(ZENIT – Roma).- El papa Francisco envió un mensaje al congreso organizado por la Pontificia Academia de las Ciencias, que se realizó este martes por la tarde en Roma, en el Palacio de la Cancillería, con el título “Centellas de belleza para que las ciudades tengan un rostro humano”.
El congreso tuvo la participación del cardenal Gianfranco Ravasi, presidente del Consejo Pontificio de la Cultura y antes de entregar el Premio 2016 de las Pontificias Academias, el cardenal secretario de estado Pietro Parolin leyó el mensaje del papa Francisco.
El Santo Padre indica además quienes son los ganadores del galardón: la doctora Chiara Bertoglio, por su investigación en el sector musical; el Dr. Claudio Cianfaglioni por su investigación poética y literaria de nuestro tiempo. Además de la Medalla del Pontificado conferida al Dr. Michele Vannelli, maestro del coro de la basílica de San Petronio en Bolonia, y al Sr. Francesco Lorenzi, musicólogo y fundador grupo musical The Sun.
Francisco recordó cuando Benedicto XVI se dirigió en el 2009 a los artistas reunidos en la Capilla Sixtina, les señaló que los tiempos actuales están marcados por “fenómenos negativos a nivel social y económico” así como por “la desconfianza en las relaciones humanas” lo que lleva a ver signos de “resignación, de agresividad y de desesperación…”. Y señaló qué es lo que puede ayudar a encontrar el camino y a levantar la mirada: “la belleza”.
Por ello Francisco elogió los proyectos de recalificación de las periferias urbanas de las grandes metrópolis, elaboradas por arquitectos que proponen justamente “centellas” de belleza, pequeñas intervenciones urbanas, arquitectónicas y artísticas.
Porque “pequeños gestos, simples acciones, pequeñas centellas de caridad pueden curar “remendar” un tejido humano, también urbano y ambiental, muchas veces lacerado y dividido, representando una concreta alternativa a la indiferencia y al cinismo”. Una tarea que invita “particularmente de los que son creyentes y se dejan iluminar por la belleza del evangelio de Cristo”.
Citó así al escritor italiano Italo Calvino, quien afirmaba que “las ciudades como los sueños están construidas de deseos y miedos”, y el Santo Padre lamentó que se haya dejado “más espacio al miedo que a los deseos y a los sueños más bellos de las personas, especialmente de los más jóvenes”:
Recordó que en su encíclica Laudato Si’ subraya “la relación que hay entre una adecuada educación estética y el mantenimiento de un ambiente sano” porque “dar atención a la belleza y amarla nos ayuda a salir del pragmatismo utilitario”. Y pidió también por ello, dar atención a los más pequeños e indefensos.
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