “educación de ecología integral” que el mismo Magisterio ha abordado en su análisis de las contemporáneas crisis mundiales.
La educación católica, aclara, “ofrece una contribución significativa en este sentido, colocando a la persona en el centro y proponiendo los valores éticos necesarios para el desarrollo humano integral”. A la edificación de esta “nueva humanidad”, sigue, contribuyen las 216.000 escuelas y 1.750 universidades católicas que educan a más de 70 millones de estudiantes.
Pacto educativo global
La publicación del Vaticano recuerda cómo el Sucesor de Pedro “lanzó la propuesta de un Pacto Educativo Mundial, que adquiere un valor de significado aún más profundo en un contexto de crisis que la pandemia ha agravado, especialmente para las personas más frágiles”.
En todo caso una “visión a largo plazo marcada por la fraternidad, la solidaridad y la salvaguardia de la naturaleza, el proyecto educativo del Pacto se despliega como un camino de maduración compartida que sitúa en el centro a la persona y su entorno, profundizando en el auténtico significado de la ecología integral, que incluye al hombre y el desarrollo en todas sus dimensiones, incluida la de la relación con la creación”.
Por ello, continúa, el Obispo de Roma ha anunciado en su videomensaje la “Economía de Francisco, que sostiene, mediante la cual jóvenes economistas, empresarios y expertos en finanzas y trabajo promueven caminos para superar la pobreza energética, fuente de desigualdad económica, social y cultural”.
El Sucesor de Pedro, concluye la nota, “nos incita” a “mirar hacia adelante con valentía y esperanza, una esperanza de paz y de justicia”, de “belleza, de bondad” y de “armonía social”: ha llegado la hora de un “cambio de rumbo. No robemos a las nuevas generaciones la esperanza en un futuro mejor”.
A continuación, la comunicación completa de la Santa Sede.
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Nota explicativa.
Durante la High Level Virtual Climate Ambition Summit organizada el 12 de diciembre de 2020 por Gran Bretaña y Francia, en asociación con Chile e Italia [véase httpswww.climateambitionsummit2020.org], el Santo Padre, a través de un video-mensaje, anunció la adopción por parte de la Santa Sede de una estrategia de reducción de emisiones netas cero.
Esta estrategia, dijo el Papa Francisco, se actuará en dos niveles:
1. Compromiso del Estado de la Ciudad del Vaticano de reducir las emisiones netas a cero para el 2050.
2. Compromiso de la Santa Sede para promover la educación en ecología integral.
Al anunciar estos compromisos, el Santo Padre recordó la importancia de que “la actual pandemia y el cambio climático […] apelan a nuestra responsabilidad de promover, con un compromiso colectivo y solidario, una cultura del cuidado, que ponga en el centro la dignidad humana y el bien común”.
Para alcanzar el objetivo de la neutralidad climática para 2050 (2) , el Estado de la Ciudad del Vaticano (VCS) pondrá en marcha proyectos tanto para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero como para mejorar las fuentes de su absorción mediante, por ejemplo, procesos de reforestación. Para ello, intensificará sus esfuerzos de gestión ambiental en favor del uso racional de los recursos naturales como el agua y la energía, la eficiencia energética, la mejora de su patrimonio tecnológico, la movilidad sostenible, la reforestación y la economía circular como la gestión de los desechos. Desde hace muchos años el SCV está comprometido en la promoción del desarrollo sostenible para la salvaguardia de la casa común. Cabe destacar, al respecto, las políticas ambientales y energéticas aplicadas en el SCV para reforzar el uso de las fuentes de energía renovables mediante la construcción de plantas fotovoltaicas y de refrigeración solar, así como la modernización de las centrales térmicas y los sistemas conexos de control de la temperatura con el fin de obtener un mejor rendimiento en cuanto a la eficiencia energética y las emisiones contaminantes en la atmósfera. También se han logrado progresos significativos en la optimización del uso del recurso hídrico, la reducción de los desechos comunes, el desarrollo del catastro arbóreo del SCV y la promoción del consumo responsable (en 2019 se suprimió la venta de plástico de un solo uso). Otros aspectos importantes son los relativos a la puesta en marcha de un proceso de sustitución de su parque automovilístico por automóviles de tracción eléctrica o híbrida y la mejora del concepto de recuperación y reutilización en el ámbito de la gestión de los desechos. Hay que subrayar el fomento de la recogida selectiva de residuos urbanos (de una diferenciación del 42% en 2016 al 65% en 2020 con el objetivo de alcanzar el 75% en 2023) y la diferenciación de los residuos especiales igual al 99%. Se trata de claros ejemplos de economía circular, como la de recuperar los materiales de desecho del mantenimiento de los espacios verdes y los residuos orgánicos, transformándolos en abono de calidad y devolviendo al territorio los productos extraídos del ambiente. Sin embargo, las medidas políticas, técnicas y operacionales son necesarias pero no suficientes para alcanzar el objetivo de “net-cero” y sobre todo para propagar la “cultura del cuidado”: deben combinarse con un proceso educativo que, también y sobre todo entre los jóvenes, promueva nuevos estilos de vida y fomente un modelo cultural de desarrollo y sostenibilidad centrado en la fraternidad y en la alianza entre los seres humanos y el medio ambiente.
