El Pontífice hizo este pedido durante la audiencia que ofreció este jueves 10 de septiembre a los participantes en el proyecto europeo “Sanpshots from the Borders” (Voces y experiencias de las fronteras”.
En su discurso, el Obispo de Roma reconoció que los objetivos de este proyecto, dirigido a favorecer la integración de los migrantes y refugiados en las sociedades europeas, es “a largo plazo”.
Es un proyecto que se propone “una comprensión más profunda de las migraciones que permita a la sociedad europea ofrecer una respuesta más humana y coordinada a los desafíos de las migraciones contemporáneas”, un objetivo que hizo suyo.
“La red de autoridades locales y organizaciones de la sociedad civil, que nació a partir de este proyecto, busca contribuir positivamente al desarrollo de políticas migratorias que respondan a este fin”, explicó.
Subrayó que “el escenario migratorio actual es complejo y, con frecuencia, presenta resultados dramáticos. Las interdependencias globales que determinan los flujos migratorios deben estudiarse y comprenderse mejor”.
“Los desafíos son múltiples y nos implican a todos”, aseguró. “Nadie puede permanecer indiferente a las tragedias humanas que continúan consumándose en diferentes regiones del mundo. Entre ellas, reclaman nuestra atención con frecuencia las que tienen como teatro el Mediterráneo, un mar de confines, pero también de encuentros entre culturas”.
El Santo Padre hizo referencia también a su discurso en el encuentro que tuvo lugar el pasado mes de febrero con los Obispos de Mediterráneo en Bari, donde se subrayó el desafío del proceso de integración de los migrantes y refugiados, para lo cual es impensable la construcción de muros.
“Ante este desafío”, continuó, “se presenta evidente la indispensable solidaridad concreta y la responsabilidad compartida, tanto a nivel internacional como internacional”.
Asimismo, aseguró que “también es fundamental cambiar el modo de ver y de contar las migraciones: se trata de poner en el centro a la persona, los rostros, las historias. Esa es la importancia de proyectos como el que promovéis vosotros, que buscan proponer diferentes aproximaciones inspiradas en la cultura del encuentro, que constituye el camino hacia un nuevo humanismo”.
Un nuevo humanismo que el Papa Francisco no entiende “sólo como filosofía de vida, sino también como una espiritualidad y un estilo de comportamiento”.
“Los habitantes de las ciudades y de los territorios de frontera (la sociedad, la comunidad, la Iglesia), están llamados a ser los primeros actores en este desafío gracias a las continuas oportunidades de encuentro que la historia les ofrece”.
Por último, aseguró que “las fronteras, desde siempre consideradas como barreras de división, pueden, en cambio, convertirse en ventanas, espacios de conocimiento mutuo, de enriquecimiento recíproco, de comunión en la diversidad; lugares en los que se experimentan modelos para superar las dificultades que implican las nuevas llegadas para las comunidades autóctonas”.
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