P. Jaime Zavala Zavala, msp.
Felipe, un niño de ocho años, se ha acostumbrado a comer a cualquier hora del día y lo que él desea. Sin que él lo sepa –y mucho menos sus papás-, este infante ya es un adicto a su forma de comer tan indisciplinada. En el futuro, le será difícil abstenerse de consumir lo que a él le gusta. Cuando sea adulto no va a tener el control de sus pasiones.
Entonces, ¿Qué son las adiciones? Según Gerald May <<toda adicción, es cualquier conducta compulsiva, habitual, que limita la libertad del deseo humano… todos somos adictos… las adicciones al alcohol y a las drogas son simplemente más obvias y más trágicas que las que tienen algunas otras personas. Estar vivo es ser adicto, y estar vivo y ser adicto es tener necesidad de la gracias>>.
May señala que las adiciones se clasifican en: adiciones de <<atracción>> en el que se busca aprobación y buscar lo agradable; y adiciones de <<aversión>>, por ejemplo, evitar conflictos y la misma ira. Entre las cosas que pueden generar adicción están: la televisión, internet, ir al cine, lectura, música, golosinas, comidas, dormir demasiado, droga, alcohol, dinero, sexo desenfrenado, etc.
Por tanto, un adicto no tiene libertad, no tiene dominio de si mismo, actua movido por instinto o mediante el inconsciente. No está educado para desprenderse de las cosas. Su alma está vacía que parece ser un fantasma. Vive, pero sin sentido de la vida. De modo que una adicción refleja un medio para escapar de la realidad dolosa en la que vive; busca llenar un vacío interno y <<sentirse bien>>.
La solución para dejar las adicciones no solo es la prohibición, ni el estar en lugares de rehabilitación. Esto seria como buscar una sanación mágica. Lo que se necesita es arrancar este mal de raíz: hay que formar educar desde la infancia. Y si ahora en la juventud, se tiene ese conflicto, lo mejor es sanar heridas internas que atormentan al hombre. Por ejemplo, si alguien es adicto a la Tv, es posible que tenga miedo a la soledad y a encontrarse consigo mismo, o bien, que sea una manera de distraerse para hacer lo que le corresponde; o podría ser una falsa percepción, pues no sabe distinguir entre la realidad y la fantasía. Por eso, cuando se le prohíbe ver al Tv, es como un <<león enjaulado>>; y preferiría, incluso, no comer con tal de ver lo que le complace.
Así que, cuando existe dependencia de alguna cosa, es señal de adicción. Algunos de sus síntomas son: no interesarse por salir o pasar tiempo con la familia, aislarse de todos con el afán de hacer lo que le agrada, disgusto exagerado cuando algo interfiere en su adicción, entre otros.
Por tanto, es preciso que toda persona que se sabe dependiente de alguna cosa o persona, revise su vida interior y su pasado, pues ahí podrá encontrar el porqué de su afán o apego desmedido y, una vez que ha reconocido su adicción, se encuentre en condiciones para pedir la ayuda necesaria. La oración, los sacramentos, la lectura de la Palabra de Dios y una adecuada orientación espiritual, serán medios eficaces para superar este problema y comenzar aser la persona feliz y libre que Dios quiere que sea.
El hombre ha sido creado a imagen y semejanza de Dios (cf. Gn 1, 27), y si Él no es posible alcanzar la felicidad del corazón. Mas, cuando llega la conversión y se acepta al señor en la propia vida, todo es posible.
De: Inquietud Nueva septiembre-octubre 2014 N°179.
Capturado por: Hermano Sergio Alberto Santiago Vargas.
Grupo: CERS.
Parroquia María Auxiliadora Diócesis de Tuxpan, Veracruz.
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