Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - La pandemia de Covid-19 que desde hace meses está marcando la vida de los pueblos de todos los continentes, pone graves límites también a la vida de las comunidades eclesiales, que se enfrentan a dificultades y situaciones a menudo dramáticas. Para apoyar a las Iglesias de los países de misión ante la emergencia Covid-19, el Papa Francisco ha instituido un Fondo de emergencia en las Obras Misionales Pontificias (OMP) que está respondiendo a las peticiones que llegan de las diócesis de todo el mundo (véase Fides 6/4/2020). Las últimas ayudas se han enviado a África y América Latina.
Las Clarisas del Monasterio Mary Queen and Mather de Lilongwe, en Malawi, ofrecen con su oración una valiosa y apreciada contribución a la vida de la Iglesia y del país, sosteniendo espiritualmente la misión. Habitualmente viven de las pequeñas ofrendas de los fieles que se unen a su oración en la capilla del monasterio. Con el cierre de las iglesias impuesto por la necesidad de contener la pandemia, las 31 monjas se encuentran sin medios económicos ni siquiera para pagar los gastos corrientes del consumo del monasterio y satisfacer las necesidades básicas de la comunidad, por ello se les ha enviado una ayuda del Fondo de Emergencia de las OMP.
La diócesis de Kwito-Bié en Angola, habitualmente asiste a muchos pobres, pero la situación creada tras la pandemia hace imposible proseguir este servicio de caridad a parroquias y misiones. La ayuda enviada por el Fondo de las OMP permitirá en particular a la diócesis apoyar a Radio Ecclesia, instrumento fundamental para garantizar la comunicación y la animación espiritual en este período de aislamiento.
La Archidiócesis de Yaundé, en Camerún, comprende la capital política del país, por lo que es la encrucijada de muchas personas que van allí por trabajo o por otros negocios, convirtiéndola en uno de los lugares más expuestos a la pandemia. Los esfuerzos realizados por los servicios sanitarios de la diócesis para la prevención sanitaria son limitados y no pueden cubrir las muchas necesidades de una ciudad con cerca de 2 millones de habitantes. La necesidad más urgente señalada al Fondo de las OMP se refiere a la sanificación de los locales y a la sensibilización de los fieles de las 162 parroquias de los 23 Centros eucarísticos de la diócesis para la lucha contra el coronavirus.
La diócesis de Ngaoundéré se encuentra en el norte de Camerún, los católicos representan el 20% de la población. La mayoría de sus 26 parroquias se encuentran en la zona rural, no sólo para la evangelización, sino también para contribuir a mejorar las condiciones de vida de esa población a través de las escuelas y los centros sanitarios. A la acción de la Iglesia contribuyen generosamente sacerdotes, religiosas, seminaristas, catequistas, animadores de las comunidades eclesiales. En marzo se registró el primer caso de Covid-19 y, por tanto, se adoptaron todas las disposiciones destinadas a contener la pandemia, tanto por parte del Estado como de la Iglesia. La mayoría de la población no ha podido ganarse el pan de cada día. La clausura de los encuentros de oración y catequesis no ha permitido, entre otras cosas, recoger las ofrendas para el sustento de las parroquias y de los agentes pastorales.
La residencia de ancianos San Pedro Claver, que se encuentra en el Vicariato apostólico de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, en Colombia, ya no tiene recursos para atender a sus huéspedes. Normalmente se organiza anualmente un festival gastronómico para recaudar contribuciones y ofrendas, pero este año no ha sido posible debido a la pandemia. De los 38 ancianos alojados, no todos son capaces de contribuir económicamente a la gestión de la casa. La ayuda enviada por el Fondo de emergencia de las OMP se utilizará para sostener a algunos sacerdotes que ya no tienen medios de subsistencia y que hasta ahora habían contribuido también a los gastos del Vicariato.
En el Vicariato apostólico de Camiri, en Bolivia, este año 2020 marca el 25 aniversario del nacimiento del clero diocesano, que se ha unido a los misioneros al servicio de esta Iglesia local en territorio de misión. En las parroquias se ha dedicado siempre a hacer tomar conciencia a los fieles de la necesidad de auto-sostenerse económicamente, manteniendo las estructuras y los agentes pastorales al servicio de la comunidad. En este tiempo de pandemia se han promovido diversas formas de ayuda solidaria para las personas en dificultad, pero con las iglesias cerradas y el temor al contagio no es posible recoger ofrendas entre los fieles. La ayuda del Fondo de las OMP se destinará a los servicios básicos y a las actividades pastorales de las parroquias llevadas a cabo tanto por sacerdotes diocesanos como por religiosos, así como para las familias de algunos catequistas en dificultad.
(SL) (Agencia Fides 21/7/2020)
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