(RV).- Cuántas veces Francisco habló de la ternura, pidió que viviéramos la ternura, que no le tuviéramos miedo a la ternura.
Los varones gozamos esa ternura de Dios especialmente a través de la mujer y aprendemos de ella a vivir y a dar también nosotros esa ternura.
A todas las mujeres, a las madres -también a aquellas que lo son espiritualmente; a las hermanas, a las hijas – también a aquellas que lo son en sentido espiritual-, que nos reflejan la "ternura de Dios por la humanidad", como llamaba Juan Pablo II a María de Nazaret, las felicitamos en el día internacional de la mujer y les deseamos lo mejor.
Le pedimos a la “bendita entre todas las mujeres”, a la Madre de Dios que las abrigue con su manto, las proteja, las cubra con su ternura para que ellas puedan seguir irradiándola en el mundo.
¡Qué Dios las bendiga!
¡Feliz día internacional de la mujer!
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