El informe, escrito en inglés e italiano, tiene 461 páginas y fue hecho público este 10 de noviembre.
“Publicamos el Informe afligidos por las heridas que el caso ha provocado en las víctimas, en sus familias, en la Iglesia en los Estados Unidos, en la Iglesia Universal”, afirmó el Secretario de Estado Vaticano, Cardenal Pietro Parolin.
El Cardenal Parolin señaló que el “Informe sobre el conocimiento institucional y el proceso de toma de decisiones de la Santa Sede en relación con el ex cardenal Theodore Edgar McCarrick” fue elaborado por la Secretaría de Estado por mandato del Papa Francisco.
Se trata de “un texto exhaustivo, que ha requerido un cuidadoso examen de toda la documentación relevante en los archivos de la Santa Sede, la Nunciatura en Washington y las diócesis de los Estados Unidos involucradas de diversas maneras” que duró dos años de trabajo.
Dijo que en estos dos años la Santa Sede ha dado “pasos significativos para asegurar mayor atención a la protección de los menores e intervenciones más eficaces para evitar que se repitan ciertas decisiones tomadas en el pasado”, como el el Motu proprio Vos estis lux mundi, y el Secretario de Estado insistió en la importancia de la honestidad.
“De la lectura del documento se desprenderá que todos los procedimientos, incluido el de obispos, dependen del compromiso y la honestidad de las personas interesadas. Ningún procedimiento, incluso el más perfeccionado, está libre de error porque involucra las conciencias y las decisiones de hombres y mujeres”, señaló el Cardenal Parolin. “Son páginas que nos empujan a una profunda reflexión y a preguntarnos qué más podemos hacer en el futuro, aprendiendo de las dolorosas experiencias del pasado”, indicó.
Por ello, el Secretario de Estado dijo que para que estos hechos no se repitan, “además de normas más eficaces, necesitamos una conversión de los corazones”; con “pastores creíbles anunciadores del Evangelio”. “Todos debemos ser muy conscientes de que esto solo es posible con la gracia del Espíritu Santo, confiando en las palabras de Jesús: ‘Sin mí nada podéis hacer’”, dijo.
El informe McCarrickEl texto del informe publicado describe que el 6 de octubre de 2018 el Papa Francisco solicitó un estudio preciso de la documentación sobre el excardenal Theodore Edgar McCarrick “con la información de los archivos de los dicasterios y de las oficinas de la Santa Sede “con el fin de cerciorarse sobre todos los hechos relevantes, situarlos en su contexto histórico y evaluarlos objetivamente”.
El informe sobre el conocimiento institucional y el proceso decisional de la Santa Sede sobre el excardenal Theodore Edgar McCarrick (de 1930 a 2017) “se basa sobre el examen de todos los documentos pertinentes”.
En el ámbito de la Curia Romana la información fue recogida principalmente en la Secretaría de Estado, la Congregación para la Doctrina de la Fe, la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, la Congregación para los Obispos y la Congregación para el Clero.
Además, fueron examinados todos los documentos relevantes de la Nunciatura Apostólica en los Estados Unidos y fueron incluidas más de 90 entrevistas de testigos, entre ellos, empleados actuales y pasados de la Santa Sede, Cardenales y Obispos en los Estados Unidos, oficiales de la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos (USCCB), ex seminaristas y sacerdotes de diversas diócesis, secretarios de McCarrick en Metuchen, Newark y Washington y laicos en los Estados Unidos, Italia y otros lugares. Las entrevistas citadas en el informe se llevaron a cabo entre mayo de 2019 y octubre de 2020.
El informe no aborda la cuestión de la culpabilidad de McCarrick en base al derecho canónico, porque esa ya fue definida por la Congregación para la Doctrina de la Fe.
Según indica el informe, “McCarrick no fue nunca un diplomático de la Santa Sede, sino que su trabajo se basó en trabajo pastoral y sobre el diálogo cultural, educativo, científico e interreligioso”.
Además, el informe vaticano señala que “las donaciones hechas habitualmente por McCarrick no influyeron en las decisiones significativas tomadas por la Santa Sede”.
