(zenit – 18 dic. 2020).- El Papa Francisco recibió en audiencia a los estudiantes y responsables del Theologisches Studienjahr de la Abadía de la Dormición de la Santísima Virgen María en Jerusalén en la mañana de hoy, 18 de diciembre de 2020.
Cada año, el Theologisches Studienjahr permite a unos 20 estudiantes de Teología de habla alemana estudiar en Jerusalén durante dos semestres. A lo largo de este periodo, forman una comunidad de vida y aprendizaje en la casa de estudios “Beit Josef” en las afueras de la Ciudad Vieja de Jerusalén. No obstante, tal y como señaló el Santo Padre en sus palabras a los estudiantes, debido a la actual pandemia, este año, por primera vez, “el programa de estudio no puede desarrollarse en Tierra Santa, sino que se lleva a cabo en el Pontificio Ateneo San Anselmo de Roma”.
Francisco ha destacado que el Studienjahr supone “una oportunidad para que los estudiantes de Teología católicos y protestantes conozcan los sitios bíblicos y se encuentren con las Iglesias orientales, así como con el mundo judío e islámico”. Aunque este año no sea posible vivir la experiencia de Tierra Santa, “el estudio profundo de la Sagrada Escritura, el ecumenismo y el diálogo interreligioso seguirán siendo siempre un rasgo distintivo de vuestro programa”.
Para el Papa, como jóvenes que estudian Teología, “sois testigos para vuestros compañeros y para los hombres y mujeres de hoy de la importancia de Dios en la vida y de la plenitud que aporta una fe vivida”. El Pontífice también deseó a los presentes que este Theologisches Studienjahr “sea una etapa importante en vuestro camino formativo, espiritual y humano, y que después de este ‘exilio’ tengáis pronto la oportunidad de conocer de cerca la ‘tierra prometida’, los lugares santos de la Biblia”.
A continuación, sigue el texto completo del saludo del Papa.
***
Saludo del Santo Padre
Queridos amigo, ¡buenos días!
Me alegro de dar la bienvenida a todos vosotros, estudiantes y responsables del Theologisches Studienjahr de la Abadía de la Dormición de la Santísima Virgen María en Jerusalén. Debido a la actual pandemia, este año, por primera vez, el programa de estudio no puede desarrollarse en Tierra Santa, sino que se lleva a cabo en el Pontificio Ateneo San Anselmo de Roma. La divina Providencia nos ha concedido así esta ocasión de encontrarnos en el Vaticano.
El Studienjahr es una oportunidad para que los estudiantes de Teología católicos y protestantes conozcan los sitios bíblicos y se encuentren con las Iglesias orientales, así como con el mundo judío e islámico. Aunque este año no podáis vivir la experiencia de Tierra Santa, al estar casi en el “exilio” – como lo define el Padre Schnabel – el estudio profundo de la Sagrada Escritura, el ecumenismo y el diálogo interreligioso seguirán siendo siempre un rasgo distintivo de vuestro programa. Estoy convencido de que Roma también os ofrecerá varias posibilidades por lo que respecta a este objetivo.
Como jóvenes que estudian Teología, sois testigos para vuestros compañeros y para los hombres y mujeres de hoy de la importancia de Dios en la vida y de la plenitud que aporta una fe vivida. Será vuestra tarea entrar en diálogo con un mundo en el que parece haber cada vez menos espacio para la religión. Una tarea que compartimos con todos los creyentes de las diferentes religiones, sabiendo que hacer presente a Dios es un bien para nuestras sociedades. Estamos convencidos de que las religiones ofrecen una valiosa contribución para la construcción de la fraternidad y para la defensa de la justicia en la sociedad. Y por otro lado, creemos que cuando, por varios motivos se quiere expulsar a Dios de la sociedad, se acaba por adorar ídolo y seguida el hombre se pierde. (cf. Enc. Fratelli tutti, 271; 274)
Espero que este Theologisches Studienjahr sea una etapa importante en vuestro camino formativo, espiritual y humano, y que después de este “exilio” tengáis pronto la oportunidad de conocer de cerca la “tierra prometida”, los lugares santos de la Biblia. Cuando dentro de una semana celebremos la Santa Navidad todos seremos peregrinos en espíritu en la gruta de Belén. Que Emmanuel os llene de su alegría y su paz, y os haga verdaderos testigos del Dios-con-nosotros. Que el Señor os bendiga y os guarde a vosotros y a todos vuestros seres queridos. Y por favor no os olvidéis de rezar por mí.
© Librería Editorial Vaticana
Publicar un comentario