Ankara (Agencia Fides) - El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha querido llevar a cabo en la noche del miércoles 5 de mayo, una cena oficial de Iftar (ruptura del ayuno) durante el mes de Ramadán, organizada en el mega palacio presidencial de Ankara y ofrecida a todos los jefes de las comunidades cristianas presentes en Turquía, junto con otros representantes de las comunidades religiosas minoritarias nacionales, con la intención de atestiguar públicamente las buenas relaciones entre los dirigentes turcos y las comunidades confesionales no musulmanas presentes en Turquía.
El evento ha sido preparado por Erdogan, entre otras cosas por su impacto simbólico. La importancia atribuida por el Presidente turco a la cena con los jefes de las comunidades confesionales no islámicas destaca aún más si se tiene en cuenta la situación general en la que se encuentra el país, donde, debido a la crisis de la pandemia del COVID-19, se ha prohibido a toda la población consumir comunitariamente el Sahur y el Iftar, las comidas anteriores y posteriores al ayuno (que durante el mes sagrado del Ramadán dura desde el amanecer hasta el anochecer para todos los musulmanes observantes).
Al Iftar ofrecido en Ankara por el presidente Erdogan asistieron, entre otros, el patriarca ecuménico de Constantinopla Bartolomé I, el patriarca armenio de Constantinopla Sahak Maşalyan, el metropolitano sirio ortodoxo Yusuf Çetin y el vicario patriarcal sirio católico Orhan Abdulahad Çanlı, junto con los responsables de algunas fundaciones e instituciones vinculadas a comunidades cristianas. Entre los representantes de las comunidades religiosas no cristianas estaban el rabino jefe Isak Haleva y el presidente de la comunidad judía turca Ishak Ibrahimzadeh. Fuentes institucionales no han facilitado detalles de las conversaciones que tuvieron lugar durante el Iftar, pero en los últimos días se han filtrado rumores en los medios de comunicación turcos según los cuales los temas que se pusieron sobre la mesa durante la cena incluían la cuestión de las propiedades que deben devolverse a las fundaciones de las comunidades minoritarias, las posibles peticiones de las comunidades religiosas en relación con el proyecto de nueva Constitución y la evaluación de la reciente declaración del presidente estadounidense Joe Biden, que definió como "genocidio" las masacres de armenios perpetradas en la península de Anatolia entre 1915 y 1916.
Recientemente, según ha informado la Agencia Fides (véase Fides 27/4/2021), el presidente Erdogan había dirigido un mensaje al patriarca armenio Sahak II con motivo del 24 de abril, fecha en la que las comunidades armenias de todo el mundo conmemoran el “Gran Ma”" (expresión utilizada para indicar las masacres de armenios en Anatolia en los primeros años de la Primera Guerra Mundial). En su mensaje, el Presidente turco había recordado con énfasis la convivencia secular entre turcos y armenios en Anatolia, subrayando que todos pertenecían “a la misma familia humana, independientemente de su etnia, religión, lengua o color”. En aquellos días, el patriarca armenio Sahak II, en unas declaraciones recogidas por los medios de comunicación turcos, había expresado su pesar “al ver que los sufrimientos de nuestro pueblo y los recuerdos sagrados de nuestros antepasados se utilizan como herramienta para conseguir objetivos políticos contingentes”, añadiendo que el propio Erdogan “era el único estadista en la historia de la República de Turquía que ha emitido mensajes sobre este tema, como Primer Ministro y Presidente de la República”, mostrando que comparte “nuestro dolor y respeto por la memoria de nuestros hijos que perdieron la vida en el exilio”.
Ankara no reconoce las masacres de las que fueron víctimas los armenios en Anatolia entre 1915 y 1916 como un exterminio planificado sobre una base étnica, considerando esos hechos como una trágica consecuencia del estado de caos relacionado con el conflicto bélico que llevaría a la disolución del Imperio Otomano.
(GV) (Agencia Fides 6/5/2021)
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