(ZENIT – 3 Nov. 2017).- “Creo que los políticos cristianos deben dar más importancia al Evangelio que a las contingencias de sus propios proyectos partidistas” aclara Mons. Adolfo González Montes, Obispo de Almería, España.
Mons. Adolfo González Montes es delegado de la Comisión de las Conferencias Episcopales de la Comunidad Europea (COMECE), diálogo “(Re) pensar Europa. Una contribución cristiana al futuro del proyecto europeo”, celebrado los días 27 y 28 de octubre en el Vaticano, que atendieron 350 representantes de alto nivel procedentes del ámbito académico, social, político de Europa.
“Creo que los proyectos políticos siempre son susceptibles de ser enjuiciados a la luz de la razón, por lo tanto, son realidades contingentes que no deben operar como si fueran, a veces, dogmas, que tratan de definir por diferenciación radical de la agrupación contraria, lo que realmente proponen para la sociedad”, ha declarado el Obispo de Almería en una entrevista a Radio Vaticano (edición española), realizada por Griselda Mutual.
Asimismo, Mons. González Montes ha explicado que es bueno que los políticos “busquen el diálogo con las otras visiones de la realidad, con el mismo pensamiento laico de nuestros días, que tiene tanta fuerza y que es tan beligerantemente, a veces, anticristiano”.
Por otra parte Monseñor González Montes se refirió al problema de la “ideología de género”, “como si la condición de nuestro ser varón mujer fuera algo absolutamente discrecional” –ha planteado el obispo español–. Y ha indicado que es una condición que está reflejada en la “antropología bíblica” y que, “permite entender la humanidad”, que “afecta a la identidad de la familia”, y ha añadido que la Unión Europea debe esforzarse por proteger a la familia.
La tercera y última preocupación que planteó el Obispo de Almería –señala la periodista en el artículo de Radio Vaticano– es cómo llevar a Cristo y proponerla experiencia del Salvador de la humanidad, en el contexto actual: “muchos han estado con nosotros, han sido bautizados y educados en la fe y están alejados de la comunidad eclesial. Otros ya no han conocido a Cristo porque la familia, enormemente desestructurada en la sociedad actual, ha dejado de transmitir la fe”.
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