(zenit – 9 nov. 2020).- El Papa Francisco envió una carta al obispo de Punta Arenas con motivo de la conmemoración de los 500 años de la primera Misa celebrada en Chile que tuvo lugar ayer, domingo 8 de noviembre de 2020.
El pasado domingo 8 de noviembre, en la celebración de la Eucaristía transmitida de forma online para toda la Iglesia diocesana chilena, se dio a conocer la carta que el Pontífice escribió al obispo, monseñor Bernardo Bastres Florence, quien presidió la Misa.
Una conmemoración histórica
Tras el saludo a monseñor Bastres y a los demás obispos, sacerdotes, religiosos y fieles laicos de todas las diócesis chilenas, el Santo Padre describe la fecha de la conmemoración como “histórica, no solo para la diócesis de Punta Arena sino para toda la Iglesia católica de Chile”, pues la “Divina Providencia” quiso que el sacerdote Pedro Valderrama, capellán de la expedición de Hernando de Magallanes, ofreciera por primera vez, “el sacrificio de la santa Misa” en aquellas tierras.
Eucaristía, “fuente de santificación”
Citando la Constitución Sacrosanctum Concilium del Concilio Vaticano II, el Papa recuerda que de la Eucaristía “mana hacia nosotros, como de una fuente, la gracia y con la máxima eficacia se obtiene la santificación de los hombres de Cristo y la glorificación de Dios”.
Por esto mismo, añade, “podemos decir con razón, como manifiesta el lema de la diócesis de Punta Arenas, que Dios entró desde el sur, pues esa primera Misa celebrada con fe, en la sencillez de una explicación en un territorio desconocido, dio inicio a la Iglesia que sigue peregrinando en esa querida nación”.
El obstáculo de la pandemia
El Sumo Pontífice destaca en su carta el problema que ha supuesto la COVID-19 para la Iglesia en Chile, que se ha “preparado largamente para esta fecha especial”, una pandemia que “afecta al mundo entero y es causa de sufrimiento y muerte para millones de hermanos y hermanas nuestros”. Esta es una causa de impedimento para que “ustedes celebraran el 500 aniversario de la primera Eucaristía con actos litúrgicos masivos, como hubieran deseado hacerlo”.
A pesar de esto, prosigue, “no hay obstáculo que pueda acallar la gratitud que brota del corazón de todos ustedes, hijos e hijas de la Iglesia que peregrina en Chile, que con fe y amor renuevan su entrega al Señor”.
Asimismo, Francisco les ha animado a “vivir la celebración del Misterio Eucarístico, que nos une a Jesús, con espíritu de adoración y acción de gracias al Señor, porque es para nosotros principio de vida nueva y de unidad, que nos impulsa a crecer en el servicio fraterno a los más pobres y desheredados de nuestra sociedad”.
Despedida e invocación a la Virgen
Después, el Obispo de Roma se une “espiritualmente” a los pastores y fieles del santo pueblo de Dios “en su agradecimiento al Señor que en la Eucaristía sigue haciéndose pan que sacia el hambre más profunda de todo hombre y mujer, convocando a todos en su amor para vivir una fraternidad solidaria y efectiva, que no excluye, que no oprime, que no ignora”.
También ha invocado a Nuestra Señora del Carmen, “modelo de la Iglesia y auxilio de los cristianos” para que les enseñe a “confiar en el Señor y cumplir su voluntad, en el amor y en la justicia, para testimoniar al mundo la alegría del Evangelio”.
Por último, el Papa Francisco ha rogado la protección de la Madre de Dios “sobre esa amada Iglesia que está en Chile” y les ha dado la bendición apostólica “de corazón”. “Y por favor, no se olviden de rezar por mí”, concluye.
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