(zenit – 14 dic. 2020).- La Librería Editora Vaticana (LEV) y la editorial San Pablo han publicado el libro Sinfonía de los Ministerios, escrito por monseñor Fabio Fabene, subsecretario del Sínodo de los obispos, relato cuyo prefacio contiene textos del Papa Francisco.
Según informa Vatican News, el autor declaró a Radio Vaticana que en su obra relata “el camino eclesial que ha llevado a la expansión de los ministerios laicales y a una nueva conciencia de su centralidad en una Iglesia misionera y en salida”. Ante esta realidad, el Santo Padre invita a “verificar si somos fieles a esta identidad laica, reiniciando el reloj que parece haberse detenido. El tiempo es ahora”.
Una realidad sinodal y misionera
En la entrevista, el prelado señala que, desde el inicio de su pontificado y concretamente en su Exhortación Apostólica Evangelii gaudium, el Papa refleja la importancia que los laicos han de disponer en una Iglesia sinodal y misionera.
Ya en el prefacio, Francisco anota que el pueblo laico comprende la mayoría del pueblo de Dios, que “no debe callar”, pues el Espíritu Santo concede a los bautizados los carismas y ministerios necesarios para la edificación de la Iglesia y para la evangelización del mundo.
“Ministerios instituidos”
Fue el Papa Pablo VI quien distinguió los ministerios laicales o “instituidos” de los “ordenados”, diferencia recordada en las últimas asambleas sinodales. Este volumen surge a raíz de la experiencia del escritor como subsecretario sinodal en estos encuentros.
Mons. Fabene apunta que en el Sínodo “dedicado a los laicos” y en la Exhortación Apostólica Christifideles Laici de san Juan Pablo II, se aborda la “vocación y misión de los laicos y de sus ministerios”. Esta fue una “ocasión muy fructífera para que toda la Iglesia reflexionara sobre la vocación”.
Y también, “sobre la misión de los laicos, pero también sobre el ministerio laical que san Pablo VI había reformado abriendo el camino ministerial, no sólo para los que iban camino al sacerdocio, sino también para los laicos, permitiéndoles el acceso a ser lector y acólito”, añade.
En esta línea, el autor se refiere al reciente Sínodo amazónico, en el que “se habló mucho del tema del ministerio y, en particular, de la Carta Apostólica en forma de Motu Proprio Ministeria quaedam, el documento con el que el Papa Montini, en 1972, reformó los ministerios”.
Nueva estación ministerial
El prelado cree que se debería comenzar desde este punto para una nueva creatividad en el sector, una nueva estación “ministerial”, opinión influida por el estímulo recibido del Sínodo Panamazónico.
La obra laical, indica, “no es de sustitución, sino que su acción” y su presencia “es verdaderamente necesaria para la construcción de la ‘Iglesia comunión’ y para su misma naturaleza misionera.
Un paso más
En referencia a la consideración de “inculturación de la ministerialidad” que el Obispo de Roma hace sobre la Exhortación Apostólica postsinodal Querida Amazonia de este curso, el obispo italiano responde que “es un paso muy importante” del Sucesor de Pedro al “instar a las diferentes partes del mundo” a arraigar la “ministerialidad” en sus contextos sociales, culturales y eclesiales.
Al respecto, esclarece que “es precisamente en la diversidad donde encontramos el poder y la creatividad del Espíritu Santo. Si todos somos iguales en virtud del Bautismo, es el mismo Espíritu el que da lugar a la diversidad, incluso la diversidad ministerial, para el servicio de la Iglesia encarnada en cada continente, en cada lugar y en cada cultura, según las necesidades de esas comunidades eclesiales”.
Respondiendo sobre la relación de este tema con la acción del Espíritu Santo, monseñor afirma que “son fundamentales, porque la ‘ministerialidad’ no es un hecho sociológico o empírico, sino que proviene de los carismas que el Espíritu da a cada bautizado en la comunidad eclesial”. El Concilio Vaticano II, dice, “habla claramente de esta riqueza carismática y ministerial”.
Partícipes del sacerdocio de Cristo
Por otra parte, el doctor en Derecho Canónico arguye que “todos los bautizados participamos del sacerdocio de Cristo”, también llamado “sacerdocio común”. Después, desarrolla, “está el sacerdocio ministerial” de los que participan del “ministerio de ‘Cristo sacerdote cabeza’ y actúan en la persona misma del Señor”.
Pero todos “nosotros somos partícipes del sacerdocio de Cristo, y los laicos actúan en la Iglesia justamente porque están injertados en el sacerdocio de Cristo, que es el sacerdocio bautismal”, propone.
Riqueza carismática comunitaria
Por último, Mons. Fabene responde al significado de Sinfonía de Ministerios refiriéndose a la “pluriformidad” y “unidad” que hay en la Iglesia por obra del Espíritu Santo: “los pilares fundamentales de la Iglesia son la unidad, la comunión y la diversidad ministerial, que no es uniformidad, sino una ‘Iglesia pluriforme’ que manifiesta la riqueza que el Espíritu Santo da a todo el pueblo de Dios”.
Concluye expresando su deseo de que esta obra “sea una propuesta, una ayuda, precisamente para que los pastores puedan sacar a relucir esta riqueza carismática que hay en cada comunidad”.
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