Es aquí donde se inserta el segundo compromiso anunciado por el Santo Padre, relativo a la promoción de una educación a la ecología integral, para lo cual la Santa Sede intensificará lo que ya viene haciendo desde hace mucho tiempo. Además, el Magisterio nunca ha dejado de mencionar la urgente necesidad de interpretar las diferentes crisis del mundo contemporáneo, que están fuertemente interrelacionadas, adoptando un enfoque integral con profundas implicaciones educativas. La educación católica -incluyente por naturaleza y abierta a todos sin distinción de credo- ofrece una contribución significativa en este sentido, colocando a la persona en el centro y proponiendo los valores éticos necesarios para el desarrollo humano integral. Las doscientas diecisesi mil escuelas católicas, a las que asisten más de sesenta millones de alumnos, y las mil setecientas cincuenta universidades católicas, con más de once millones de estudiantes, son un punto de referencia educativo para contribuir a la construcción de una nueva humanidad Sobre esta base, el 12 de septiembre de 2019, el Papa Francisco lanzó la propuesta de un Pacto Educativo Mundial, que adquiere un valor de significado aún más profundo en un contexto de crisis que la pandemia ha agravado, especialmente para las personas más frágiles. En una visión a largo plazo marcada por la fraternidad, la solidaridad y la salvaguardia de la naturaleza, el proyecto educativo del Pacto se despliega como un camino de maduración compartida que sitúa en el centro a la persona y su entorno, profundizando en el auténtico significado de la ecología integral, que incluye al hombre y el desarrollo en todas sus dimensiones, incluida la de la relación con la creación.
En esta perspectiva, el Santo Padre no ha dejado de mencionar en el anuncio de hoy la Economía de Francisco, que sostiene, mediante la cual jóvenes economistas, empresarios y expertos en finanzas y trabajo promueven caminos para superar la pobreza energética, fuente de desigualdad económica, social y cultural, para colocar la custodia de los bienes comunes en el centro de las políticas nacionales e internacionales y la enseñanza en escuelas, universidades y escuelas de negocios de todo el mundo, para promover la producción sostenible incluso en países de bajos ingresos compartiendo tecnologías apropiadas y avanzadas. Y este compromiso se lo piden en primer lugar a ellos mismos, poniéndose a disposición para vivir los mejores años de sus energías e inteligencias siendo sal y levadura de la economía.
El Papa Francisco nos incita: “Es hora de mirar hacia adelante con valentía y esperanza …una esperanza de paz y de justicia. Una esperanza de belleza, de bondad; una esperanza de armonía social”. (3) “Ha llegado el momento de un cambio de rumbo. No robemos a las nuevas generaciones la esperanza en un futuro mejor”. (4)
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(1) PAPA FRANCISCO, Videomensaje a la High Level Virtual Climate Ambition Summit, 12 de diciembre de 2020.
(2) Una estrategia de emisiones netas-cero requiere el logro de lo que se conoce como “neutralidad climática”, que es la consecución de un equilibrio entre las emisiones de gases de efecto invernadero y la absorción de las emisiones de carbono.
3 PAPA FRANCISCO, Videomensaje con motivo de la reunión “Global Compact on Education. Juntos para mirar más allá” organizado por la Congregación para la Educación Católica, Pontificia Universidad Lateranense, 15 de octubre de 2020.
(4) PAPA FRANCISCO, Videomensaje a la High Level Virtual Climate Ambition Summit, 12 de diciembre de 2020.
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