(ZENIT – 26 Sept. 2017).- La Santa Sede reafirma su “condena” a todas las formas de discriminación racial contra todas las personas y “de manera particular contra las mujeres”.
Mons. Ivan Jurkovič, Observador permanente de la Santa Sede para las Naciones Unidas y otras Organizaciones Internacionales en Ginebra, intervino ayer, 25 de septiembre de 2017, en la 36ª Sesión del Consejo de Derechos Humanos, en el Panel de discusión sobre el impacto de la discriminación racial en los derechos humanos de las mujeres y las niñas.
El diplomático de la Santa Sede declaró que el Vaticano reafirma “su firme condena” a todas las formas de discriminación racial contra todas las personas y “de manera particular contra las mujeres”, cuya presencia activa en la sociedad proporciona un valor insustituible en la vida política, económica y social.
Por lo tanto, –continuó Mons. Jurkovič– para superar la quiebra moral del prejuicio, es esencial poner en marcha una “verdadera solidaridad a nivel social, nacional e internacional”, fundada en el reconocimiento de que todos tienen igual valor humano.
Mons. Ivan Jurkovič afirmó que en el contexto de la crisis migratoria que atravesamos, las mujeres y las niñas se enfrentan ante todo a muchos desafíos y dificultades y “se ven afectadas de manera desproporcionada por las formas agravadas de racismo, discriminación racial, xenofobia y formas conexas de intolerancia”. En varias partes del mundo, a menudo las mujeres son infravaloradas por el solo hecho de ser mujeres. Además, su vulnerabilidad se agrava si forman parte de una minoría nacional o étnica, religiosa y lingüística.
La familia y las escuelas
El Observador de la Santa Sede indicó que “la familia”, la unidad social básica de la sociedad, “y las escuelas” desempeñan un papel fundamental en la “enseñanza de la apertura y la aceptación de los demás”, y añadió que “el sistema educativo debe sensibilizar sobre la igualdad en la dignidad y los derechos fundamentales de todas las personas y la necesidad de que todas las mujeres deben tener acceso al pleno ejercicio de sus derechos humanos”.
También destacó el papel de las agencias gubernamentales, los medios de comunicación y todas las partes interesadas que “deben ser alertados para evitar cualquier tipo de estereotipo de personas por motivos de raza y sexo y deben unirse al resto de la sociedad para defender la dignidad humana que sólo una acción colectiva de todos los sectores de la sociedad puede proteger y promover”, aseguró el sacerdote.
Mons. Jurkovič recordó las palabras del papa Francisco: “El problema de la intolerancia debe enfrentarse en todas sus formas: donde quiera que una minoría sea perseguida y marginada por sus convicciones religiosas o su identidad étnica, se pone en peligro el bienestar de la sociedad en su conjunto y cada uno de nosotros debe sentirse afectado”.
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