En 1977 Papa Pablo VI lo nombró obispo auxiliar de Nueva York. En 1981 Papa Juan Pablo II lo nombró obispo de Metuchen y en 1986 arzobispo de Newark. En noviembre de 2000 Papa Juan Pablo II lo nombró arzobispo de Washington, lo creó Cardenales a principios de 2001.
Sin embargo, el texto reconoce que el Vaticano recibió acusaciones, resumidas, en términos generales, en una carta el 28 de octubre de 1999 del Cardenal O’Connor, Arzobispo de Nueva York, al Nuncio Apostólico y fueron comunicadas al Papa Juan Pablo II.
El entonces Nuncio en Estados Unidos, Mons. Montalvo, preguntó a los obispos de New Jersey sobre tales acusaciones y “confirmaron que McCarrick había compartido la cama con jóvenes varones, pero no indicaron con certeza que McCarrick habría tenido una mala conducta sexual”.
Por su parte, McCarrick escribió el 6 agosto 2000 una carta a Mons. Dziwisz, secretario particular del Papa Juan Pablo II en la que rechazó las acusaciones del Cardenal O’Connor y dijo que “nunca había tenido relaciones sexuales con varones ni con mujeres”.
Después de eso, las acusaciones fueron calificadas como voces y habladurías.
Juan Pablo II encontró a McCarrick a mitad de los años 70, McCarrick viajó a Roma frecuentemente por la Papal Foundation, y por la visita papal a Newark en 1995, entre otros.
El informe escribe que “la relación directa de McCarrick con Juan Pablo II tuvo probablemente un impacto sobre el proceso decisional del Papa” y añade que al inicio del Pontificado de Benedicto XVI las informaciones recibidas por la Santa Sede acerca de la mala conducta de McCarrick fueron generalmente similares, por lo que en abril de 2005 prolongó por dos años el mandato de McCarrick en Washington.
Sin embargo, el informe describe que nuevas acusaciones de un sacerdote provocaron que a finales de 2005, la Santa Sede cambie drásticamente su orientación y “buscó con urgencia un nuevo arzobispo para la sede de Washington, pidiendo a McCarrick que renunciara ‘espontáneamente’ de su cargo después de la Pascua de 2006”.
Mons. Viganó trabajando en la Secretaría de Estado escribió dos notas, una en el 2006 y otra en 2008 para llamar la atención de los superiores sobre las cuestiones relativas a McCarrick. Con referencia a las voces de mala conducta durante los años 80.
El informe describe que “los superiores de Viganò, el Cardenal Secretario de Estado, Tarcisio Bertone y el Arzobispo Sustituto, Leonardo Sandri, compartieron las preocupaciones de Viganò y el Cardenal Bertone presentó la cuestión directamente al Papa Benedicto XVI”.
Pero el proceso canónico para resolver la duda de los hechos no se realizó, en cambio se le pidió a McCarrick un “llamado a la conciencia al espíritu eclesial” y se le indicó que “por el bien de la Iglesia” debía mantener “un bajo perfil y reducir al mínimo los viajes”.
En 2006, el Cardenal Giovanni Battista Re, prefecto de la Congregación para los Obispos pidió al Nuncio Apostólico, Mons. Pietro Sambi, transmitir verbalmente estas indicaciones a McCarrick. En 2008 el Cardenal Re escribió estas indicaciones por escrito a McCarrick, pero no incluían la prohibición del ministerio público porque no llevaban el explícito imprimatur del Papa Benedicto XVI.
Según el informe, “una serie de factores parecen haber influido sobre el hecho que el Papa Benedicto XVI no haya comenzado un procedimiento canónico formal: no había acusaciones creíbles de abusos de menores; McCarrick declaró nuevamente con ‘juramento de obispo’ que las acusaciones eran falsas; los cargos de mala conducta con adultos se referían a hechos ocurridos en los años 80; no existían indicaciones de alguna mala conducta reciente”.
En ausencia de sanciones canónicas o de instrucciones explícitas de parte del Papa, McCarrick continuó con sus actividades en los Estados Unidos y en el extranjero, el ministerio público activo, el trabajo con el Catholic Relief Services (incluídos los viajes al extranjero), las presencias en Roma por diferentes encuentros, el servicio como miembro de Dicasterios de la Santa Sede (APSA y Pontificios Consejos).
