ÁFRICA/COSTA DE MARFIL - Ser catequista es “una inspiración de Dios”, dice Guillaume Gnagne, catequista desde hace más de 50 años.

Sistema de Información del Vaticano

Abidjan (Agencia Fides) – “Que hoy el Papa se preocupe por los catequistas, es una alegría para mí”, dice Guillaume Gnagne, catequista desde 1966 en la lengua local Adjoukrou (una población del sur del país) con motivo de la publicación, el 11 de mayo de 2021, del Motu Proprio del Papa Francisco “Antiquum Ministerium” que establece el ministerio laico del catequista.
“Antes no se tenía en cuenta al catequista, sí colaboraba en la obra de Dios, pero no se le tenía en cuenta como debería. El Papa ha tocado este punto, sólo puedo que aplaudirle”, dice Guillaume Gnagne.
Cabe destacar que el catequista en Costa de Marfil, especialmente en las periferias, desempeña un papel predominante en el anuncio del Evangelio. Este último, en ausencia de un sacerdote, es el que enseña versos bíblicos a sus coetáneos para alimentar su fe.
Lo hace en las lenguas locales, compromiso al que se dedica con alegría de corazón a pesar de algunas dificultades debidas, entre otras cosas, a los medios de desplazamiento, los documentos y la formación doctrinal.
Para Guillaume Gnagne, ser catequista es “una inspiración de Dios”, “es una llamada que recibimos de Dios, pero que debe ir seguida de un cuidadoso discernimiento, porque siendo catequistas, cubrimos la falta de los sacerdotes de los pueblos y, por tanto, debemos tener ante todo disposiciones espirituales y un mayor conocimiento de la palabra de Dios”. Guillaume Gnagne destaca el papel de los catequistas en la inculturación de la fe a través de su conocimiento de las lenguas locales. “Lo que más me llamó la atención en esta noble misión – dice -, fue que cuando un sacerdote vino a celebrar la misa en un pueblo, los fieles me pidieron que les explicara en su idioma lo que el padre decía en francés”.
La mayoría de la primera generación de catequistas ha dedicado toda su vida al servicio de la Iglesia, especialmente en los pueblos, y desde hace varios años cuentan con la ayuda de “animadores catequéticos” que aseguran el paso del testimonio en las parroquias del país.
En la diócesis de Yopougon, el Obispo, Su Exc. Monseñor Jean Salomon Lezoutié, para animar, apoyar y saludar la contribución de los catequistas a la obra de salvación de Dios, ha instituido la jornada diocesana de solidaridad que consiste en la recogida de fondos para ayudarles económicamente.
(S.S.) (Agencia Fides 12/5/2021)


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