VATICANO, 01 Abr. 19 (ACI Prensa).-
En la entrevista que concedió al periodista español Jordi Évole del canal La Sexta, el Papa Francisco alertó sobre cuatro pecados o desviaciones en las que pueden caer los hombres de prensa y los medios de comunicación.
“Ustedes tienen la posibilidad de caer en cuatro pecados o en cuatro actitudes malas, por no hablar en lenguaje teológico, cuatro actitudes que los amenazan continuamente y de las cuales tienen que defenderse”, dijo el Santo Padre en la entrevista transmitida el domingo 31 cuando el Papa volvía a Roma tras su viaje a Marruecos.
“Primero la desinformación: doy la noticia pero doy solo la mitad. La otra mitad no la doy. Eso va contra el derecho que tiene uno que recibe noticias a estar informado. Le informás la mitad, le informás mal. Esa es una de las desviaciones que ustedes tienen que cuidarse de no caer en ella”, indicó Francisco.
El segundo pecado, continuó, es “la calumnia: calumniar gente. Hay medios de comunicación que calumnian sin ningún problema. ‘¿De dónde sacó eso usted? Lo vi en la televisión, lo leí en el diario’. El medio de comunicación tiene tanto poder frente a las masas, la gente, que puede calumniar impunemente Además, ¿quién le va a hacer juicio? Nadie”.
“Tercero: la difamación, que es más sutil todavía. Porque toda persona tiene derecho a la reputación. Y si vos hace 20 años pegaste un resbalón en la vida, hiciste una macana, pagaste la cuenta, pagaste la pena. Sos ahora una persona libre y sin mancha. No te pueden sacar en los medios de comunicación una historia que está superada, bien pagada ya y resarcida. La difamación: te traen una mancha de antes y te la tiran ahora”, explicó el Pontífice.
El Papa dijo que el cuarto pecado es “la coprofilia”, que consiste en “el amor a la cosa sucia”, a los escándalos. “Hay medios que viven de publicitar escándalos sean o no verdaderos, o sean la mitad verdaderos o no, pero viven de eso”, señaló.
Sobre este pecado, el Pontífice recordó lo que comentaba en Argentina “mi antecesor en Buenos Aires, el Cardenal Quarracino, que decía: ‘Mirá, yo ese diario no lo puedo leer porque hacés así y chorrea sangre’”.
“Creo que superando estos cuatro límites la comunicación sería algo maravilloso”, concluyó.
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