Isabella Piro – Ciudad del Vaticano
Hace cuatro días, el anuncio de las compañías Pfizer y BioNTech sobre una vacuna candidata contra el Covid-19, efectiva al 90 por ciento, dio la vuelta al mundo. Fuertes son las esperanzas de la población mundial ante esta noticia que parece iluminar la desesperada oscuridad causada por la pandemia. También el arzobispo de Sydney (Australia), el arzobispo Anthony Fisher, dijo que estaba "contento" con la noticia: "Rezo para que la vacuna anunciada resulte ser tan segura y eficaz como parece. Es especialmente reconfortante que este fármaco se haya desarrollado sin utilizar líneas celulares derivadas de fetos abortados. Esto demuestra que la ciencia y la ética pueden ir de la mano". El prelado también pidió al gobierno que obtuviera "dosis suficientes para la población de Australia y el Pacífico".
La Asociación de Médicos Católicos Australianos también acogió con beneplácito la noticia: "Si bien reconoce la necesidad de las vacunas", dijo el portavoz del organismo, el Padre Paschal M. Corby, "la asociación se hace eco de quienes piden que se desarrollen utilizando medios éticos que respeten tanto la dignidad de la vida humana como las conciencias de quienes se beneficiarían de ellas". En la misma línea también Pat García, director general de Catholic Health Australia, la principal organización no gubernamental australiana de servicios de salud y atención a los ancianos: "Debemos asegurarnos -dijo- de que la vacuna se distribuya de forma segura y justa, dando prioridad a los más vulnerables y a los que corren más riesgo".
Las palabras del Papa sobre la vacuna
Sobre la importancia del acceso mundial a la vacuna, el Papa Francisco ya había hablado en la Audiencia General el 19 de agosto, diciendo: ¡Sería triste si en la vacuna para el Covid-19 se diera la prioridad a los ricos! Sería triste si esta vacuna se convirtiera en propiedad de esta o aquella nación y no sea universal y para todos. Y qué escándalo sería si toda la asistencia económica que estamos viendo —la mayor parte con dinero público— se concentrase en rescatar industrias que no contribuyen a la inclusión de los excluidos, a la promoción de los últimos, al bien común o al cuidado de la creación”.
Por último, cabe recordar que la vacuna anunciada por las compañías Pfizer y BioNTech está en la llamada "fase 3", es decir, la última. Después de las pruebas preclínicas, realizadas en el laboratorio, cada vacuna y cada fármaco se prueban de hecho en seres humanos en tres fases: la fase uno, realizada en un pequeño número de voluntarios sanos, debe dar respuestas sobre la seguridad; la fase dos en un número mayor de personas, debe dar las primeras respuestas sobre los efectos y la fase tres, en números muy grandes, debe dar las respuestas sobre la eficacia.
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