Fraterno, cercano y cordial: así define el encuentro con el Santo Padre Francisco, Monseñor Gonzalo de Villa, Obispo de Sololá-Chimaltenango y Presidente de la Conferencia Episcopal de Guatemala, en estos días en visita Ad Limina Apostolorum junto a los obispos guatemaltecos.
“Fue una conversación – afirma Mons. De Villa – que comenzó con la lectura de algunos puntos importantes, que queríamos plantear al Santo Padre. El Papa hizo preguntas y observaciones y así comenzó el diálogo con los obispos, abordando diversos temas: la migración, importante para nosotros y para la realidad guatemalteca; la relación con las iglesias históricas y el ecumenismo, entre otros.
“La iglesia en Guatemala está luchando por ser y hacer lo que dice el Papa – prosigue el Presidente de la CEG – una Iglesia que busca las periferias, que busca ser una Iglesia de los pobres”.
El obispo de Sololá – Chimaltenango se refiere luego al “rostro indígena” de su país: “nuestros feligreses en su mayoría son indígenas, como es la realidad de mi diócesis – puntualiza – donde el 85 por ciento del clero es indígena y también el 95 por ciento de los seminaristas.
Fueron dos horas de conversación “fluida, fraterna, cercana, coloquial”, asegura Mons. De Villa. “Realmente, salimos todos muy contentos de haber encontrado al Papa Francisco con el cual, por el hecho de ser latinoamericano, gozamos de una longitud de onda cultural que nos da una mayor cercanía”.
“Regresaremos a nuestra tierra renovados, después de haber encontrado al Santo Padre y de haber concelebrado con él en Santa Marta, de haber compartido nuestra fe en la Eucaristía con el Sucesor de Pedro. Volvemos confirmados en la fe, renovados en la misión y en la búsqueda de comunión entre nosotros”, concluye el Presidente de la CEG.
(María Cecilia Mutual, RV)
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