(ZENIT – Roma 5 de noviembre de 2017) El Papa Francisco saluda la beatificación de la religiosa india mártir Rani María Vattalil, que ha tenido lugar el 4 de noviembre de 2017 en Indore en el Centro de la India. “Era muy buena. La llamaban la hermana de la sonrisa”, ha recordado en el ángelus que ha celebrado al día siguiente en la plaza San Pedro.
La clarisa franciscana, asesinada por su fe el 25 de febrero de 1995, nación en Kerala, el 29 de enero de 1954. Muy joven, entra en la congregación de las Clarisas franciscanas y después de dos años de trabajo como profesora en St. Mary School de Bijnor, se convirtió en trabajadora social para los pobres sin tierra. Pero sus acciones fueron en contra de los intereses de varios terratenientes.
Fue brutalmente asesinada en un autobús donde fue apuñalada 40 veces por un asesino profesional. Hasta el último golpe, ella continuó diciendo: “¡Jesús, Jesús!”.
Esta es nuestra traducción de las palabras que el Papa ha pronunciado después de la oración mariana.
Palabras del Papa después del ángelus
Queridos hermanos y hermanas
Ayer, en Indora, la India, Rani María Vattalil, religiosa de la Congregación de las Hermanas Clarisas Franciscanas, muerta por su fe cristiana en 1995, fue beatificada. La hermana Vattalil ha dado testimonio de Cristo de amor y de dulzura, y se une a la larga línea de mártires de nuestro tiempo. Que su sacrificio sea semilla de fe y de paz, especialmente en la tierra india. Era muy buena. La llamaban la “hermana de la sonrisa”.
Os saludo a todos, romanos y peregrinos, en particular a los que habéis venido de Gomel, Bielorusia, a los miembros del” Centro Académico Romano Fundación” de Madrid, a los fieles de Valencia, Murcia y Torrente (España) y a las religiosas Irmas da Divina Providência, que festejan los 175 años de su instituto.
Saludo al coro de los jóvenes “I Minipolifonici” de Trento – ¡cantad un poco después! – las corales de Canadiana, Maser y Bagnoli de Sopra; a los participantes del Festival de música de arte sacro, provenientes de diversos países; a los fieles deAltamura, de Guidonia y de la parroquia de san Luca de Roma.
A todos os deseo un buen domingo. Por favor, no os olvidéis de orar por mí. Buen apetito y hasta luego.
Traduccón de ZENIT, Raquel Anillo
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