A mediados de 2009, el principal contacto de McCarrick fue el Nuncio Apostólico, Pietro Sambi; y ni el Papa Benedicto XVI ni la Congregación para los Obispos “estuvieron al corriente” de la actividad de McCarrick en EEUU o en el extranjero. A finales de 2011, el Arzobispo Carlo María Viganò fue nombrado Nuncio Apostólico en los Estados Unidos, a quien McCarrick informó regularmente sobre sus viajes y sus actividades.
Sin embargo, a finales del Pontificado de Benedicto XVI otro sacerdote de Metuchen informó al Nuncio Viganò sobre una causa legal al afirmar que en 1991 “había tenido relaciones sexuales explícitos con McCarrick”.
El informe vaticano describe que Mons. Viganò escribió al prefecto de la Congregación para los Obispos, Cardenal Marc Ouellet en 2012 y, el Cardenal Ouellet dio instrucciones a Mons. Viganò para realizar una investigación con el sacerdote y otras personas de la diócesis “para determinar si las acusaciones eran creíbles”, pero Mons. Viganò “no realizó estos pasos. Por lo que McCarrick permaneció activo viajando a nivel nacional e internacional”.
Posteriormente, “debido a la jubilación y a la edad avanzada de McCarrick, los oficiales de la Santa Sede, desde 2013 hasta inicios del año 2017, afrontaron raramente el tema de las indicaciones dadas originalmente a McCarrick en 2006 y 2008, cuya aplicación no había sido modificada durante el Pontificado de Benedicto XVI”.
“Ni el Papa Francisco, ni el Cardenal Parolin, ni el Cardenal Ouellet revocaron o modificaron las precedentes ‘indicaciones’ relativas a la actividad o al lugar de residencia de McCarrick, el cual, en general, durante este periodo, continúo con su obra religiosa, humanitaria y caritativa… con mayor dificultad a causa de su edad avanzada”, destaca el informe y añade que “en el período de 2013 a 2017, McCarrick no actuó como agente diplomático de la Santa Sede, ni con algún mandato oficial de la Secretaría de Estado”.
Además, el informe subraya que “antes de 2018, el Papa Francisco nunca habló sobre McCarrick con el Cardenal Ouellet, que era el prefecto del Dicasterio competente en materia o con el Papa emérito Benedicto XVI”.
“Hasta 2017, ninguno -ni el Cardenal Parolin, ni el Cardenal Ouellet o el Arzobispo Becciu o el Arzobispo Viganò- dieron al Papa Francisco alguna documentación en contra de McCarrick, incluidas las cartas anónimas de los primeros años de la década de los 90 o de las acusaciones de los dos sacerdotes que acusaron a McCarrick”, advierte.
En esta línea, el informe describe que “el Papa Francisco había escuchado solamente que había voces relacionadas a una conducta inmoral con adultos, ocurridas antes del nombramiento de McCarrick en Washington. Creyendo que las acusaciones habían sido examinadas y rechazadas por Juan Pablo II, y siendo consciente que McCarrick estaba en actividad durante el Pontificado de Benedicto XVI, Francisco no vio la necesidad de modificar la línea adoptada en los años anteriores”.
Después, en junio de 2017 la Arquidiócesis de Nueva York “recibió la primera acusación conocida de abuso sexual de una víctima de edad inferior a los 18 años realizada por McCarrick a inicios de los años 80” y “poco después que la acusación fue retenida creíble, el Papa Francisco pidió la renuncia de McCarrick del Colegio de Cardenales”.
“Después de un procedimiento penal administrativo conducido por la Congregación para la Doctrina de la Fe, McCarrick fue juzgado culpable de actos contrarios al sexto mandamiento que involucraron menores y adultos, y sobre tal base fue dimitido del estado clerical”, recuerda el informe.
Como es conocido, el 16 de febrero de 2019, la Congregación para la Doctrina de la Fe condenó al excardenal y exarzobispo de Washington, Theodore Edgar McCarrick, por abusos sexuales a menores y adultos con agravante de abuso de poder y lo despojó de su condición de sacerdote de la Iglesia Católica.
En un comunicado oficial, la Oficina de Prensa de la Santa Sede indicó que la condena a McCarrick es definitiva, por lo que no cabe ningún posible recurso contra ella.
El decreto conclusivo y condenatorio del proceso penal contra McCarrick finalizó el pasado 11 de enero.
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