(ZENIT – 27 May. 2017).- El papa Francisco tuvo en la catedral de Génova un encuentro de casi dos horas con los obispos, el clero, los seminaristas, y los religiosos y religiosas de la Región eclesiástica Liguria. Presentes también algunos representantes de otras confesiones.
El Santo Padre respondió a cuatro preguntas, tocando muchos temas, entre ellos: la vida apurada, no escuchar debidamente al prójimo, de quienes tienen espíritu ‘empresario’ pero no tienen tiempo para confesar.
Señaló la necesidad de ser una Iglesia en salida, e indicó que cuando está todo demasiado organizado, hay algo que no está bien…
Del buen ejemplo que vale más que las palabras, incluso narró varios hechos relacionados a su vida de pastor, como el de una monjita que llegó a su país, que no hablaba español, pero que todos los ancianos a quienes asistía quedaban entusiasmados ‘por lo que decía’.
Sobre las vocaciones rechazó la idea de involucrar personas de situaciones sociales adversas proponiendo una idea de carrera y señaló algunos casos fracasados que conoció en esa línea. Invitó en cambio a atraer vocaciones gracias a la radicalidad evangélica. Reconoció entretanto que la baja natalidad no favorece el crecimiento de las vocaciones, y les animó asegurando que estas llegarán.
(en elaboración)
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