(ZENIT -Ciudad del Vaticano, 13 septiembre 2017) – Inmediatamente después de la audiencia general del miércoles 13 de septiembre, el Papa Francisco se encontró con el padre Thomas Uzhunnalil, el sacerdote misionero salesiano secuestrado en Yemen hace 18 meses.
Por su parte el padre Ángel Fernández Artime, Rector Mayor de los salesianos, manifestó en una carta a la comunidad, una profunda alegría y satisfacción por la liberación del P. Thomas Uzhunnalil y agradece a todos aquellos que han colaborado.
Los salesianos ayer 12 de septiembre tuvieron la oportunidad de reunirse con el Padre Tom Uzhunnalil, finalmente libre después de un año y medio de prisión y aseguran haber recibido un impresionante testimonio de fe.
La reunión se inició alrededor de 19 horas en el Vaticano. Presentes en la ocasión estaban: el P. Francesco Cereda, Vicario del Rector Mayor, que representa al Superior que se encontraba hasta el día de ayer de Visita de Animación en Malta, algunos hermanos salesianos de la Comunidad del Vaticano, Salesianos de la Casa Generalicia, y especialmente el P. Thomas Anchukandam, ex profesor de Don Uzhunnalil, y cuando fue Inspector de Bangalore autorizó el envío misionero hacia Yemen.
El recibimiento fue desde el primer momento fraterno. Al P. Uzhunnalil se le colocó la “ponnada”, un signo tradicional de bienvenida que se entrega a los huéspedes distinguidos, para luego ser abrasado por los salesianos presentes. Por su parte, el misionero indio ha repetido palabras de agradecimiento, en primer lugar a Dios y a la Virgen.
Una de sus primeras peticiones fue rezar en la capilla de la comunidad salesiana en el Vaticano. También ha querido celebrar la Santa Misa, pero debido a los exámenes médicos necesarios se vio obligado a posponer el cumplimiento de su deseo. Sin embargo, antes de la llegada del personal de salud, pidió ser confesado, ya que obviamente durante todo el tiempo de su cautiverio no le fue posible.
Durante la recepción que le ofrecieron los salesianos de la Comunidad Salesiana del Vaticano, que le ofrecieron comida tradicional de la India, el P. Uzhunnalil dijo que durante todo el período de su secuestro continuó celebrando espiritualmente la Santa Misa todos los días, recordando de memoria las plegarias de la Misa, ya que no tenía textos litúrgicos ni las especies para celebrar.
Por su parte, el P. Uzhunnalil apareció tranquilo y disponible, y sin entrar en detalles respondió a las preguntas de los hermanos salesianos. Se confirmó que cuando los asaltantes lo secuestraron él se encontraba en la capilla de las Misioneras de la Caridad de la comunidad de Adén. Luego del secuestro nunca fue maltratado, pero como resultado de la situación que vivía, bajó rápidamente de peso y los secuestradores le entregaron los medicamentos para la diabetes.
Por otro lado, ha manifestado que durante todo el período de prisión, ha usado la misma ropa y que los secuestradores, que hablaban árabe, se comunicaban en inglés. Durante el secuestro fue transferido dos o tres veces, pero en todas las circunstancias siempre lo llevaban vendado.
“Nunca he tenido miedo de morir”, enfatizó el misionero, quien también recordó un incidente el 3 de marzo de 2016, la noche antes de la matanza: la Superiora de la casa de las Misioneras de la Caridad de Adén, al comentar sobre la difícil situación en la que se encontraban como religiosas en el territorio de la guerra, había manifestado que sería bueno ser martirizadas todas juntos por Cristo. Pero la más joven de las religiosas -que luego sobrevivió al ataque- respondió: “Quiero vivir por Cristo”.
El P. Uzhunnalil se encuentra actualmente hospedado en la Comunidad Salesiana de El Vaticano. La Congregación Salesiana ha tomado esta decisión al considerarla el lugar más adecuado para asegurar su protección y permitir su plena recuperación.
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