(ZENIT – Ciudad del Vaticano, 13 Jun. 2017).- El Instituto para las obras de religión (IOR) conocido vulgarmente como el banco del Vaticano, presentó este lunes un informe sobre sus actividades en el año 2016.
Con más de 130 páginas, el informe que abarca múltiples aspectos lleva por título una frase del papa Francisco: “El dinero tienen que servir y no gobernar”,
El cardenal español Santos Abril y Castelló, introduce el dossier con una carta en la que indica una que el examen interno se refiere al 2016 pero también se proyecta hacia los años futuros.
El purpurado reconoce que “como en toda obra humana” se pueden encontrar “logros, superación de situaciones complejas, heredadas o no y ganas de dar un servicio a la altura de la propia misión”.
Entretanto señala “los fenómenos de volatilidad que complican muchas veces las previsiones y expectativas” como se registraron en el 2016.
Se quiere con un esfuerzo común, aseguró el cardenal español, “servir a una causa global con aquel sentido ético y ejemplar que el Santo Padre reclama justamente de todos y cada uno de nosotros”, porque asegura, “su primera directiva y exigencia no es la eficacia a cualquier precio”.
El banco explica que está “sirviendo con prudencia y ofreciendo servicios financieros especializados a la iglesia católica en todo el mundo”.
El IOR tuvo en el 2016 una ganancia de 36 millones de euros (40.330 millones de dólares), frente a los 16,1 millones (18 millones de dólares) de 2015.
“Este resultado fue obtenido gracias a una actividad de negociación eficaz, en un contexto de gran volatilidad de los mercados, de inestabilidad política” y de “bajas tasas de interés”, explica un comunicado.
Señala también “ha seguido con la reducción de los gastos operativos”, pasados de 23,4 millones a 19,1 “gracias a la racionalización de contratos de servicios con terceros”. El patrimonio además presenta “elevada solvencia y perfil a bajo riesgo”.
El informe señala el reforzamiento de los controles internos y la firma con Italia de una convención en materia fiscal. Es el quinto año consecutivo en el que el organismo publica el propio balance en el interior de su relación anual, balance puesto bajo la revisión de sociedades de revisión independientes, como la Deloitte & Touche S.p.A .
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