Redacción
La ideología de género presenta algunos obstáculos en su camino de implantación social por medio de los gobiernos y especialmente de la educación. Por primera vez en dos países distintos surgen muros contra un aliado de la colonización ideológica: el lenguaje.
En Alemania el Consejo Alemán de Ortografía, organismo que vela por el adecuado uso de la lengua alemana, confirmó criterios adoptados en 2018 acerca del veto al uso de signos como el asterisco, el guion bajo o los dos puntos (frecuentemente usados por la ideología de género) pues «perjudican la inteligibilidad, legibilidad y traducibilidad automática, así como en muchos casos la singularidad y seguridad jurídica de los términos y textos. Por ello, estos signos no se pueden usar”.
En Francia el ministro de educación Jean-Michel Blanquer envió una carta a responsables de escuelas en el país subrayando que “debería prohibirse el recurso a la denominada escritura inclusiva, que utiliza notablemente el punto medio para revelar simultáneamente las formas femenina y masculina de una palabra usada en masculino cuando se usa en un sentido genérico”.
La razón aducida por el ministro no es otra que una pedagógica: “constituye un obstáculo a la comprensión de la escritura”, lo cual repercute especialmente en los niños, además que en una eventual transcripción eso queda aún más complicado por las grafías.
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